Cómo confiar en Dios en un mundo incierto

Usted está aquí

Cómo confiar en Dios en un mundo incierto

Él dijo que “los que viven saben que han de morir” y “tiempo y ocasión acontecen a todos” (Eclesiastés 9:5, 11). Las palabras de este rey de la antigüedad son tan verdaderas hoy como lo fueron cuando las escribió. Como seres mortales, nuestra única certeza es la muerte.

El apóstol Santiago también nos recuerda que no sabemos “lo que será mañana” (Santiago 4:14). Aunque el contexto muestra claramente que él se refiere a las actividades rutinarias y mundanas del hombre, sus palabras subrayan el estado natural de nuestro mundo material.

¿Está Dios dispuesto a relacionarse con nosotros en este mundo incierto de sufrimiento y muerte?

“Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación . . . desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios” (Salmos 90:1-2).

¡Dios nunca morirá ni dejará de ser! Como escribió el apóstol Pedro, “no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día” (2 Pedro 3:8). Dios “habita la eternidad” y no está limitado por las leyes físicas del tiempo y espacio (ver Isaías 57:15; Salmos 90:4).

¿Se da cuenta Dios cabalmente de nuestra expectativa de vida, nuestra existencia temporal en este mundo?

“. . . acabamos nuestros años como un pensamiento. Los días de nuestra edad son setenta años; y si en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos” (Salmos 90:9-10).

Si bien en la Biblia se reconoce abiertamente la inseguridad e incertidumbre de la existencia del hombre, ¿cómo describen las Escrituras el carácter de Dios?

“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” (Santiago 1:17).

¡Dios es el ser más estable y más confiable en todo el universo! Su plan y propósito globales permanecen constantes e inalterables. Dios es nuestro refugio, nuestro único lugar de seguridad, nuestra esperanza contra las incertidumbres que nos asedian (ver Malaquías 3:6; Hebreos 13:8). ¡Él es nuestra Roca! (Salmos 18:2).

¿En quién, pues, debemos confiar?

“¿Es que no lo sabes? ¿Es que no lo has oído? Que Dios desde siempre es Yahveh, creador de los confines de la tierra, que no se cansa ni se fatiga, y cuya inteligencia es inescrutable. Que al cansado da vigor, y al que no tiene fuerzas la energía le acrecienta” (Isaías 40:28-29, Biblia de Jerusalén).

¿Qué promete hacer Dios cuando estamos preocupados por la duda y la incertidumbre?

“Yo el Eterno soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo” (Isaías 41:13).

Ni siquiera la muerte puede derrotar a los que confían en Dios. Jesús dijo que “todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente” (Juan 11:26). Obviamente, se refería a la muerte eterna, ya que todos nos enfrentaremos al final de esta vida (Hebreos 9:27).

Jesús prometió que habrá una resurrección a vida eterna para aquellos que verdaderamente confíen en Dios y en su Palabra. “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24).

Los que estén verdaderamente convertidos —por haberse arrepentido verdaderamente y recibido el Espíritu Santo— y que permanezcan fieles hasta el fin, tienen la promesa segura de que resucitarán a la vida eterna en el Reino de Dios. Nuestro folleto gratuito ¿Qué sucede después de la muerte? explica esto con más detalles.