Una historia jamás contada
Hace algunos años tuve la extraordinaria experiencia de visitar por primera vez un planetario. Cuando entramos al domo, parecía ser un día soleado. Luego, al reclinarme en mi butaca, empecé a ver como la mañana se convertía en tarde y luego en noche. Entonces pude ver la aparición paulatina de las estrellas, las constelaciones y los planetas. ¡Quedé impresionado por la inmensidad y belleza del universo!
Esto me hizo reflexionar: ¿cómo pueden algunos pensar que todo esto es producto de un proceso evolutivo? Aunque el Universo se sigue expandiendo, esto no prueba que es un proceso ciego. Había aprendido que Dios creó los cielos. Isaías 45:18 “Porque así dijo el Eterno, que creó los cielos, él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: yo soy el Eterno y no hay otro”.
Aun así, mucha gente piensa que el universo se formó por casualidad; que todo lo que vemos, incluso el hombre es producto de un accidente cósmico. Muchos creen en Dios, pero sus mentes están influenciadas por el “conocimiento” de la ciencia. Ciertamente se requiere fe para reconocer a Dios como el creador de todo cuanto existe.
Qué dicen los cielos
Cuando nuestros antepasados contemplaron el firmamento, pensaron que existían miles de estrellas. Ahora sabemos que hay billones de galaxias, cada una compuesta por billones de estrellas. Según el sitio web Cielo & Telescopio (Sky & Telescope), los astrónomos estiman que existen dos trillones de galaxias, es decir, “muchas veces más de lo que habían imaginado.”
En 1920, los astrofísicos Georges Lemaitre y Edwin Hubble descubrieron que el universo, lejos de ser un espacio delimitado y en calma, se expandía. Los científicos miden estas distancias en kilómetros por segundo por Mega Parsecs, que equivale a unos tres millones de años luz, cifra que nuestra mente no logra dimensionar.
La expansión del universo se confirmó con las mediciones hechas por el telescopio espacial Hubble de la Nasa. Se midió la luz de 70 estrellas en la galaxia vecina “Gran Nube de Magallanes”, distante a 162,000 años luz. Las pulsaciones de la luz de las estrellas se utilizan para medir distancias entre galaxias.
Un diseño inteligente
Para asombro de los científicos, existen leyes que parecen haber creado la vida y el universo, pero ¿Quién creó esas leyes? Esto ha conducido a admitir que este meticuloso diseño no pudo haber sido creado más que por una mente superior.
Dios dijo "Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, días y años. Y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra" (Génesis 1:14-15).
En la antigüedad, el hombre cometió el error de adorar la creación en lugar de su Creador: el sol, la luna y las estrellas (Deuteronomio 17:3) El problema no es la fascinación por los cielos, sino rechazar a Dios sin comprender lo que observamos.
El principio del universo
Los científicos se desconciertan al saber que el universo tuvo un principio que surgió de la nada. En el siglo XX, los científicos pensaban que el universo siempre había existido. El famoso físico Albert Einstein, admitió que cometió un error grave al añadir una constante a la teoría de la relatividad, denotando con ello que el universo no se estaba expandiendo.
El hombre siempre se ha preguntado: ¿cómo se sostienen los planetas en el universo? Job 26:7 “Él extiende el norte sobre el vacío, cuelga la tierra sobre nada”. Esto desafiaba la lógica, hasta que siglos después se convirtió en una verdad —nuestro planeta se sostiene en su lugar y en su órbita por la ley física de la gravitación universal, descubierta por el científico inglés Isaac Newton.
Para mostrar lo insignificante que es el hombre, Dios hace a los astrónomos seculares la misma pregunta que le hizo al patriarca: Job 38:31-32 “¿Podrás tu atar los lazos de las Pléyades, o desatarás las ligaduras de Orión? ¿Sacarás tú a su tiempo las constelaciones de los cielos, o guiarás a la Osa Mayor con sus hijos?”
La existencia y la formación del universo y las estrellas es una historia jamás contada, porque el hombre no ha podido descubrir, por sus medios, los secretos del cosmos. El universo revela una planificación y un propósito que nos ayuda a comprender el plan maestro que Dios tiene para la humanidad.