¿Qué dicen de nosotros nuestras publicaciones en redes sociales?

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¿Qué dicen de nosotros nuestras publicaciones en redes sociales?

¿Alguna vez ha leído una publicación en las redes sociales que le sorprendió? ¿No solamente por lo que decía sino por la persona que lo compartió? ¿Cambió eso la forma en la que usted veía a esa persona? Tal vez las imágenes, el lenguaje o el mensaje contradijeron lo que usted pensaba de esa persona. Nos guste o no, lo que vemos como entretenido, lo que defendemos, las bromas que compartimos y el lenguaje que usamos dicen mucho acerca de nosotros.

Nuestros amigos no son los únicos que observan eso. Muchas empresas dicen revisar las publicaciones en redes sociales de postulantes antes de contratarlos. Si no les gusta lo que ven, probablemente usted no sea considerado para el puesto de trabajo. No piense que ellos no pueden ver lo que usted comparte. Solo porque su perfil no sea público no significa que usted se salva. La escritora para Forbes, Kashmir Hill, dijo: “Las advertencias más claras para los empleadores parecen ser las drogas, el alcoholismo, hablar mal de otros empleadores y mentir sobre las calificaciones de uno mismo. Pero hay otra buena razón para revisar el perfil de Facebook de un candidato antes de llamarlos a una entrevista: eso es un reflejo de cuán bueno él/ella será para el puesto” (“Facebook puede decir si vale la pena contratar a una persona”, 5 de marzo, 2012).

Debemos considerar que todo lo que ponemos en Internet es visto por una variedad de personas. ¿Cuántas veces ha visto usted a alguien compartir un meme o video y luego dijo: “Esto es genial, pero ¿y ese lenguaje?” A veces la gente ni presenta excusas y publica lo que le gusta sin pensarlo. Puede ser algo con lenguaje obsceno, violencia, opiniones fuertes, odio o algo que es contrario a lo que ellos dicen de sí mismo. Por ejemplo, si digo que soy una persona compasiva y amorosa, pero luego voy en línea y publico cosas odiosas, de enojo inflamatorio, ¿cómo me verán los otros? ¿Seguirán pensando que soy amoroso y compasivo? Probablemente no.

Como cristianos, debemos ser luces en este mundo (Mateo 5:14, lea también Hechos 13:47). Si somos luces, ¿cómo se ve si usamos las redes sociales para herir a nuestros amigos y familiares, hablar sobre nuestra noche de embriaguez, contar chistes sucios o hablar mal de líderes? (Hechos 23:5). ¿Cómo nos verá la gente si publicamos nuestros horóscopos, o para aprobar de algo horrible que le sucedió a otro ser humano? ¿Estamos publicando sin pensarlo bien o porque alguien que conocemos lo hace? Otros están viendo y aprenden sobre nosotros por lo que ven.

Podemos cambiar la manera de hacer las cosas si consideramos lo siguiente.

  1. Piense en su publicación – Lea con cuidado y piense si sus palabras o lo que usted vaya a compartir refleja algo de quién es usted. Si no es así, no lo publique (1 Tesalonicenses 5:22).
  2. ¿Qué haría Jesús? – Es una declaración usada bastante, pero válida. Debemos emular a Jesucristo. ¿Diría Jesús lo que usted dice? Si no, ¿vale la pena compartirlo? (Gálatas 3:27; Colosenses 2:6).
  3. ¿Qué diría su madre? – Siempre he dicho que, si uno puede evitar maldecir frente a sus padres, se puede evitar en todo instante. No invente excusas para actuar de manera pobre en el Internet. Si su madre no soporta ver ni escuchar eso, entonces no vale la pena compartir esas publicaciones en línea.
  4. Ame a su prójimo – Si amamos y respetamos a una o varias personas, difícilmente publicaremos algo en contra de ellas. Considere postear algo que ayude en vez de algo negativo. Si a usted le disgusta la manera en que una persona o gente actúa entonces intente ofrecer sugerencias en vez de atacarlas. También debemos amar a nuestros enemigos (Mateo 5:43-48).
  5. Haga que otros se sientan bien - ¿Qué le gusta ver en las redes sociales? ¿Le hace sentir bien ver bastante negatividad o prefiere sonreír y divertirse? Si bien es cierto que esporádicamente pedimos que oren por nosotros, o informamos cosas que no son agradables, debemos hacer el esfuerzo de que la mayoría de nuestras publicaciones hagan sentir bien a otros o que se detengan a reflexionar sobre algo.
  6. Orar – Tal vez piense que no está relacionado. Pero si pedimos a Dios que guíe nuestros pensamientos y acciones durante el día, eso incluirá también lo que nosotros vayamos a publicar.
  7. Escríbalo – A veces, cuando estamos irritados, nuestros dedos presionan rápidamente las teclas y oprimimos “enter”. ¿Qué tal si lo redactamos, lo leemos y luego lo eliminamos? Saque esos sentimientos y luego descártelos.

Todos podemos beneficiarnos de estos pasos. Cada cambio que hagamos en nuestro comportamiento nos ayuda a crecer (Salmos 92:12). Todos somos culpables de respuestas reaccionarias o de cuando realmente no pensamos bien. No podemos andar en el camino de los demás (Salmos 119:1-3; Proverbios 1:15). Debemos ser más que seguidores de Cristo; debemos actuar como sus discípulos.

Fuente: UCG.org