“Los malvados se inclinarán ante los buenos; los malos suplicarán a las puertas de los justos” (Proverbios 14:19, DHH).

Esta es una promesa de Dios, pero tomará tiempo para que se cumpla. Con el tiempo, sucederá – pero gran parte de ella se producirá después del regreso de Cristo, ya sea en la primera o la segunda resurrección cuando las personas vengan ante el tribunal de Cristo (Romanos 14:10).

Nuestro sentido de demandar justicia, de que sea compensado en un periodo corto de tiempo muestra lo mejor de nuestra naturaleza humana. Pero Dios es justo y paciente, y así como tratamos de desarrollar un carácter a la manera de Dios, a través del Espíritu Santo, de reemplazar nuestra naturaleza humana, nosotros también, debemos llegar a ser justos y pacientes.

En primer lugar, nuestro enfoque debe ser el de perdonar a otros y a la vez perdonarnos a nosotros mismos, ya que “si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas” (Mateo 6:15).

¿Has progresado en el perdón?

Fuente: ucg.org