Después de dos días de viaje, he llegado al destino donde pasaré la Pascua y parte de los días de Panes sin Levadura.

Antes de llegar acá pase por lo menos en 4 casas que se estaban preparando para estas fiestas. Para mí, en lo personal, es emocionante ver como a medida que la luna crece (se llena) las personas alrededor del mundo hacemos las mismas cosas, no importando nuestra ciudadanía o cultura, todos seguimos las instrucciones que Dios dejo en su Biblia.

Limpiar las casas de la levadura, ordenar los aspectos físicos de esta fiesta, es un acto que nos ayuda a centrarnos en las cosas espirituales, el objetivo principal.

Para Dios, lo espiritual es lo principal. Sin embargo, siempre trabaja primeramente con lo físico: con seres humanos, con un pueblo (Israel), con sacrificios que fueron sombra de lo que había de venir, y con sus Fiestas Santas que tienen muchos componentes físicos que debemos guardar prolijamente para ser obedientes a Dios y para poder entender los componentes espirituales.

Cada año me doy cuenta que al obedecer las instrucciones físicas, se produce un cambio en nuestras mentes (que es mucho más que el cerebro) que nos deja entrar más y mejor información de las cosas de Dios.

En conclusión, pienso que para poder entender lo espiritual, que se acomoda a lo espiritual, debemos dejar nuestras mentes dispuestas, entregadas a Dios, para que él pueda trabajar en nosotros. Limpiemos nuestras dependencias para que Dios limpie nuestras vidas.