¿Podemos Confiar en Nuestros Sentidos?

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¿Podemos Confiar en Nuestros Sentidos?

En términos generales, interactuamos con el medio en que vivimos por medio de los sentidos. Necesitamos ver a nuestro alrededor para escapar del peligro; con el olfato y el gusto podemos saber que alimentos podemos ingerir; nuestros oídos identifican los sonidos y con el tacto identificamos las superficies.   

Durante años se ha creído que tenemos cinco sentidos: vista, oído, gusto, tacto y olfato. Sin embargo, se ha descubierto que tenemos otros, como el sentido de la orientación, del equilibrio, del dolor y del movimiento.   

Pero los sentidos, por instinto de conservación, nos pueden inducir a no continuar para alcanzar ciertas metas. Los deportistas, por ejemplo, necesitan sobreponerse a ciertos elementos adversos como el frío, el calor, el viento y la fatiga. La resistencia no es solamente un factor físico, nuestra mente también juega un papel fundamental.

Superando la adversidad

Una fría mañana del mes de agosto, hace 70 años, Florence Chadwick se convirtió en la primera mujer que cruzó a nado el Canal de la Mancha en ambas direcciones, estableciendo así un récord mundial.

Dos años después de su hazaña, aceptó el desafío de cruzar los 38 kilómetros que separan la isla de Catalina de la costa de California. Después de nadar por 16 horas en las aguas del Océano Pacífico, en medio de la niebla, exhausta y desalentada se dio por vencida. Poco después de subir al barco que la llevaría a tierra firme pudo ver con claridad la costa que anhelaba alcanzar, a menos de un kilómetro.

Dos meses más tarde lo logró en un tiempo récord. Ese día también había niebla y no podía ver más allá de su brazada. Estaba inmersa en las mismas condiciones, pero esta vez no se dio por vencida. Más tarde explicó qué había hecho la diferencia: “con cada brazada que daba, veía en mi mente la costa. Cuando mis sentidos me instaban a claudicar, traía a mi mente esa imagen”. Aunque las condiciones climáticas eran las mismas, su voluntad interior era distinta e, ignorando sus sentidos, logró llegar a la costa.

Nuestros sentidos son como radares que nos indican cuanto podemos resistir y el momento en el que debemos detenernos. Los deportistas que logran sobreponerse a los elementos adversos, detectados por sus sentidos, finalmente rompen marcas y alcanzan la victoria.

Resiliencia espiritual

La resiliencia es la capacidad de una persona para hacer frente a sus propios problemas, superar los obstáculos y no ceder a la presión sin importar la situación. ¿Qué hizo que el rey David fuese tan fuerte? Pese a las circunstancias, creyó firmemente que Dios no lo abandonaría; como su Pastor, tenía cuidado de él y lo había comprado a un gran precio.  Salmo 23:4 “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tu estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento”.

En el evangelio de Mateo se muestra el carácter impulsivo del apóstol Pedro cuando decidió seguir a Jesucristo sobre las aguas, atendiendo su llamado. Mateo 14:29 “Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzado a hundirse, dio voces diciendo ¡Señor sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿por qué dudaste?

Cuando Pedro evaluó, por medio de sus sentidos, lo que había a su alrededor, sintiendo el viento y el frío sobre su rostro, dudó y no pudo continuar caminando sobre las aguas.

Igualmente nosotros, cuando nos enfocamos en los problemas a nuestro alrededor sin creer en la ayuda de Dios, terminamos hundiéndonos. Para mantener nuestra fe en medio de la tormenta, debemos creerle a Dios y no confiar solamente en lo que percibimos a través de nuestros sentidos.

Mientras tengamos la naturaleza humana, nuestros sentidos nos pueden traicionar. Estos solo pueden ser una guía confiable si están en estrecha comunión con Dios.

No podemos llegar a comprenderlo todo por medido de la ciencia ni con nuestros sentidos, porque como los expresara el apóstol Pablo: “El hombre natural no percibe las cosas que son del espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (1 Corintios 2:14).