Lecciones del libro de Números
El nombre español del cuarto libro del Pentateuco es Números. En hebreo, el título del libro es Bemidvar que significa “en el desierto”. Relata lo sucedido durante los cuarenta años en los que el pueblo de Israel peregrinó por el desierto en camino a la tierra prometida.
Los primeros diez capítulos nos muestran un pueblo organizado y obediente a la palabra de Dios. Se someten a un censo para saber cuántos son, presentaron ofrendas para la dedicación del altar, consagraron a los levitas, celebraron la Pascua. Pero desde el capítulo once vemos una serie de episodios de rebeldía que durarán casi todo el resto del libro. Los agobios del penoso caminar hacia una meta desconocida y que parecía siempre lejana los hacía protestar, rebelarse una y otra vez. Incluso añoraban como mejores tiempos los pasados en esclavitud.
Solemos enfrentar los nuevos proyectos con energía, disciplina y convicción. Sin embargo, el tiempo nos hace olvidar los compromisos adquiridos, la rutina nos confunde y perdemos de vista los objetivos iniciales. Nos disgustamos por detalles, nos frenan las dificultades. Pasa con la familia, con los amigos. Lo cotidiano nos aleja de lo sagrado.
Termina el libro con el pueblo acampado junto al Jordán frente a Jericó, listo para entrar a la tierrra prometida. Pese a las dificultades lograron el objetivo. Con más sabiduría pudieron haber evitado tanto dolor. Eso queda para que nosotros, los lectores, aprendamos de sus errores y podamos así mejorar nuestras vidas.