Feliz Sábado

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Feliz Sábado

Muchos de nosotros hemos escuchado la frase "no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos". Esta realidad tan humana a menudo nos cobija en un lugar cómodo sin que sea necesario mucho sacrificio para vivir la vida plena que Dios nos ha dado.

Hoy vivimos un tiempo que podríamos llamar pacífico. Me refiero a que podemos reunirnos cada sábado y congregarnos junto con los hermanos para guardar el sábado. En épocas pasadas, muchas personas murieron quemadas sólo por hacer esto. 

¿Estamos valorando este tiempo de paz para tenernos cerca los unos con los otros? Aquí se me viene a la mente la vida de muchos ancianos miembros de la Iglesia de Dios Unida en México, que con sus cuerpos desgastados de tanto andar, muchos de ellos bastante enfermos, dan su mejor esfuerzo cada sábado sin faltar, para reunirse en la santa convocación. 

Leamos: Hebreos 10:25
"...no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca."

Congregarse implica una acción. Por extensión usted y yo somos cada sábado una ofrenda, un sacrificio vivo para Dios, en su día. Sabemos que la salud juega un factor determinante para congregarnos. Cuando estamos realmente imposibilitados para reunirnos tenemos la ayuda de la tecnología, que nos ayuda a estar presentes virtualmente en los servicios o incluso si nos encontramos de viaje, reunirnos con los hermanos a través de los servicios en vivo por Internet. ¿No es acaso esto fabuloso? Actualmente diversas congregaciones se conectan a la señal en directo que se transmite desde la Ciudad de México. 

Sin embargo, el uso de la tecnología no reemplaza la comunión con los hermanos, sino más bien, debe ser utilizada en casos de salud y/o viaje como una alternativa y no debe ser la costumbre. Si usted asiste a las localidades que se conectan cada sábado, así también debe congregarse con los hermanos de ese lugar. Su presencia es importante para Dios y usted es un instrumento de alegría y compañerismo. ¡No lo olvide! 

Hermanos, no debemos dejar de reunirnos. Esto, además de ser un mandamiento de Dios y de jugar un papel importante en nuestra relación y salvación personal, también significa mucho para los hermanos a quienes saludamos y con quienes interactuamos cada sábado. Leímos Hebreos 10:25, pero fíjense lo que menciona el autor de Hebreos en dos versículos anteriores:

23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.
24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras;

En otras palabras, la santa convocación nos ayuda a permanecer firmes sin fluctuar compartiendo con el resto de las personas la misma carrera espiritual y nos estimula a hacer buenas obras amorosas. Si dejamos de congregarnos, iremos perdiendo toda la riqueza que existe en una simple conversación con algún hermano. 

Exhortémonos los unos con los otros y entreguemos ánimo y alegría los sábados semanales, fiesta santa de Dios al cual somos invitados cada semana. Valoremos a nuestros ancianos que nos dan un tremendo ejemplo que nos debe inspirar y motivar para no no dudar a reunirnos en santa convocación.