Sólo hazlo
Prometemos que seremos mejores, o que haremos esto o aquello, o que cambiaremos. Pero aquellos que creen en esas promesas usualmente se decepcionan, porque el que hace dichas promesas es aquel que ha dejado muchas cosas sin cumplir. Red Auerbach escribió, “una hectárea trabajada es mejor que todo un mundo de promesas”.
Nos alegramos cuando conocemos a una persona en su propio mundo. Existe cierta calidad de carácter en esa persona que admiramos. Jesucristo fue un poco más lejos en su comentario cuando dijo: “Pero sea vuestro: si, sí; no, no; porque lo que es más que esto, de mal procede” (Mateo 5:37). Las promesas son generalmente un “si” que no conduce a ninguna parte. Cuando hagamos una promesa o un voto oficial —¡cumplámoslo! Esto es lo que a Dios le agrada que hagamos.