El robo de identidad personal
El robo de identidad personal se considera el “delito del siglo”, aunque la usurpación es más antigua de lo que creemos. Ocurre cuando alguien utiliza nuestra información personal para cometer fraude. Las víctimas a menudo se enteran cuando ya es demasiado tarde y las consecuencias son devastadoras.
Este delito se ha convertido en un problema grave, no solo en países desarrollados, sino para muchas personas alrededor del mundo; los ladrones de identidad personal no respetan fronteras. Cuando alguien roba información personal, utiliza estos datos para su propio beneficio económico, usurpando el nombre de la víctima.
Un plan nefasto
Cuando la vida física de Jesucristo estaba en la balanza, la gente de Jerusalén tuvo la oportunidad de pedir que le soltaran en lugar de Barrabás, un homicida condenado a muerte (Hechos 3:14). Aparentemente, era una intención justa de Poncio Pilato, el emperador romano de Judea, al permitir que el pueblo decidiera a quién habría de liberar durante la fiesta judía.
Trágicamente, Jesús y los habitantes de Jerusalén, fueron víctimas de una campaña mortal. Los líderes religiosos habían planeado eliminar a quien había expuesto su hipocresía y socavado sus posiciones privilegiadas. Estaban airados y se justificaban para actuar de esta forma.
Muy de mañana, uno de ellos sugirió que podría ser necesario que un hombre muriera por el bienestar de la nación (Juan 11:50-51). Sonaba como una acción patriótica, pero la mayoría no tenía idea de lo que realmente estaba ocurriendo y lo que estaba por venir.
Luego del arresto de Jesús y su juicio ilegal, de noche, para que el pueblo no se enterara de lo que sucedía, los sacerdotes líderes y los ancianos continuaron su plan. Persuadieron a la multitud de que era necesario eliminarlo. (Mateo 27:20). Jesús fue condenado a muerte por crucifixión, aunque eventualmente la verdad saldría a luz.
Hoy, la gente sabe que Jesús de Nazaret fue condenado por falsos cargos, pero la mayoría ignora que, con el paso de los años, su identidad personal fue robada. Como resultado, hoy muchos adoran a un Jesucristo falso y creen en un evangelio adulterado.
Lamentablemente, la distorsión de su mensaje continúa y es probable que usted —al igual que los habitantes del primer siglo en Jerusalén—sea también víctima de este engaño.
Jesucristo, víctima de robo de identidad
Con el tiempo, Jesús recibió un maquillaje total que alteró su imagen, fecha de nacimiento y su antecedente cultural. Cuando la gente piensa en Jesucristo hoy, viene a su mente la imagen de un hombre de apariencia afeminada, de pelo largo y un halo alrededor de su cabeza. Pero esto es simplemente la creación de los artistas.
El artículo “El verdadero rostro de Jesús”. Revista Mecánica Popular Dic. 2002 [The Real Face of Jesus. Popular Mechanics magazine, Dec. 2002] explica que por medio de la antropología forense, científicos británicos y arqueólogos israelíes lograron reconstruir digitalmente la imagen de Jesús la cual dista mucho de las imágenes actuales.
Según la historia, los hombres de aquella época usaban el cabello corto. Los judíos del primer siglo consideraban vergonzoso usar el pelo largo. El apóstol Pablo dijo a la Iglesia en Corinto que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello (1 Corintios 11:14).
El pelo corto era común en otras culturas del primer siglo, como vemos en estatuas y monedas de personajes griegos y romanos. Como Jesús tenía la misma apariencia de otros líderes judíos pudo escapar de sus captores. (Juan 8:59).
Considerando las evidencias del evangelio de Lucas, los eruditos concluyen que el nacimiento de Jesucristo ocurrió en septiembre u octubre. La idea popular del nacimiento el 25 de diciembre es una adaptación del paganismo.
Si usted desea conocer al verdadero Jesucristo, su vida y sus enseñanzas, puede leer el folleto gratuito titulado “La verdadera historia de Jesucristo”.
¿Ahora que conoce estos hechos, seguirá creyendo en un mito ingeniosamente diseñado —un personaje de ficción sin base bíblica—o en el verdadero Jesús? Busquemos y honremos a nuestro auténtico Salvador para disfrutar de una vida abundante y conocer sus grandes promesas para la humanidad.