Dejar de pensar en MI
¿Había pensado alguna vez el aislamiento es más una medida de amor al prójimo que de cuidado propio?
Si usted lo piensa bien, el aislarse de otras personas lo hacemos para evitar contagiar a otros cuando estamos resfriados o con alguna otra enfermedad contagiosa. Es el enfermo el que se debe aislar.
Por estos días, se nos ha pedido a todos los que puedan aislarse de las grandes multitudes, jardines infantiles, colegios, universidades, centros comerciales, plazas públicas, etc.
Cuando pensamos en esto, no debemos caer en el pensamiento del YO.
YO soy sano, no es más que una gripe.
YO me lavo las manos con frecuencia, no me pasará nada.
Esta enfermedad, Pandemia (enfermedad epidémica que se extiende a muchos países) es una nueva oportunidad para demostrar nuestro amor al prójimo y dejar de lado nuestras actividades personales. Nuestro YO puede quedar en segundo plano en virtud de la gran mayoría de la población.
Filipenses 2:3-4 nos dice: “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros”.
La biblia está llena de relatos de sacrificios personales por el bien mayor de los otros, actos de altruismo. Jesucristo fue su máxima expresión y no solo fue un ejemplo, fue un mandamiento.
Juan 13:34 nos dice: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros”.
¿Y cómo nos amó Jesucristo? Él dio su vida por nosotros. Y ¿qué vamos a hacer nosotros por cumplir el mandamiento de Dios?
Dejemos nuestros pensamientos personales, dejemos nuestra propia integridad por el amor del otro.