Cazadores y ovejas

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Cazadores y ovejas

Vivimos en tiempos modernos, los mismos que retrató Chaplin en una de sus películas titulada justamente “Tiempos Modernos”. La película abarca temas como la revolución industrial y el cómo afectó a la población con su producción en serie. Es una película muy antigua que, si tienen oportunidad de ver, sería bueno que lo hicieran.

Los tiempos modernos de hoy son más modernos que dicha película, y al mismo tiempo más complejos y confusos. Tome su Biblia y lea los siguientes versículos por favor: Mateo 10:17, Mateo 24:9, Marcos 13:9, Lucas 21:12.

Vendrán tiempos donde sucederán situaciones en que tendremos que definirnos. ¿De parte de quién estoy? ¿A favor o en contra? ¿Apoyo o desacredito? ¿Soy un cazador o soy un pastor?

La profecía nos relata situaciones tensas y decisivas en donde, en los tiempos (modernos) del fin, habría personas que nos entregarían por causa de habernos definido a favor de Cristo. 

Es una realidad triste pero necesaria que Dios permitirá que suceda en algún tiempo en el futuro. No quisiéramos que nos cazaran tal como Saulo lo hacía con los cristianos de la iglesia primitiva. Creo que todos queremos estar bajo el “buen pastor” y ser protegidos de la cacería que nos relata la profecía.

Y si hablamos de definiciones, hoy mismo ya estamos viendo lo que sucede en los Estados Unidos con el racismo, el cual, según Barack Obama, “está en el ADN del Norteamericano” donde la igualdad del matrimonio es ya un hecho y donde varios pequeños dominós que van cayendo gatillan viejas consignas, marchas y  discusiones en el pueblo del norte, y también en el resto del mundo con matanzas de cristianos, musulmanes, el antisemitismo y el odio de culturas y religiones, así como el nacionalismo de regiones ancestrales. El hecho es que nos estamos polarizando. Y así como sucede a nuestro alrededor, también sucedió desde un principio en la historia del hombre sobre la tierra. 

El primer cazador que aparece como tal en la Biblia es Nimrod (Génesis 10:8-9). Hombre fuerte y vigoroso que enfrentó a Dios e hizo que toda una cultura dijera “No verá Dios nuestro fin”. Esta actitud de cazador fue la que provocó que Dios realizara la división de lenguas en un perfecto y desordenado milagro. 

También está Ismael, quien se convirtió en “tirador de arco” (Génesis 21:20), padre de todos los árabes, quienes vemos hoy lamentablemente con su lado fundamentalista extremo imponiendo su violencia y crueldad. 

Otro hombre que también es diestro en este oficio es Esaú (Génesis 25:26), quien no recordamos por ser un gran cazador, sino porque vendió su primogenitura a su hermano Jacob (suplantador).

Vemos también a Saúl. El rey no estuvo preocupado de cazar alimento en el desierto, sino que estuvo mucho tiempo empedernido con todas sus fuerzas de atrapar al rey David.

Como último ejemplo vemos al símbolo de la mujer ramera, quien nos dice la escritura que caza al hombre en sus redes y lo convierte en un bocado de pan (Proverbios 6:26).

¿Qué vemos en todos estos cazadores?  Orgullo, violencia, estrechez de mente, obstinación y lejanía de Dios. La cacería está comandada por el acusador de los hermanos, Satanás y no es un oficio que nos gustaría ejercer. ¿Y entonces? Debemos ser una oveja que busca el buen pastor, esa tiene que ser nuestra definición. 

Estos cazadores se definieron en un momento en la historia, y a nosotros quizá también nos llegue un momento en que tengamos que decidir si seremos cazadores entregando a hermanos o si seguiremos como ovejas del buen pastor siendo protegidos de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero. 

Busquemos hoy a nuestro pastor y mantengámonos firmes en esa definición. Recordemos que el mundo comienza con su polarización y puede engañarnos en cualquier momento. Seamos hijos del Dios viviente. Seamos las ovejas, mas no los cazadores.