En nuestro mundo caótico y turbulento, uno de los temas más controvertidos es si Dios existe y si su Palabra tiene algún significado para nosotros en la actualidad.
A medida que el mundo se acerca al final de un año civil más (con las paganas festividades correspondientes), podemos ver con mayor claridad los peligrosos tiempos que transcurren.
Durante la Primera Guerra Mundial, muchos soldados alemanes marcharon a la guerra con su lema imperial Gott Mitt Uns — “Dios con nosotros” grabado en sus cascos y las hebillas de sus cinturones.
Muchos suponen que los seres vivientes evolucionaron gradualmente durante miles de millones de años. Pero es necesario examinar todos los hechos antes de aceptar la evolución como un hecho comprobado.
La humanidad siempre ha soñado con un planeta pacífico, una Tierra utópica que no esté plagada de guerras, disturbios, enfermedades, pobreza y gobiernos corruptos.
Un conflicto cultural está minando la estructura de las sociedades occidentales. La historia está siendo reescrita y la cultura reformada en una enardecida contienda sobre la Biblia.
Si la teoría de la evolución es algo tan infalible, ¿por qué suscita tantas dudas? ¿Por qué tantos luchan desesperadamente para evitar que se consideren otras opciones? Pero más importante aún, ¿qué es lo que muestran realmente las pruebas?
La división de esta nación es tan evidente, que muchos temen que haya más violencia, derramamiento de sangre y quizás inclusootra guerra civil. ¿Qué hay detrás de esto y qué implicancias tiene para nosotros?
¿Por qué el mundo parece hundirse en el caos? ¿Podemos controlar la anarquía? ¿Es posible cambiar el curso de una civilización tan extraviada como la nuestra y resolver nuestros problemas?
Con tanta gente que busca gratificación instantánea, no debiera sorprendernos que tantos matrimonios terminen en divorcio. ¿Esperamos recibir más de nuestro cónyuge de lo que estamos dispuestos a darle?
El diablo es mucho más astuto y puede estar mucho más cerca de lo que creemos. La Biblia revela que engaña al mundo entero, es decir, que ha embaucado incluso a iglesias y personajes religiosos. ¿Será esto posible? ¿Podría estar engañado usted también?