Los doce títulos de Moisés

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Los doce títulos de Moisés

Mientras Moisés estuvo como príncipe en Egipto, recibió la mejor educación en los Harvard o las Sorbona de entonces, y de ahí que, en la primera etapa de su vida, resultó ser un: (1) Buen matemático, (2) Hábil ingeniero y (3) excelente Maestro constructor, porque era necesario ser un buen matemático, excelente calculista y hábil ingeniero, porque necesitaban mover enormes pedrones para construir la ciudad de Faraón, para lo cual Moisés ideo sistemas de transporte en base a troncos deslizantes, aceites lubricantes, etc.; asimismo diseñó y construyó varios canales para proteger el desborde del río Nilo. Además, construyó muros en las ciudades y terraplenes de tierra, protegiendo las zonas de cultivo.

También Moisés fue (4) Guerrero capacitado, y (5) un excepcional General del ejército egipcio. Sus vecinos etíopes habían incursionado en su tierra realizando saqueos. Los egipcios indignados decidieron vengar al agresor, pero fueron vencidos por los etíopes. Finalmente, aquellos decidieron invadirlos para someterlos totalmente. Entonces resolvieron tomar como jefe aliado a Moisés.

Faraón lo nombró General de su ejército y persuadido por él y Termutis, asumió el mando total. Todos se sintieron felices de ver a Moisés dueño de la situación. Su base de operaciones fue precisamente Tebas. Moisés condujo a su ejército contra el invasor antes de que los etíopes se dieran cuenta de sus planes. No marchó por el río Nilo, sino por tierra como prueba de su magnífica sagacidad y estrategia militar.

Cuando llegó a un sitio en que no se podía cruzar por la excesiva cantidad de serpientes, él ideó una sensacional estratagema para sacar al ejército sano y salvo. Hizo canastos de corteza de papiros, los llenó de ibis, ave zancuda del tipo de los íbidos. Ellas se alimentaban de moluscos fluviales, de reptiles y de víboras. Se los llevó consigo y cuando llegó al lugar, los dejó en libertad y por ese medio repelió el ataque de los reptiles.

Luego Moisés cayó sorpresivamente sobre el enemigo de Egipto. Les presentó batalla y los venció destrozando sus ciudades y ocasionando gran matanza entre los etíopes. Estos se retiraron hasta la ciudad de Saba, en Etiopía. Al ver su destreza, Tarbis, hija del Rey de Etiopía, quiso casarse con Moisés. No sabemos si el trato llegó a consumarse. Lo cierto es que los etíopes terminaron derrotados totalmente por el general Moisés. Entonces los egipcios volvieron a su patria victoriosos.

Como (6) Pastor de ovejas, aprendió a cuidar los rebaños de su suegro Jetro, nada menos que por 40 años. La cualidad de ser pastor le iba a servir más tarde, para desarrollar resistencia para guiar al pueblo de Israel, sacándolo fuera de la esclavitud de Egipto.

Afirmamos que también fue un (7) Hombre de Letras y poeta porque no solo escribió los cinco primeros libros de la Biblia, conocido como el Pentateuco, o Torá para los judíos, porque ahí encontramos una perfecta armonía de los hechos de Israel, al describir en forma cronológica, empezando por los padres antediluvianos hasta que Israel estuvo a punto de ingresar a la tierra de Canaan.

Moisés también fue un exquisito poeta debido a su excelente educación que recibió en Heliópolis. Ello queda demostrado cuando leemos el capítulo 32 del libro de Deuteronomio, donde vemos que compuso con gran inspiración, precisión y maestría, varios versos hexamétricos de alabanzas y agradecimiento a Dios por los muchos favores que hizo con el pueblo de Israel, como un cántico de despedida, permitiendo que finalmente llegase hasta las mismas puertas de la Tierra Prometida, en frente del río Jordán, cuando Dios le dijo que suba al monte Nebo a la cumbre del Pisga para que observase toda la tierra de Canaán, la cual iba a heredar Israel.

También sabemos que Moisés dejó escrito el Salmo 90, mostrando contraste entre la eternidad de Dios y la fragilidad del hombre. Dios exhortó a Moisés a tener ánimo para que estuviera seguro de que él sería su gran apoyo.

De esta manera Dios convirtió a Moisés en (8) Líder de su pueblo, dándole la responsabilidad de enfrentar a Faraón y su corte, para sacar a los hijos de Israel de Egipto. Dios le entregó esa misión desde que puso sus ojos en un hombre que si bien adquirió excelente educación, al principio no estaba preparado para ser un verdadero líder; fue Dios quién se encargó de darle la cualidad que le faltaba, porque además debía conducir a Israel por el desierto durante 40 años, porque sabemos que un líder según Dios, es algo que inmediatamente se refleja en el pueblo, porque cuando los justos ejercen buen liderazgo, el pueblo se alegra; mientras que cuando domina el malvado, el pueblo sufre (Proverbios 29:2).

Y para cumplir su liderazgo, previamente Moisés tenía que ser un humilde (9) Siervo de Dios debido a que iba a ser utilizado para un fin superior, porque Moisés también contaba con atributos y cualidades para ser un hombre humilde, obediente y virtuoso. Las escrituras lo confirman en ese sentido.

Además, Moisés actuó como (10) Verdadero juez y Guía de Israel, porque también él se puso a juzgar al pueblo que estaba delante de él desde la mañana hasta la tarde, debido a que el pueblo venía para consultar a Dios y cuando tenían algún pleito, Moisés juzgaba entre uno y otro. Pero su suegro Jetro lo recriminó al ver que Moisés juzgaba solo, porque su trabajo era demasiado pesado. Entonces Jetro le aconsejó elevar esto a consideración de Dios. Y luego le dijo que escoja entre el pueblo hombres veraces, virtuosos y temerosos de Dios, para ponerlos sobre el pueblo como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez, para que juzguen cosas pequeñas al pueblo, en tiempo necesario, mientras que los casos más graves debían ser llevados a consideración de Moisés, para aliviar su carga (Éxodo 18:13-22).

También, Moisés cumplió su misión como (11) Abogado, porque en el tercer libro, reglamentó las Leyes sobre los holocaustos, ofrendas, sacrificios, animales limpios e inmundos, leyes sobre la higiene, salud, impurezas físicas, moralidad, santidad, justicia y sacerdocio. Además, bajo inspiración divina, enseñó y reglamentó las fiestas santas y las bendiciones o maldiciones que habrían de venir sobre el pueblo en caso de obediencia o desobediencia.

Asimismo, Moisés actuó como un sabio (12) Profeta de Dios, porque los 29 versículos de Deuteronomio 33 están dedicados a las profecías sobre la descendencia de las doce tribus de Israel, las mismas que se habrían de cumplir en el futuro.

Vale decir que, para que Moisés pudiera cumplir totalmente la misión que Dios le había encomendado, era necesario que actuase como un verdadero profeta, porque cuando los israelitas estuvieron sitiados por el poderoso ejército egipcio frente al mar de las Cañas (Mar Rojo) enfrente de las montañas de Pi-hahirot, culparon a Moisés por su difícil situación, olvidándose que Dios les había dado señales para recuperar su libertad, incluso llegando a arrojar piedras al profeta, mientras que él solo los animaba prometiéndoles que Dios los habría de sacar de su difícil situación.

El trabajo que le fue encomendado a Moisés era de primera prioridad, porque fue un líder temeroso de Dios, pese a las dificultades, obstáculos, problemas, y murmuraciones del pueblo que mostraba su descontento después de librarlos de su esclavitud. En lugar de deprimirse, Moisés aprendió a poner todo en manos de Dios.

De esa manera, el humilde siervo de Dios nos dejó valiosos ejemplos, de los cuales todavía tenemos mucho que aprender.