Carta del Presidente
Cómo discernir los tiempos en que vivimos
Mientras el mundo parece enloquecer de nuevo casi todos los días, ¿qué pasa con nosotros? "Ahora la noche caerá sobre ustedes y acabará con todas sus visiones. La oscuridad los cubrirá . . ." (Miqueas 3:6-7, Nueva Traducción Viviente). Esta inquietante profecía describe una época en la que una nación bendecida por Dios se aleja voluntariamente del Todopoderoso, en la que los líderes políticos y religiosos tergiversan la justicia y el entendimiento hasta el punto en que el propio Dios declara que "¡Ustedes, falsos profetas, llevan a mi pueblo por mal camino!" (v. 5, NLT). Más aún, en el versículo 4 de Miqueas 3 dice que "Él esconderá de ellos su rostro en aquel tiempo, porque han hecho malas obras" (v. 4, Nueva Biblia de las Américas).
Últimamente han surgido tendencias alarmantes en los Estados Unidos y el extranjero. En esta columna me gustaría referirme a ellas y solicitar las oraciones específicas de todos ustedes. Sin embargo, al repasarlas quiero enfatizar que, a pesar de estas angustiosas tendencias, no carecemos de esperanza. De hecho, ¡todo lo contrario! Nuestro verdadero Salvador, Jesucristo, nos instruye para que discernamos cuidadosamente los tiempos mientras seguimos confiando en Dios como inocentes criaturas (Mateo 10:16).
Esto es lo que tenemos que entender: ha surgido una tendencia muy preocupante – se ha puesto en marcha la censura indiscriminada de la información en línea, ¡incluyendo la censura ejercida tanto por los gobiernos nacionales como por las propias empresas de Internet! Si bien en la comunidad de la Iglesia de Dios seguimos publicando y distribuyendo miles de copias impresas de folletos, guías de estudio bíblico, revistas y cartas, hoy en día realizamos gran parte de la obra de Dios en este entorno digital que ahora está siendo sometido a una censura caprichosa.
Uno de estos alarmantes actos de censura digital se denomina "deplatform" en inglés, que significa “quitar la plataforma”, es decir, impedirle a una persona, organización o empresa contribuir a un foro o debate por expresar puntos de vista considerados inaceptables u ofensivos. Esto se hace bloqueando su acceso a un sitio web en particular o a todas las principales redes sociales. Los gobiernos de Estados Unidos y Europa han criticado e investigado duramente a los gigantes tecnológicos de Internet como Amazon, Google, Apple, Facebook y otros, tanto por permitir que información falsa, engañosa e incluso perjudicial se difunda como un reguero de pólvora, como por recopilar y utilizar datos de forma indiscriminada.
Estas empresas han respondido censurando de forma independiente la información en línea. Desde entonces, se les ha quitado la plataforma a personalidades importantes, lo que ha provocado las críticas de los líderes mundiales en Europa y otros lugares. Todas las empresas, en un grado u otro (incluida la Iglesia de Dios Unida), realizan gran parte de su trabajo en línea. Además, como se ha comprobado, estas empresas también han censurado o eliminado unilateralmente la información que no cuadra con su pensamiento político y social.
Esta censura se ha extendido hasta inhabilitar por completo sitios web y plataformas de medios sociales como Parler y a personas y organizaciones en Facebook y Twitter. Ahora, cada vez más personas y organizaciones son silenciadas sin previo aviso. Esto incluye a las iglesias que predican abiertamente lo que la Biblia dice sobre ciertos pecados. Recientemente hemos visto que otras organizaciones evangélicas han sufrido el "shadowbanning" (bloqueo o limitación sin aviso de contenidos, usuarios y mensajes), especialmente en YouTube, que básicamente significa que la URL o dirección de un sitio web permanece en línea, pero se elimina de la lista para que no se pueda encontrar en los navegadores de búsqueda. Tanto el "deplatform" como el " shadowbanning" podrían ocurrirnos a nosotros. A muchos les gustaría silenciar nuestra voz y que no obedezcamos la orden de Dios, "anuncia a mi pueblo su rebelión" (Isaías 58:1).
Aquí en los Estados Unidos hemos sido bendecidos con el mayor grado de protección de la libertad religiosa de la historia, pero al parecer se está desmoronando rápidamente. Cuando busqué una frase bíblica en Internet para preparar esta columna, mi navegador me advirtió que se trataba de “un contenido no apto para todos".
Además de la censura en Internet, estamos viendo que se están considerando nuevas leyes en los Estados Unidos y en el extranjero que podrían tener un impacto negativo extraordinario y de gran alcance en la comunidad de la Iglesia de Dios. El actual proyecto de ley federal llamado “Ley de Igualdad” es todo lo contrario. Si se aprueba en el Senado y se convierte en ley, podría asestar un golpe contundente a la libertad religiosa.
Entre otras cosas, la Ley de Igualdad ofrece protección federal a aquellos que rechazan los estándares bíblicos de hombre y mujer, masculino y femenino. Bajo esta posible ley, la llamada "identidad de género" sería determinada arbitrariamente por cada individuo, no por la genética biológica, lo cual podría desbaratar y echar por tierra todos los estándares actuales. Por ejemplo, los niños que se "identifiquen" como niñas podrían competir en deportes femeninos, a pesar de las diferencias físicas. Y lo que es aún más inquietante, los hombres que se "identifiquen" como mujeres tendrían libertad legal para utilizar los baños de mujeres y otros espacios protegidos. Esto ya ha provocado graves daños.
Además, algunas legislaturas de Australia, Canadá y otros países han adoptado o están considerando leyes que prohíben legalmente cualquier intento de "desprogramar" a quienes se han identificado artificialmente como miembros del sexo opuesto. Increíblemente, en algunos casos eso incluye incluso orar para que tales individuos se recuperen.
Cuando las personas (e incluso famosas celebridades) se oponen a estas nuevas reglas, son sometidas instantáneamente a viles burlas y agresivos ataques personales, que a menudo siguen el mismo patrón destructivo: "nombrar, avergonzar, cancelar. Repetir". Solicito sus oraciones para que nosotros, como comunidad espiritual, seamos protegidos de este tipo de legislación y tendencia social, que podamos seguir haciendo la obra del Dios vivo, y especialmente que nuestros hijos sean protegidos.
La buena noticia es que los registros históricos nos muestran que la Iglesia ha experimentado altibajos, y a veces incluso se ha visto obligada a reunirse en la clandestinidad. Nuestro Dios Todopoderoso permanece en su trono y en control. Satanás, que fue derrotado personalmente por Jesús, no puede hacer nada más que lo que Dios le permite.
En mis 50 años de servicio como ministro he tenido el privilegio de servir a los hermanos en muchas áreas económicamente afligidas y en lugares donde la libertad religiosa es casi inexistente. Es verdaderamente inspirador ver cómo Dios cuida de cada persona en estas áreas. Mi esposa Beverly y yo sabemos que la era de los milagros sigue viva. Hay lugares que tienen grandes restricciones. En muchas áreas se requiere el permiso del gobierno para reunirse. Como estamos viendo ahora en Myanmar, los gobiernos pueden colapsar y otras fuerzas pueden intervenir en cualquier momento para imponer lo que quieran a nuestras iglesias, a menudo sin previo aviso.
Un ejemplo reciente ha sido el trato que han recibido nuestras congregaciones afiliadas en Angola. El gobierno estuvo a punto de cerrar la presencia de nuestra Iglesia en esta nación africana quitando las llaves de los edificios de la Iglesia y congelando las cuentas bancarias de la misma. Afortunadamente esto se ha revertido y resuelto, al menos por el momento.
Este es un punto vital. Considere este importante hecho: cuando oramos "Venga tu reino" (Mateo 6:10), estamos literalmente clamando por un cambio de régimen mundial. El comienzo de la oración modelo [el padrenuestro] pide esencialmente que podamos liberarnos de los gobernantes, dictadores, y hasta presidentes y primeros ministros de este mundo. Cuando musitamos esta oración, literalmente le estamos suplicando a Dios que traiga a Jesucristo a esta Tierra como Rey. El Reino de Dios que vendrá a esta Tierra no trabajará con ninguna administración actual de hombres o mujeres.
Y aunque vivimos en tiempos terribles, hay una tremenda esperanza. Como el mismo Jesús nos dice a usted y a mí: "Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca" (Lucas 21:28).
¿Qué debemos hacer como individuos y como asamblea espiritual convocada por Dios? Como hicimos al principio de esta columna, consideremos las palabras del profeta Miqueas: "Más yo estoy lleno de poder del Espíritu del Eterno, y de juicio y de fuerza, para denunciar a Jacob su rebelión, y a Israel su pecado" (Miqueas 3:8). A pesar de lo que pueda ocurrir, pondremos nuestra confianza en Dios y en su Hijo, Jesús el Mesías. Como nos declara el profeta Sofonías: "El Eterno está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, se regocijará sobre ti con cánticos" (Sofonías 3: 17).
¡Discernamos bien los tiempos y llevemos a cabo la obra sin temor!
En servicio a Cristo,
Víctor Kubik