Carta de Servicios Ministeriales y de los Miembros
24 de diciembre de 2020
Lecciones aprendidas en 2020 y más allá . . .
A medida que nos acercamos al final de 2020 y miro hacia atrás, veo un año que sobresale por lo distinto que ha sido de todos los demás en muchas y muy diferentes maneras, más de las que he experimentado personalmente en toda mi vida.
2020 ha traído consigo más "problemas" generalizados que cualquier otro que recuerde. Todos hemos debido enfrentar, colectivamente, más dificultades que en cualquier otro año. Tal vez muchos de nosotros hemos tenido mayores batallas personales que enfrentar en otros años, pero para el mundo entero 2020 ha sido como . . . ningún otro.
Personalmente, me gustaría que 2021 volviera a ser un año más "normal", como todos los otros. ¿Pero quién sabe? Espero que este año haya sido una anomalía y que tengamos varios o muchos más años normales en el futuro. Sin embargo, tal vez no será el caso. Ciertamente, desde un tiempo a esta parte hemos estado experimentando el "principio de dolores" del cual se nos habla en Mateo 24. ¿Seguirán intensificándose las cosas y acercándonos al regreso de Jesucristo de una manera que nunca hemos visto antes?
De cualquier modo, podemos mirar hacia atrás y preguntarnos: "¿Qué lecciones he sacado de este año?" "¿Qué es lo que Dios quería que aprendiéramos por sobre todo en este tiempo?” En cuanto a mí, ha sido que todos necesitamos tener un mayor respeto por el punto de vista, perspectiva y enfoque de los demás.
Aquellos que actúan con orgullo tienden a pensar que su enfoque y opinión son los mejores. Pero las Escrituras nos dicen que tengamos cuidado, que no confiemos en nuestro propio entendimiento, y que antes de la caída viene el orgullo. Ciertamente debemos aferrarnos a lo que es bueno y aprender a rechazar todo tipo de malicia, falsedad y maldad. Además, también debemos buscar a Dios para saber cuál es su opinión sobre el bien y el mal.
Como humanos, realmente "vemos por espejo, oscuramente" (1 Corintios 13:12) y debemos someternos a Dios y a Jesucristo para tener una mejor visión y discernimiento espiritual. Tal como usted, he escuchado muchos puntos de vista, creencias y enfoques conflictivos en relación con la pandemia mundial y la mejor manera de enfrentarla, y no pretendo tener las respuestas. Simplemente debo buscar la guía, enseñanza y dirección de Dios mientras me esfuerzo de manera equilibrada y diligente por examinar estos asuntos en mayor detalle.
Sin embargo, ninguno de nosotros puede saber ni entender toda la verdad sobre cada uno de estos asuntos. Por tanto, siempre debemos respetar la decisión de otros a menos que se opongan o contradigan las enseñanzas bíblicas.
Esperemos lo mejor de los demás en cuanto a su sinceridad y deseo de complacer a Dios y a Jesucristo. Primero que nada, somos miembros del Cuerpo de Cristo y tenemos que respetar a los demás como tales. Tengamos cuidado de pensar antes de hablar, antes de escribir y antes de publicar en las redes sociales, y no olvidemos que Dios nos hace a todos responsables de cómo lo representamos y de cómo tratamos a los demás.
En amor y servicio a Dios,
Mark Welch, Gerente de Operaciones de Servicios Ministeriales y de Miembros