#135 - 2 Reyes 1-3: Elías arrebatado; la piedra moabita

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#135 - 2 Reyes 1-3

Elías arrebatado; la piedra moabita

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#135 - 2 Reyes 1-3: Elías arrebatado; la piedra moabita

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Lamentablemente, Ocozías no había aprendido nada positivo de los castigos de Dios a su padre. Aún vivía su malvada madre, Jezabel, por lo que dice la Biblia: "y reinó dos años sobre Israel. E hizo lo malo ante los ojos del Eterno, y anduvo en el camino de su padre y en el camino de su madre… porque sirvió a Baal, y lo adoró" (1 Reyes 22:52).

Sólo gobernó dos años sobre Israel, pues tuvo una grave caída. "Y Ocozías cayó por la ventana de una sala de la casa que tenía en Samaria y estando enfermo, envió mensajeros, y les dijo: Id y consultad a Baal-zebub dios de Ecrón, si he de sanar de esta enfermedad" (2 Reyes 1:2).

Las casas y palacios de ese entonces usaban frecuentemente los tejados para escapar del calor agobiante del mediodía. Muchas veces tenían claraboyas o ventanas de listones que por la edad, humedad o delgadez, al pisarlas se podía caer uno hacia el interior de la casa. Así pasó con Ocozías y al agravarse su lesión, pidió ayuda del dios filisteo de la medicina Baal-zebub. Ecrón era una ciudad famosa por sus artes supuestamente curativas que incluían hechizos. No se sabe con claridad si Baal-zebub, que significa "señor de las moscas", se refería a que supuestamente removía las pestes por las moscas o si cambiaban Baal-zebul o "el señor príncipe" a Baal-zebub para burlarse de este dios.

De todos modos lo más importante es que Ocozías acudió al dios equivocado. Dios dice que es celoso por su pueblo (Éxodo 20:5) y si no lo toman en cuenta al buscar al paganismo, sufrirán serias consecuencias. "Entonces el ángel del Eterno habló a Elías tisbita, diciendo: Levántate, y sube a encontrarte con los mensajeros del rey de Samaria, y diles: ¿No hay Dios en Israel, que vais a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón? Por tanto, así ha dicho el Eterno: "Del lecho en que estás no te levantarás, sino que ciertamente morirás" (2 Reyes 1:4). Elías interceptó a los mensajeros y les dijo que volvieran con ese mensaje. El rey moribundo se dio cuenta que era Elías y envió un capitán con cincuenta hombres para amedrentarlo en Samaria. "y Elías respondió al capitán de cincuenta: Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo, y consúmate con tus cincuenta. Y descendió fuego del cielo que lo consumió a él y a sus cincuenta" (2 Reyes 1:10).

Ocozías, porfiado, no quería dar su brazo a torcer y envió a otros cincuenta que también fueron incinerados por el fuego del cielo. Al enviar otros cincuenta más, esta vez estaban muertos de miedo, y bien humilde, el capitán le suplicó: "Varón de Dios, te ruego que sea valor delante de tus ojos mi vida y la vida de estos tus cincuenta siervos. Entonces el ángel del Eterno dijo a Elías: Desciende con él; no tengas miedo de él (recuerden que Jezabel aún estaba viva y residía en Samaria)" (2 Reyes 1:13-14).

Elías visitó a Ocozías y valientemente le contó que según Dios, iba a morir "y murió conforme a la palabra de Dios… Reinó en su lugar Joram porque Ocozías no tenía hijos" (2 Reyes 1:17). Así, un hermano menor de Ocozías ascendió al trono. Este relato muestra que Ocozías podía haber sido sanado si hubiera buscado a Dios. Si acudiera a Elías en vez de a los paganos, podía haber orado por él, y la indicación es que Dios lo hubiera sanado. Pero al buscar a otro dios, perdió toda la ayuda necesaria. Por eso nos dice la Biblia: ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la Iglesia y oren por él ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará" (Santiago 5:14-15). Ocozías rechazó el camino bueno y le costó la vida. ¿Nos sanará Dios de todas las enfermedades? No dice esto, pero sí que acudamos a él con fe, recibamos el ungimiento. Veamos qué podemos hacer de la parte física, según la medicina;  pero sabemos que esto no reemplaza la parte espiritual. En todo momento, debemos orarle, obedecerle y no perder la fe.

Ahora le llegó el momento a Elías de transferir el mando de profeta a Eliseo. Elías visitó a las tres escuelas de profetas que había en Bet-el, Jericó y cerca del Jordán. Aunque le había dicho que lo dejara solo, Eliseo insistió en acompañarle. Al estar junto al río Jordán, Elías golpeó las aguas con su manto y las aguas "se apartaron a uno y a otro lado, y pasaron ambos por lo seco" (2 Reyes 2:8). Ahora llegamos a un increíble milagro: 

"Cuando habría pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí. Él le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; mas si no, no. Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino. Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes. Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y se paró a la orilla del Jordán. Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas…y se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo. (2 Reyes 2:9-14). Este fue el primer milagro de Eliseo, y cómo logró ver la subida de Elías, sí recibió una doble porción del Espíritu Santo. Lo cierto es que haría más milagros que Elías.

Ahora bien, muchos han usado el ascenso de Elías como prueba de que uno va al cielo. Veamos la verdad según las Escrituras para saber qué sucedió.

  1. 2 Crónicas 21:12 – “Y le llegó una carta del profeta Elías”.  Al morir Josafat, su hijo, llamado Joram, comenzó a reinar en Judá. Elías ya comenzó a reinar en Judá. Elías ya había sido arrebatado varios años antes, y aquí nos dice que Elías le envió una carta al rey de Judá ¡unos 12 años después de su arrebatamiento! Esto demuestra que Elías estaba aún vivo y sobre la Tierra.
  2. Los demás profetas que estuvieron con Eliseo buscaron a Elías en los montes alrededor, pero tras tres días de búsqueda, “no lo hallaron” (2 Reyes 2:17). Eliseo les dijo que no lo encontrarían pero no les dijo que estaba en el cielo con Dios. Permitió al final que lo buscaran indicando que estaba sobre la Tierra.
  3. Como en la Biblia hay “tres cielos” (vea 2 Corintios 12:2 para leer del término), el primer cielo es la atmósfera, el segundo, el espacio sideral y el tercero es donde Dios está. Puesto que Elías escribió una carta doce años más tarde al rey de Judá, esto muestra que Elías fue arrebatado al primer cielo y depositado en un lugar lejano pero suficientemente cerca para saber los asuntos de Israel.
  4. La Biblia no se contradice – “la Escritura no puede ser quebrantada” (Juan 10:35) y nos dice: “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre que está en el cielo” (Juan 3:13). Ningún humano ha subido al cielo.
  5. En Hebreos 11 habla de todos los hombres de fe, que incluye a Elías y nos dice: “Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros” (Hebreos 11:40). Aquí vemos claramente que todos los hombres de Dios que han muerto resucitarán junto con los que estén vivos en la Venida de Cristo. De modo que Elías aún está esperando su resurrección y no subió al tercer cielo.

De ahora en adelante, será Eliseo quién será el protagonista. En Jericó los profetas vieron que era un buen lugar para vivir, solo que las aguas estaban contaminadas. Eliseo hace el segundo milagro – echa un poco de sal en el manantial y se volvieron las aguas puras y dulces, “y fueron sanas las aguas hasta hoy” (2 Reyes 2:22).

Luego viene un incidente que tiene bastante relevancia hoy día. "Después subió de allí a Bet-el; y subiendo por el camino, salieron unos muchachos de la ciudad y se burlaban de él, diciendo: ¡Calvo, sube! ¡Calvo, sube! Y mirando él atrás, los vio, y los maldijo en el nombre del Eterno. Y salieron dos osos del monte, y despedazaron de ellos a cuarenta y dos muchachos” (2 Reyes 2:23-25).

Eliseo observa cómo unas osas matan a un grupo de niños por haberse burlado de él

Aquí vemos el peligro que puede ocurrir a los adolescentes que se burlan de las personas mayores. Ellos se estaban mofando de las noticias del arrebatamiento de Elías y le decían a Eliseo que “subiera” en el aire. Eliseo los maldijo por su irreverencia, pero Dios, que juzga los corazones, se indignó tanto que vio que merecían la muerte. Hasta hoy día, nunca se sabe lo que le puede pasar a uno que se burla de los ministros de Dios o de la Obra que Dios está llevando a cabo. Aprendamos la lección.

Luego de la muerte de Ocozías, Joram, otro hijo de Acab reinó doce años sobre Israel. “E hizo lo malo ante los ojos del Eterno, aunque no como su padre y su madre; porque quitó las estatuas de Baal que su padre había hecho. Pero se entregó a los pecados de Jeroboam…  y no se apartó de ellos” (2 Reyes 1:2-3). Parece que Joram quedó impresionado con el cumplimiento de las palabras de Elías sobre su hermano muerto e intentó una leve reforma religiosa. No obstante, siguió con el falso sistema religioso de Jeroboam. 

Ahora Joram se encontró con la rebelión de Mesa, rey de Moab, que había sido tributario. "Pero muerto Acab, el rey de Moab se rebeló contra el rey de Israel” (2 Reyes 3:5). Joram hizo una alianza con Josafat, rey de Judá y el rey de Edom. Los tres emprendieron la guerra contra Moab, pero "rodeando por el desierto siete días de camino, les faltó agua" (2 Reyes 3:9). Josafat, el rey Justo, buscó a Eliseo que les dijo que cavaran hoyos, pues vendría abundancia de agua. "Aconteció, que por la mañana, cuando se ofrece el sacrificio, he aquí vinieron aguas por el camino de Edom, y la tierra se llenó de aguas…Cuando se levantaron por la mañana, y brilló el sol sobre las aguas, vieron los de Moab desde lejos las aguas rojas como sangre; y dijeron: ¡Esto es sangre de espada! Los reyes se han vuelto uno contra otro, y cada uno ha dado muerte a su compañero. Ahora, pues, ¡Moab, al botín! Pero cuando llegaron al campamento de Israel, se levantaron los israelitas y atacaron a los de Moab, los cuales huyeron de delante de ellos; pero los persiguieron matando a los de Moab… Y cuando el rey de Moab vio que era vencido en la batalla… Entonces arrebató a su primogénito que había de reinar en su lugar, y lo sacrificó en holocausto sobre el muro. Y hubo grande enojo contra Israel; y se apartaron de él, y se volvieron a su tierra” (2 Reyes 3:20-27).

Una de las confirmaciones arqueológicas más impresionantes es el monumento del rey Mesa de Moab que fue hallado en 1868. Allí él relata lo que pasó después de que volvieron los ejércitos de Israel de la guerra. Dice: Morí, rey de Israel oprimió Moab por muchos días y su hijo (Acab) dijo: “Yo también oprimiré a Moab”. Así habló en mis días pero he triunfado sobre él y su casa e Israel ha perecido para siempre. Tomé sus ciudades, Medeba, Atarot, Nebo y Jahaza”. Abajo el monumento.

La estela de Mesa, narra la victoria moabita sobre IsraelWikimedia.org