La Biblia prohíbe el consumo de “carne” (tejido animal, principalmente muscular) de ciertos animales descritos como inmundos en Levítico 11:1-8 y Deuteronomio 14:7-8.

La Iglesia considera que el uso de medicinas, suplementos minerales o vitaminas derivados de animales impuros no viola el mandato bíblico contra el consumo de carne de tales animales.

Los fabricantes de alimentos por lo regular modifican sus componentes, dependiendo de cuán barato sea el costo de producción.

Sería imposible para nosotros monitorear los cambios, así como mantenernos actualizados con respecto al número fenomenal de innovaciones en el campo de la medicina y los suplementos alimentarios.

No pretendemos establecer “reglamentos no oficiales” de lo que debe ser aceptable, porque creemos que el mandamiento básico que tiene relación con la carne fue establecido en los versículos mencionados.

Como cristianos debemos guardar las leyes relacionadas con las comidas. Pero lo que usted use como productos refinados en forma de alimentos, medicinas o suplementos es su decisión personal.