¿Qué es el segundo mandamiento?

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¿Qué es el segundo mandamiento?

Desde que Dios reveló los Diez Mandamientos, ha habido graves malinterpretaciones y distorsiones del segundo de ellos. ¿Qué es el segundo mandamiento? ¿Cuál es la diferencia entre este y el primer mandamiento? Nuestro folleto de la Iglesia de Dios Unida, Los Diez Mandamientos, explica con precisión los mandamientos de Dios, por lo que le recomendamos esta guía de estudio para una mayor comprensión.

El primer mandamiento, revelado en Éxodo 20:2-3 y Deuteronomio 5:6-7, dice: “Yo soy el Eterno tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí”.

El segundo mandamiento, revelado en Éxodo 20:4-6 y Deuteronomio 5:8-10, dice: “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra; no te inclinarás ante ellas, ni las honrarás; porque yo soy el Eterno tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos”.

Gran parte de la corriente principal del cristianismo y del judaísmo ha combinado estos dos mandamientos en uno solo. Sin embargo, ¡esto es incorrecto! Aunque los dos mandamientos se relacionan y entrelazan entre sí, ¡son dos mandamientos separados!

La adoración de una imagen sería convertir a esta en otro “dios”, y el primer mandamiento ya dice que no debemos tener “otros dioses”. Dios prohíbe terminantemente la adoración de imágenes, ¡pero eso ya está incluido en el primer mandamiento! Sin embargo, una de las muchas razones por las que el segundo mandamiento es extremadamente importante es esta: el hecho de utilizar imágenes abre una puerta de entrada para quebrantar el primer mandamiento. Intentar conectarse con Dios por medio de una imagen conduce a enfocarse principalmente en dicha imagen, y esta puede convertirse gradualmente en un ídolo.

¿Qué prohíbe el segundo mandamiento?

El segundo mandamiento prohíbe a cualquier persona hacer o exhibir imágenes visuales con el objetivo de incorporarlas a su culto a Dios. Muchas iglesias y hogares cristianos ostentan imágenes religiosas como cruces, crucifijos, estatuas y retratos pintados que supuestamente son de Jesús, de María o de un “santo”, símbolos místicos, campanarios, vitrales con diseños religiosos, etc. Especialmente problemática es la práctica de dirigir las oraciones a Dios a través de María, la madre de Jesús, o de algún otro “santo”.

Muchas personas religiosas no entienden el segundo mandamiento, y su intención de utilizar imágenes al rendir culto es sincera. Sienten que las imágenes las inspiran y ayudan a sentirse más cerca de Dios.  Sus buenas intenciones, sinceridad y celo son dignas de admiración, pero debemos comprender el problema que encierra esta práctica.

A esto se añade el hecho de que muchas imágenes “cristianas” ¡en realidad han sido heredadas de antiguas religiones paganas! Por ejemplo, algunas religiones paganas veneraban a una “virgen con el niño”.

Es preciso aclarar que el segundo mandamiento no prohíbe obras de arte que muestren personas y animales, ni siquiera obras de arte que muestren escenas bíblicas. Dios ordenó que se grabaran intrincadas obras de arte en su templo y en otros lugares, pero ninguna de ellas se considera una representación de Dios.

¿Por qué no debemos utilizar imágenes religiosas?

Es propio de la naturaleza humana desear ver, oír o tocar a Dios. Esto explica por qué la gente se siente naturalmente tentada a fijarse en algo que puede ver para representar a Dios. Además, la naturaleza humana es perezosa. Es un reto mental contemplar a Dios como invisible e infinito. La mente humana desea traer a Dios “a la Tierra” en alguna forma tangible.

Tales prácticas disminuyen enormemente a Dios en la mente de la gente. ¡El Creador de todas las cosas no puede ser comparado con ninguna cosa de su creación!

Si desea saber más sobre cuán enfático es Dios sobre este tema, vea Deuteronomio 4:12, 15-19, 23-29; 7:5; 12:1-5.

¿Cómo justifica la gente el uso de imágenes religiosas?

¿Qué justificaciones da la gente para su exhibición de imágenes religiosas?

Una excusa común es considerar erróneamente que las escrituras que definen el primer y el segundo mandamientos ¡son un solo mandamiento que prohíbe la adoración de ídolos y falsos dioses! Es fácil, entonces, pensar: “No estamos desobedeciendo este mandamiento, puesto que no tratamos estas imágenes como ídolos ni las adoramos”.

En las escrituras sobre el segundo mandamiento, la mayoría de las Biblias traducen la palabra hebrea común
“pesel” como “imagen”. “Pesel” se refiere a cualquier imagen destinada a ser relativamente permanente, lo que incluye estatuas, pinturas, cuadros, figurillas, vitrales con motivos religiosos, etc.

Algunas Biblias traducen “pesel” como “ídolo” [Traducción en Lenguaje Actual, Nueva Biblia de las Américas, Nueva Traducción Viviente, entre otras]. Esto es confuso y engañoso, porque la palabra “ídolo” suele significar algo que se adora. Generalmente, los cristianos que utilizan imágenes para rendir culto no creen estar considerándolas como “ídolos”. La palabra “idolatría” se refiere principalmente a quebrantar el primer mandamiento.

Con las palabras “No te inclinarás ante ellas, ni las honrarás”, Dios no se refiere solo a abstenerse de adorar imágenes. Estas palabras se refieren principalmente a la reverencia y la especial admiración que manifiesta la gente por las imágenes, como si fueran “santas” y representativas de Dios.

Numeración de los mandamientos

La Iglesia católica romana y algunas otras iglesias cristianas consideran que los versículos del primer mandamiento y del segundo mandamiento juntos constituyen el primer mandamiento.
(Y muchos listados católicos abrevian la redacción de su primer mandamiento). Entonces, ¿cómo pueden afirmar los católicos que sigue habiendo 10 mandamientos? ¡Dividiendo el último mandamiento (contra la codicia) en dos mandamientos!

Además, en un listado católico estos dos últimos mandamientos suelen enunciarse de forma muy abreviada, y se omiten varias palabras: “No codiciarás la mujer de tu prójimo” y “No codiciarás los bienes de tu prójimo”. Ahora fíjese en el diferente orden de las palabras del décimo mandamiento en Éxodo 20:17 y Deuteronomio 5:21. Esa diferencia demuestra que es solo una forma diferente de expresar lo mismo, y que es solo un mandamiento. De hecho, Pablo se refirió a un solo mandamiento contra la codicia (Romanos 7:7; 13:9).

El judaísmo actual considera “Yo soy el Eterno tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre” como el primer mandamiento, al tiempo que considera todos los versículos de Éxodo 20:2-6 y Deuteronomio 5:7-10 (que en realidad abarcan dos mandamientos) como el segundo mandamiento. De este modo, el número total de mandamientos sigue siendo 10.

Un mandamiento importante

En conclusión, debemos entender que Éxodo 20:4-6 y Deuteronomio 5:8-10 están definiendo el segundo de los Diez Mandamientos. Muchas iglesias no comprenden este mandamiento; y aunque pueda parecer algo relativamente sin importancia, cuando lo leemos en su totalidad vemos que a los ojos de Dios es extremadamente importante. En lugar de glorificar imágenes como parte del culto, Dios llama a su pueblo a adorar solamente “en Espíritu y en verdad” (Juan 4:23-24). EC