Tercer Mes: Siván
Isaac, el hijo que provocó risas

Isaac, hijo de Abraham y Sara, nació en Gerar cuando Abraham tenía cien años y Sara unos noventa (Génesis 17:19, 21; 21:3-12; 22:2-9). Es el hombre cuyo nacimiento provocó risas. Isaac es uno de los pocos casos en la biblia en que Dios eligió un nombre para un niño y lo anunció antes de que naciera. En el Antiguo Testamento tenemos a Isaac, Ismael, Salomón, Josías, Ciro y el hijo de Isaías; en el Nuevo Testamento, a Juan Bautista y Jesús.
El hermoso y sugerente nombre de Isaac, "se rio", conmemora las dos risas ante la promesa de Dios: es decir, la risa y gozo de los padres. El gozo y la risa de la incredulidad de Sara, luego se convirtió en arrepentimiento y fe (Génesis 21:6). Isaac fue el hijo del pacto: "Estableceré mi pacto con él"(Génesis 12:3). Este pacto fue dado específicamente a tres patriarcas en sucesión: a Abraham, cuando salió de Caldea; a Isaac, cuando estuvo en Canaán durante la hambruna (Génesis 26:4); a Jacob, en Betel (Génesis 28:14). Sin embargo, Isaac, fue el primero en heredar el pacto, porque a él, Dios le entregó toda la herencia de Abraham (Génesis 24:35).
No existe un registro de la vida temprana de Isaac, aparte del hecho de que fue circuncidado a los ocho días de edad (Génesis 21:4). Sin duda, cuando era un muchacho se convirtió en hijo de Dios en corazón y en vida, siempre consciente del pacto del que era heredero. Según Josefo, cuando Isaac tenía veinticinco años de edad, fue llevado de Beerseba a la tierra de Moria, donde Abraham lo presentó como holocausto, a Dios. Si bien tenemos la fe incuestionable de Abraham en su sumisión al mandato divino, por haber ofrecido a su único hijo, no debemos olvidar la confianza suprema de Isaac en su padre y también su consentimiento voluntario para ser la víctima (Génesis 22:12; 26:5; Hebreos 11:17). En Isaac tenemos un tipo de aquel que se entregó por nuestros pecados. Desde el día de su entrega a la muerte, Isaac se convirtió en un hombre consagrado. "El altar santificó la ofrenda".
Cuando murió su madre Sara, Isaac era un hombre de treinta y seis años, y estaba profundamente afligido por la muerte de su madre. Pero se sintió reconfortado cuando tomó a Rebeca como su esposa para ayudar a llenar el vacío de su corazón. En favor de Isaac hay que decir que fue el único de los patriarcas que tuvo una sola esposa. También está perfectamente claro en el antiguo idilio, uno de los más hermosos de toda la literatura, que Isaac dejó en manos de Dios, la elección de su esposa. Cuando la caravana que llevaba a Rebeca se acercó a casa, Isaac estaba en el campo meditando y "orando", como lo expresa Génesis 24:63).
Durante muchos años, Isaac y Rebeca no tuvieron hijos, pero Dios escuchó las oraciones de Isaac y entonces Rebeca dio a luz a los gemelos Jacob y Esaú. Isaac parece haber sobrevivido a su esposa porque murió a la edad de 180 años (Génesis 35:28). Durante unos cincuenta años, Isaac estuvo casi ciego, una suerte triste y lastimosa para el elegido de Dios. El carácter de Isaac, aunque hermoso en muchos aspectos, tuvo algunas manchas. Siguió a su padre, Abraham, en el engaño cuando llamó a su esposa, su hermana, lo que le atrajo la reprensión de Abimelec. También amaba los "alimentos sabrosos", lo cual debería haber sido ajeno a un hombre tan tranquilo y sereno, dueño de sí mismo. Podemos mencionar la sumisión de Isaac (Génesis 22:6,9); la meditación (Génesis 24:63); la confianza instintiva en Dios (Génesis 22:7,8); su profunda devoción (Génesis 24:67; 25:21); la paz (Génesis 26:20-22); la oración (Génesis 26:25) y la fe (Hebreos 11:16, 17).