Fiesta de Tabernáculos 2024
COLOMBIA
Ya habíamos estado en este hotel los años 2021 y 2022. Y, como era de esperarse, los administradores estuvieron muy complacidos de volver a recibirnos. La asistencia máxima fue de 58 personas, con una asistencia regular de 56 personas, incluyendo a cinco niños de entre tres y ocho años. En esta oportunidad tuvimos la grata visita del señor John Elliott, miembro del Consejo de Ancianos, y de su esposa Merrie.
Como cada año, nos alegramos verdaderamente delante de nuestro amoroso Padre que nos provee todo lo necesario para seguir creciendo y nos da la oportunidad de reunirnos en un ambiente de hermandad y compañerismo cristiano. Disfrutamos tanto del alimento físico como del espiritual. Ya estamos acostumbrados a la comida tradicional en este hotel, que se esmeró por mejorar la presentación y la variedad de platos. Además, y como siempre, se destacó la actitud diligente y positiva de todos los empleados asignados exclusivamente para atendernos.
En cuanto al alimento espiritual, todos los mensajes durante los ocho días fueron edificantes. Uno de los más impactantes fue el estudio bíblico presentado por el señor Elliott, en el que contrastó la vida difícil en el árido e inhóspito desierto con el remanso que significa encontrar un oasis. La comparación fue clara, pues esta sociedad actual es como ese desierto donde la vida es muy difícil en contraste con el oasis de vivir cerca de Dios y disfrutar como miembros de su Iglesia.
Las actividades sociales también fueron muy animadas y el tradicional karaoke contó con nuevos y más participantes. Mención especial amerita el baile familiar que este año tuvo un ambiente más formal, buena música, bebidas y bocadillos cuidadosamente preparados. La organización de cada actividad sigue mejorando cada vez más, lo cual contribuye al fortalecimiento de la unidad.
Algo muy importante, y que cabe mencionar, es que debimos cancelar una actividad fuera de las instalaciones del hotel debido a un paro programado por los mineros de la región para el día lunes 21 de octubre. Pero, más aún, a raíz de las complicaciones derivadas de la manifestación, no sabíamos cómo retornaríamos a nuestros hogares una vez concluida la Fiesta. Enviamos una petición de oración a los otros sitios de Fiesta en el mundo y oramos juntos al respecto para que Dios interviniera poderosamente a nuestro favor.
Finalmente, los asistentes empezaron a abandonar el hotel temprano el viernes 25. Para ello debían utilizar un vehículo (auto o moto) hasta cierta parte donde se iniciaba el bloqueo de la carretera, luego cargar sus maletas a pie bajo un inclemente sol, pasar el sitio del bloqueo y tomar otro tipo de transporte para continuar el camino.
Por tal razón, quienes estábamos coordinando la Fiesta, junto con los esposos Elliott, inicialmente consideramos quedarnos alojados hasta que concluyeran el paro. Sin embargo, ante la necesidad de abandonar el sitio y la amenaza de recrudecimiento de las manifestaciones, y luego de haber hablado telefónicamente con uno de los manifestantes, tomamos la decisión de intentar pasar en tres automóviles, nosotros y un grupo de adultos mayores que no podían caminar.
Fue un poco complicado llegar al sitio y no saber a cuál de todos los manifestantes dirigirnos. Después de ser detenidos varias veces y explicar lo mismo cada vez, ya en la última detención, cuando parecía que no nos dejarían pasar, repentinamente se escuchó la voz de otro manifestante que gritó desde lejos: “¡Ellos están autorizados, déjenlos pasar!”.
Así, todos logramos el objetivo de llegar sanos y salvos a nuestros hogares. Si bien fue una experiencia inusual y difícil, el consenso fue que logramos mantener la fe de que Dios nos estaba protegiendo a cada paso. Como dice Pablo en 2 Corintios 5:7 “En efecto, vivimos por fe, no por vista”.
Todos nos regocijamos al comprobar una vez más que somos hijos del Dios todopoderoso, quien nos llevará a las siguientes Fiestas hasta que venga su reino.