Lección 8 - Trasfondo histórico de los evangelios
Jesucristo elige a los doce
Una vez que Jesús establece su centro de operaciones en Capernaum, importante ciudad ubicada en la intersección de las rutas comerciales y en la ribera norte del lago de Galilea, inicia la tarea de elegir de entre sus seguidores al grupo principal de sus discípulos.
Pescando en el mar de Galilea
Cuatro de esos discípulos eran pescadores y tenían su propio negocio en los poblados cercanos. Se trataba de dos pares de hermanos: Juan y Santiago (también llamado Jacobo) y Simón (también llamado Pedro, Mateo 4:18) y Andrés. Estos últimos tenían además una casa en Capernaum (Marcos 1:21, 29). Ahora Jesús necesitaba captar toda su atención. Cierta mañana, tres de ellos habían regresado de una frustrante jornada de pesca la noche anterior, que les había dado pésimos resultados.
Lucas escribe: “Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret [Genesaret significa “jardín real”, pues había un inmenso jardín en su ribera; este lago también se conoce como mar de Galilea (Mateo 4:18) y mar de Tiberias (Juan 6:1)], el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud.
“Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.
“Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.
“Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron” (Lucas 5:1-11).
La forma de pescar en ese lago no cambió mucho sino hasta hace unos 60 años. La forma comercial más popular consistía en utilizar un trasmallo, que consta de tres capas de redes; una de ellas, más pequeña y flexible, va colocada en medio de las otras dos. El trasmallo se bajaba entre dos barcas o botes formando un círculo, hasta que tomaba la forma de un cilindro gigante. Al fondo de las redes se colocaban pesas o plomos que las hacían descender; entonces los pescadores golpeaban el agua con sus remos para asustar a los peces, que intentaban atravesar las redes pero quedaban atrapados. Luego se subían las redes a bordo, se recogían los peces y todo el proceso se repetía cuatro o cinco veces por noche. Pedro sabía que sería inútil tratar de echar las redes en ese lugar y a esa hora.
El pez más apetecido era la tilapia galilea, también conocida hoy como “pez de [San] Pedro”, una verdadera delicia.
Pedro, Santiago y Juan (no se menciona el nombre de Andrés, pero también trabajaba con ellos) eran pescadores experimentados y sabían que acababa de ocurrir un gran milagro, así que lo dejaron todo para convertirse en discípulos de tiempo completo de Jesucristo. Tal entrenamiento duraría más de tres años.
Lucas utiliza términos médicos griegos
A continuación, Jesús fue de pueblo en pueblo alrededor del lago de Galilea predicando y sanando. Sanó a un leproso en una ciudad, y podemos observar la experiencia médica de Lucas al describir ésta y otras enfermedades. Por ejemplo, aquí usa la frase griega plerēs lepra, que específicamente significa “lleno de lepra” (Lucas 5:12).
En otra ocasión, cuando Jesús cura a un paralítico, Lucas usa otro término técnico para describir la enfermedad: paraluomai,que significa “parálisis de las piernas” (Lucas 5:18). Así lo aclara A.T. Robertson en su libro Word Pictures of the New Testament [Imágenes en palabras del Nuevo Testamento]: “La frase de Lucas es el término médico técnico (usado por Hipócrates, Galeno, etc.) en lugar del término común usado por Marcos (esta cita es de Luke the Physician [Lucas el médico], William Ramsay, p. 57).”
Esta curación causó controversia, ya que Jesús le dijo al hombre enfermo que sus pecados le eran perdonados. Lucas escribe: “Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios? Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios. Y todos, sobrecogidos de asombro, glorificaban a Dios; y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas” (Lucas 5:21-26).
Jesús no se disculpó por haber declarado que, como Hijo de Dios, tenía el poder de perdonar pecados, un poder reservado solo para Dios. Por supuesto, eso enfureció a los escribas y fariseos.
El llamamiento de Mateo
Posteriormente, Jesús escogió a un publicano (recaudador de impuestos), Levi, para que fuera su discípulo. En Marcos se aclara que éste era hijo de Alfeo, y en Mateo 9:9 es llamado Mateo, nombre que se le dio probablemente después de haber sido elegido como apóstol. Así pues, Mateo hizo un gran banquete de despedida y honró a Jesús, pero los escribas y los fariseos se ofendieron, y le preguntaron a Jesús: “¿Por qué comes y bebes con publicanos y pecadores? Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos [o los que creen estarlo, espiritualmente hablando] no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores [los que admiten que lo son] al arrepentimiento” (Lucas 5:30-32).
Aquí Lucas usa otro término médico técnico,hugiainonō, que significa “buena salud”, y la palabra iatros, o “médico”, el mismo término griego utilizado para describir a Lucas como “el médico amado”en Colosenses 4:14.
En otra ocasión los escribas y los fariseos le preguntaron a Jesús por qué sus discípulos no ayunaban, como los discípulos de Juan el Bautista o los fariseos (que hacían un ayuno parcial dos veces por semana). Jesús les explicó que mientras él estuviera aquí en la Tierra, sus discípulos estaban en un proceso de capacitación y, en cierto sentido, acompañando al Esposo. Pero les dijo que ayunarían cuando él ya no estuviera con ellos (Lucas 5:35).
Jesús procedió entonces a explicar el principio del vino nuevo y el vino viejo en los odres (Lucas 5:37-39) pues iba a revelar un nuevo conocimiento, cuyo discernimiento y aceptación exigía tener el Espíritu de Dios. Las mentes de los fariseos, semejantes a odres viejos, estaban endurecidas y rígidas debido en gran parte a tradiciones hechas por el hombre, que hacían gravosas las leyes de Dios; así pues, ellos rechazaron el “vino nuevo” que Jesús les ofrecía. Se negaron a ver que Jesús estaba restaurando la ley de Dios a su intención original y que solo aquellos que tuvieran mentes flexibles, humildes y convertidas podrían entenderla.
Los Fariseos critican la forma en que los discípulos de Cristo guardaban el sábado
Hay un ejemplo de esta endurecida mentalidad farisaica en el siguiente pasaje: “Y aconteció que pasando él por los sembrados en el sábado segundo del primero, sus discípulos arrancaban espigas, y comían, restregándolas con las manos. Y algunos de los fariseos les dijeron: ¿Por qué hacéis lo que no es lícito hacer en los sábados? Y respondiendo Jesús les dijo: ¿Ni aun esto habéis leído, qué hizo David cuando tuvo hambre, él, y los que con él estaban; cómo entró en la Casa de Dios, y tomó los panes de la proposición, y comió, y dio también a los que estaban con él, a los cuales no era lícito comer, sino sólo a los sacerdotes? Y les decía: El Hijo del hombre es Señor aun del sábado” (Lucas 6:1-5, Biblia del Jubileo 2000).
Mateo 12:5-7 añade: “¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo, y son sin culpa? Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí. Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes”.
A propósito de la frase “en el sábado segundo del primero” mencionada en Lucas 6:1, cabe aclarar que así es como aparece en el griego original (deuteroproton sabbaton). Solo algunas versiones de la Biblia en español incluyen esta frase, como la Reina-Valera Antigua y la Biblia del Jubileo 2000 (la cual hemos citado en esta ocasión). Los eruditos bíblicos se sienten desconcertados frente a este pasaje, pero The Believer’s Commentary (Comentario del creyente) le da una interpretación que parece ser la más plausible, vinculando dicha frase al conteo de los siete días de reposo después de la Pascua para determinar la fecha de Pentecostés. Dice: “Ahora se nos presentan dos incidentes relacionados con el día de reposo, para mostrar que la creciente oposición de los líderes religiosos estaba llegando a un punto culminante. El primero ocurrió en ‘el segundo-primer sábado’ (traducción literal). Esto se explica de la siguiente manera: el primer sábado fue el primero después de la Pascua. El segundo fue el siguiente después del primero. En el segundo día de reposo después del primero, el Señor y sus discípulos caminaron entre algunos sembrados” (Notas sobre Lucas 6:1).
Otra explicación bastante popular interpreta la frase deuteroproton sabbaton como “el segundo sábado de mayor importancia”, lo que indicaría el segundo sábado anual, o último día de los Panes sin Levadura.
Volviendo al tema que nos ocupa, Jesús les explicó a los fariseos que el simple hecho de remover la cáscara del grano (trigo o cebada) restregándolo con las manos para satisfacer el hambre no constituía “trabajo” en el día de reposo. Pero los fariseos ya habían establecido sus reglas de fabricación humana sobre el día de reposo y, como muestra el Talmud, tenían 39 categorías diferentes y 1.521 leyes sobre la observancia del sábado. Entre estas figuraba la prohibición de “trillar”, que incluía cualquier forma de quitar la cáscara al grano. La ley de Dios se basa en tomar en cuenta también el espíritu de la ley, pero estos fariseos legalistas preferían que los discípulos pasaran hambre en vez de comer un poco de grano del campo, lo cual era aceptable según Deuteronomio 23:25.
Luego, en otro día de reposo, Jesús vio a un hombre que tenía una mano seca. Los fariseos estaban listos para acusarlo de trabajar en sábado si lo sanaba. Sus reglas de hechas por hombres prohibían que se hiciera algo por una persona enferma a menos que fuera cuestión de vida o muerte. Así que Cristo les dijo: “Os preguntaré una cosa: ¿Es lícito en día de reposo hacer bien, o hacer mal? ¿salvar la vida, o quitarla? Y mirándolos a todos alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano fue restaurada. Y ellos se llenaron de furor, y hablaban entre sí qué podrían hacer contra Jesús” (Lucas 6:9-11).
Los escribas y los fariseos habían llegado a odiar a Jesús simplemente porque no seguía o enseñaba las tradiciones hechas por el hombre, las que consideraban absolutamente sagradas y obligatorias, pero además por los celos que sentían hacia él.
Cristo elige a los doce
Lucas escribió: “En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles [es decir, aquellos enviados con autoridad]” (Lucas 6:12-13). Marcos 3:14 añade la frase: “. . . y para enviarlos a predicar”. El último en la lista de los doce fue ”Judas Iscariote [que significa ‘hombre de Queriot’, un pueblo de Judea], que llegó a ser el traidor” (Lucas 6:16).
Cristo había tenido suficiente tiempo para evaluar las fortalezas y debilidades de todos sus discípulos y ahora estaba listo para presentarle a Dios el Padre sus conclusiones, a fin de tomar la decisión de elegir a los doce hombres clave para la futura obra de Dios. Y como serían destinados a gobernar las doce tribus de Israel en el Reino de Dios, tenía sentido que se escogieran doce (ver Mateo 19:28).