Lección 2: El cinto de verdad

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Lección 2

El cinto de verdad

Mythbusters (Cazadores de mitos), programa de televisión del canal Discovery, entrevistó al diputado Shawn Osborne, quien recibió un disparo a corta distancia, pero que gracias a la hebilla de su cinturón se salvó. A pesar de haber sido gravemente herido, sabe que fue muy afortunado.

Las hebillas de los cinturones no están diseñadas para detener balas. Sin embargo, hubo un tiempo en la historia en que los cinturones eran un elemento esencial en el uniforme del ejército.

Ceñidos con la verdad

Cuando el apóstol Pablo describe la armadura de Dios, está hablando acerca de algo más que un simple conjunto de consejos útiles. Se está refiriendo a las defensas impugnables del Todopoderoso Dios. Estas son claves para soportar los ataques y asaltos del gran dragón de la antigüedad, Satanás. Son herramientas infinitamente poderosas y disponibles para nosotros, los cristianos.

Lo primero que Pablo decide comenzar a describir es . . . ¿un cinturón?

¿Por qué de todas las cosas comienza por el cinturón? Podría haber empezado por la poderosa espada del Espíritu, el imponente escudo de fe, la brillante coraza de justicia — por cualquier cosa, excepto por el insignificante cinturón. Pero no lo hizo. ¿Por qué?

¿Qué uso tenía el cinturón en el ejército romano?

El cinturón —conocido como cingulumo balteus— tenía un rol primordial en la función de la armadura del soldado. Era el que sostenía la vaina y sin ella no se podía colocar la espada. Es imposible imaginar a un soldado listo y preparado para la guerra, pero sin su cinturón y, por lo tanto, ¡sin su arma!

La Biblia de Estudio de Nelson dice que del cinturón “colgaban trozos de cuero para proteger la parte inferior del cuerpo”. The Matthew Henry Commentary(Comentario bíblico por Matthew Henry) dice que el cinturón “ciñe (asegura) todas las otras piezas de nuestra armadura”. La verdad debiera adherirse a nosotros como el cinturón se adhiere al cuerpo.

¿Qué es la verdad?

Juan 17:17

Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.

Jesús, orando al Padre, da una clara y correcta definición de verdad: la Palabra de Dios. La Santa Biblia (Escritura: palabra de verdad) fue inspirada por Dios (2 Timoteo 3:16). La expresión griega traducida como “inspirada por Dios” literalmente significa “que tiene el aliento de Dios”. Él inspiró toda la Biblia para revelarnos su verdad.

Todas sus promesas, mandamientos y palabras son simple y llanamente, la verdad. Después de todo, “el ETERNO de los ejércitos lo ha determinado, ¿y quién lo impedirá? Y su mano extendida, ¿quién la hará retroceder? (Isaías 14:27). Si Dios dice algo, no hay fuerza que lo pueda detener y podemos estar seguros de que lo dicho se cumplirá.

¿Qué tiene que ver la verdad con el cinturón?

1 Tesalonicenses 5:21

Examinadlo todo; retened lo bueno.

Como cristianos, debemos examinar todas las cosas y luego solo retener lo bueno —la verdad— desechando todo lo demás. Debemos ser como los de Tesalónica que “escudriñan cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos 17:11). Si no estamos convencidos que nuestros principios y creencias son absolutamente verdaderas, ¿cómo podemos esperar cumplir?

Proverbios 3:3-4

Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón; y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres.

Un cinturón rodea la cintura. ¿Nos rodea nuestra convicción con la verdad? Como afirma la escritura mencionada, la verdad debe estar a nuestro alrededor y escrita en nuestros corazones —nuestra convicción debe ser total.

El cinturón usado en el uniforme romano, como hemos aprendido, proporcionaba un lugar para colocar la espada del soldado. Nuestra espada, la espada del Espíritu, probablemente necesita una vaina. La verdad es vital porque como el cinturón del soldado romano, nos permite llevar la espada del Espíritu y usarla efectivamente.

¿Qué otras lecciones podemos aprender de la analogía bíblica de tener nuestra cintura “ceñida con un cinturón”?

Lucas 12:35-37

Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida. Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. Pues de justicia se vistió como de una coraza, con yelmo de salvación en su cabeza; tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto.

Cristo nos dijo siempre estar atentos y observar las señales de su regreso.

1 Pedro 1:13

Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado

Pedro usó una interesante analogía: “ceñid los lomos de vuestro entendimiento”. Esto implica alistar la vestimenta para estar listos y partir cuando sea necesario. La Nueva Versión Internacional traduce esto como “prepara tu mente para la acción”.

¿Cuáles son los peligros de no usar un cinturón?

Romanos 12:2

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

El mundo en el que vivimos nos enseña que la verdad es lo que hacemos, que el bien y el mal son relativos y que no hay absolutos, solo opiniones igualmente válidas. Pero la Biblia enseña que la verdad es la Palabra de Dios —que el bien y el mal están definidos por él y que hay absolutos eternos inamovibles, que no pueden ser influenciados por las opiniones de nadie.

Pablo escribió a los romanos diciéndoles “no se conformen a este mundo”. En parte, ello significa no ser partícipes en un sistema de creencias que dice que la verdad absoluta es un mito. Como cristianos, sabemos que hay verdades y absolutos.

2 Timoteo 2: 15

Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

Imagine un cinturón al que le falta un pedazo. No importa cuan pequeño sea el trozo que falte: el cinturón no sirve. Para poder cumplir cabalmente con su función debe ser de una sola pieza y estar completo.

Ahora, imagine vivir una vida con la que no está completamente de acuerdo. Puede que no parezca ser una gran cosa, después de todo, ¿que importan un par de puntos menores, de los cuales no está muy seguro?

Pero ellos lo son todo. Tratar de vivir el camino de Dios sin creer totalmente en su validez es como tratar de sostener la espada en el cinturón que no está completo y es inútil. Nuestra confianza en Dios y su Palabra deben ser sólidas, sin fracturas, o nos encontraremos sin armas. No importa cuán efectivo sea el resto de nuestra armadura, sin nuestra espada somos inútiles. Necesitamos desmenuzar correctamente la palabra de verdad, para saber en qué creemos y por qué.

Entonces, ¿qué tan seguro está su cinturón?