Cuerpo de Jóvenes Voluntarios ayuda a orfanato Nido del Águila en Guatemala

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Cuerpo de Jóvenes Voluntarios ayuda a orfanato Nido del Águila en Guatemala

”En este viaje aprendí que la gente que trabaja, suda y hasta huele junta (¡en aquellos días en que no hay agua para bañarse!) está mejor preparada para reír, llorar y compartir las mismas dificultades. Estas cosas fueron las que fortalecieron a nuestro equipo y ayudaron a que este proyecto fuera todo un éxito” (Autumn Weis).

La mayoría de nosotros tenía suficientes picadas de insectos en las piernas como para representar las principales constelaciones, pocos fueron los que pudieron dormir adecuadamente, y las duchas frías (o la ausencia de duchas) fueron algo común. ¡Pero nada de esto nos importó, porque tuvimos la gran bendición de pasar tiempo con los maravillosos niños del orfanato Nido del Águila! Cada mañana esperábamos con ansias las aventuras del día: cambiar varios pañales al mismo tiempo, el impacto de una frambuesa en el rostro, los ataques de abrazos y cosquillas, o simplemente hacer que un niño se riera y se sintiera amado.

Muchas de las historias de cómo estos hermosos niños terminaron en Nido del Águila son verdaderamente conmovedoras, pero nos dimos cuenta de que ninguno de ellos es discriminado por sus circunstancias o antecedentes. Por el contrario, todos estos preciosos huérfanos son dignos de amor y respeto y están siendo cuidados en un lugar en el que se les ama y respeta.

Cada mañana nos reuníamos y nos asombrábamos ante la belleza del lago Atitlán y las montañas y volcanes que lo enmarcan. Allí hablábamos sobre los planes para el día, compartíamos anécdotas de la jornada anterior y participábamos en actividades de equipo. Con frecuencia, este era el momento en que podíamos darnos cuenta de cómo Dios puede tomar a varias personas (que en su mayoría no se conocen) y transformarlas en un grupo que se siente como familia y trabaja unido en pos de una misma meta: amar a estos niños y llevar a cabo un programa bien estructurado.

El sábado que pasamos en Nido del Águila los hombres entregaron sermoncillos, y durante la semana las jovencitas lideraron temas de discusión llamados “Conversaciones de equipo”, que condujeron a charlas posteriores más profundas y que permitieron a nuestro grupo crecer espiritualmente y sentirse más como una familia. “Fue muy emocionante ver lo que Dios estaba haciendo en las vidas de nuestros jóvenes del Cuerpo de Voluntarios” (Jonathan Magee).

Después del desayuno nos alistábamos para nuestras distintas actividades. Diariamente se nos recordaba que aunque todos teníamos varias labores que cumplir, como enseñar baile, música, arte, inglés, etc., nuestro cometido más importante era el de amar a los niños. Una de las frases más usadas durante la interacción con ellos fue “ustedes valen más que el oro”, frase que tomamos de la canción “Oro”, de Britt Nicole, y que utilizamos en un video musical que hicimos con los niños.

Pasamos la mayoría de las tardes ayudando en la construcción de un nuevo hogar de transición. Esto incluyó acarrear ladrillos, tierra y piedras, y también lijar las vigas de madera que servirán de soporte. A menudo, algunos de los niños nos "ayudaban" a trabajar, lo que muchas veces les hacía ganarse un paseo en carretilla. Los miembros del equipo y sus congregaciones donaron US$2000 para contribuir al financiamiento de este proyecto, que ofrecerá un hogar de apoyo a los adolescentes una vez que cumplan 18 años.

Esta vez también pasamos más tiempo que en ocasiones anteriores con nuestros hermanos de Guatemala, compartiendo con ellos dos picnics. El primero fue en Ciudad de Guatemala y el segundo en San Marcos (una región más remota, que rara vez tiene la oportunidad de recibir visitas). En cada una de estas actividades pudimos disfrutar de alimentos muy deliciosos y mucho compañerismo, además de juegos y cantos grupales con Jelly. Antes del viaje los miembros del equipo hicieron una colecta de ropa, la cual fue donada a nuestros hermanos.

Antes de irnos de Guatemala nos asociamos con una organización llamada Hope Renewed (Esperanza renovada), que administra una escuela cerca del basurero de Guatemala. En este vertedero, miles de familias escarban entre los desperdicios en búsqueda de cualquier material reciclable (plástico, metal, y cosas que puedan repararse). Hope Renewed ofrece a los niños que allí trabajan la oportunidad de mejorar sus vidas y escapar del ciclo de pobreza mediante la educación. Gracias a la generosidad de LifeNets, nuestro equipo llevó a cabo un divertido día de campo que incluyó pintura facial y juegos, como una manera de dar inicio al nuevo año escolar. También donamos fondos para comprar artículos escolares para este año que comienza.

Y aunque nuestras contribuciones puedan parecer insignificantes en el gran panorama de las cosas, sí hicimos una diferencia. Se nos dijo que probablemente recibiríamos de estos niños mucho más de lo que les dimos, lo que muy bien puede ser cierto. “Los niños en Nido del Águila me han enseñado muchísimo sobre lo que significa ‘ser como niños’: perdonar y enmendar rápidamente las relaciones dañadas, mostrar preocupación cada vez que podamos, tratar a nuestros amigos como parientes, estar siempre dispuestos a tender una mano a los demás, y nunca dejar que el pasado nos impida disfrutar el presente y soñar para el futuro. Fui allá para ayudar y enseñarles a los niños, pero fueron ellos los que realmente me enseñaron grandes lecciones” (Chelsea Dawe).

Para más información sobre las organizaciones mencionadas en este artículo visite www.lifenets.org, www.hope-renewed.org,  www.eaglesnestint.org.