Cómo aumentar la efectividad de la obra de la Iglesia

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Cómo aumentar la efectividad de la obra de la Iglesia

Este ha sido un año muy emocionante en la oficina central, especialmente para el departamento de servicios y medios de comunicación.

Usted sin duda habrá oído acerca de las oportunidades que se nos han abierto para adquirir nuevos espacios de transmisión para el programa Beyond Todayen Europa, África y Asia. Actualmente nos encontramos evaluando las primeras respuestas de TV del Medio Oriente, TV del Lejano Oriente y de la Red de Cosecha Mundial.Los televidentes ya están escribiéndonos y respondiendo a nuestro mensaje.

El equipo administrativo de la oficina central se esfuerza para comunicarles a los miembros los eventos, actualizaciones y noticias sobre la obra de la Iglesia y sus necesidades. Estamos especialmente agradecidos por el progreso alcanzado en nuestro departamento de medios de comunicación para predicar más efectivamente el evangelio del Reino en todo el mundo.

Pero para que nuestra labor sea verdaderamente eficaz, debemos ser una Iglesia que trabaje unida en esta obra y amarnos mutuamente, como Dios nos ama. Este vínculo se produce por el Espíritu Santo que mora dentro de cada uno de nosotros. La relación entre el pueblo de Dios está basada en una unidad espiritual real,no en un tratado o contrato social humano, ni por puro interés monetario o político.

Como el apóstol Pablo explicó, Dios predeterminó que su pueblo se convirtiera en uno solo, bajo Cristo.Como individuos convertidos, aunque imperfectos, es normal que exista fricción entre hermanos, pero tenemos un fundamento verdadero para permanecer unidos en Cristo, y tenemos  además los recursos espirituales que nos sirven de guía para mantener esa unidad y resolver los conflictos. Esto nos permite llevar a cabo una obra más efectiva como Iglesia, incluso cuando tiene que ver con predicar el mensaje del evangelio.

La visión de la Iglesia de Dios Unida,una Asociación Internacional,ha sido extraída de Efesios 4.

Preste especial atención a la sección de este capítulo que habla de estar unidos y en armonía unos con otros, en los versículos 13-16: “Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fey del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto [maduro], a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia [griego: energeia] de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”.

Cada miembro tiene que hacer su parte, tanto jóvenes como adultos, tanto ministros como miembros. Debemos unirnos mutuamente mediante lo que cada uno de nosotros puede aportar.

En Colosenses 2:2, el apóstol Pablo usa un lenguaje similar: “. . . para que sean consolados sus corazones, unidos en amor”.

Debemos estar unidos y “entrelazados” los unos con los otros, para ayudar a cumplir el gran propósito de Dios de llevar a muchos hijos e hijas a la gloria. Nuestra declaración de visión, que hemos tomado de Hebreos 2:10-12, también se refiere a esto: “Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos. Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza dellamarlos hermanos,diciendo: anunciaré a mis hermanos tu nombre, en medio de la congregación te alabaré”.

Ojalá que Jesucristo pueda llamarnos a todos “sus hermanos y hermanas”, y que nos mantengamos unidos en amor mientras nos preparamos para el glorioso Reino de Dios.