Si te sientes como un extraño, no te desanimes
Para nuestros lectores jóvenes • Artículos de la revista Compass Check (en inglés)

Sentirse aceptado y encontrar nuestra “tribu” son temas comunes hoy en día, y lo han sido durante la mayor parte de la historia. Los seres humanos tienen un poderoso impulso y deseo de relacionarse con otros y ser parte de una comunidad. Pero cuando sucede lo contrario y no nos incluyen, el hecho de sentirnos incomprendidos y rechazados puede causarnos un dolor intenso.
Es alentador que la Biblia tenga mucho que decir sobre el tema del sentimiento de rechazo. Tal como en muchas otras instancias, la Biblia muestra cómo Dios puede tomar algo doloroso y confuso y usarlo para el bien.
La historia de Lea en la Biblia es un ejemplo. Lea (a veces pasada por alto) es la contraparte de su hermana Raquel. El padre de Lea, Labán, engañó a Jacob para que la desposara, aunque este ya estaba enamorado de Raquel y planeaba casarse con ella (Génesis 29).
Aunque no hay muchos diálogos de Lea en la Biblia, podemos deducir mucho sobre su dolor emocional y sus sentimientos de rechazo por los nombres que dio a sus hijos:
“Y vio el Eterno que Lea era menospreciada, y le dio hijos; pero Raquel era estéril. Y concibió Lea, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén, porque dijo: Ha mirado el Eterno mi aflicción; ahora, por tanto, me amará mi marido” (Génesis 29:31-32).
Al parecer Lea se enfrentó a la sensación de ser despreciada, subvalorada e indeseada. Una angustia emocional como esa puede causar un dolor similar al de una lesión física. Cierto artículo en el sitio web psyche.com arroja más luz sobre el tema:
“Como explica el psicólogo social Mark Leary, los sentimientos heridos del rechazo surgen cuando un acontecimiento te indica que alguien no valora su relación contigo tanto como tú quieres. Si has pasado por alguna de estas experiencias de rechazo y has sufrido, no estás solo. Todos sufrimos en estas situaciones.
“De hecho, los seres humanos estamos hechos para sufrir cuando experimentamos rechazo, es decir, cuando se niega nuestra necesidad fundamental de pertenencia. En las conversaciones sobre el rechazo, una de las palabras que se escucha con más frecuencia es ‘dolor’. Investigaciones basadas en tomografías cerebrales computarizadas insinúan que el dolor que causa el rechazo y el dolor físico son procesados de manera similar por el cerebro”.
En su libro titulado The Woman of the Bible Speak (“Las mujeres de la Biblia hablan”), Shannon Bream ofrece algunos comentarios y explicaciones muy útiles acerca de lo que podemos aprender de Lea y de cómo manejó y expresó ella sus sentimientos de rechazo:
“La suerte de Lea fue difícil, pero fíjate en lo que dice al respecto: el Señor vio su miseria. Estas palabras son similares a las de Agar, quien, como Lea, también fue rechazada. Ambas clamaron a un Dios que realmente las vio, casi con toda seguridad de una manera que ningún ojo humano lo hizo jamás. Agar era 'invisible' debido a su condición de esclava, y Lea se sentía 'invisible' porque se sentía poco amada, o al menos menos amada que Raquel. Pero el Dios que vio a Lea conocía su angustia y tuvo misericordia” (p. 42).
La historia de Lea prosigue: “Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Por cuanto oyó el Eterno que yo era menospreciada, me ha dado también este. Y llamó su nombre Simeón” (Génesis 29:33). En hebreo, Simeón significa “el que oye”. Lea sintió que había sido escuchada por Dios y que su dolor había sido reconocido. Aunque probablemente se sintió rechazada por su marido, encontró en Dios a alguien que la vio, la escuchó y acudió en su ayuda.
Nosotros también tenemos un Dios que nos conoce, nos ve y nos oye, y que acude en nuestra ayuda. Él sabe cuándo estamos sufriendo y quiere ayudarnos. Puedes recurrir a él si estás sufriendo emocionalmente y pedirle consuelo, amor y misericordia. Aún más, tenemos un Dios que puede empatizar con nosotros porque conoce el dolor del rechazo y la sensación de ser un extraño. Jesús eligió pasar por el rechazo y el aislamiento para que el plan de Dios pudiera cumplirse. En su libro, Shannon Bream continúa diciendo:
“Lea sabía lo que era ser rechazada, una tristeza que Jesús también conocía. Fue despreciado y ridiculizado. Advirtió a sus discípulos que ‘sufriría muchas cosas y sería rechazado por esta generación’” (Lucas 17:25). Dios mismo ha experimentado el dolor del rechazo. Que Jesús viniera a esta Tierra a través de la descendencia de Lea es una imagen maravillosa: Dios nos espera no solo en los lugares de belleza y popularidad, sino también a menudo en los lugares de quebranto y rechazo, los valles más oscuros y el caos más profundo” (p. 49).
Por tanto, en aquellos momentos en que nos sintamos rechazados, confiemos en que Dios está ahí para ayudarnos. Jesús recorrió el difícil camino antes que tú, y fue rechazado no porque hiciera algo malo, sino por las debilidades y limitaciones de los que le rodeaban. Isaías 53:4-5 dice: “Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz; fue azotado para que pudiéramos ser sanados” (Nueva Traducción Viviente). Jesús estuvo dispuesto a asumir el dolor emocional del rechazo y el aislamiento para que nuestros pecados pudieran ser perdonados.
Como cristianos, somos llamados a ser como Cristo y a vivir como él vivió. A veces tenemos que sobresalir de forma incómoda y extraña entre la multitud. Hay momentos en los que defender la verdad nos pondrá en la mira. Puede resultar extraño enfrentarse a los caminos de este mundo, pero es importante sentirse cómodo estando incómodo. Salir de nuestra zona de confort es la única forma real de crecer. Y recuerda que siempre tienes a alguien que te respalda:
“¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?” (Romanos 8:31, Nueva Versión Internacional).
Lea batalló con el dolor del rechazo y, a pesar de todo, continuó alabando a Dios por las bendiciones que recibió. Y Dios la vio, la escuchó y la incluyó como miembro clave de su plan. Ella fue la madre de Judá, a través de la cual nacieron el rey David y, finalmente, Cristo.
Dios es conocido por tomar lo que los humanos rechazan y usarlo para su gloria. Dios está contigo; te escucha y te ve; y te está preparando para cosas más grandes en el futuro. EC
1 psyche.co/guides/how-to-handle-rejection-so-that-you-can-heal-and-move-on