Pensamiento crítico bíblico para cristianos: Vivamos la verdad

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Pensamiento crítico bíblico para cristianos

Vivamos la verdad

Como miembros de la Iglesia de Dios, cuando fuimos llamados a vivir el camino de vida de Dios nos tomamos el tiempo de comprobar las verdaderas doctrinas de la Iglesia y refutar muchas doctrinas cristianas tradicionales que contienen ideas no compatibles con la Biblia. Quienes somos cristianos de segunda o tercera generación también tuvimos que examinar acuciosamente nuestras creencias antes del bautismo y comprobarlas por nosotros mismos.

El pensamiento crítico es una importante herramienta académica que se les enseña a los estudiantes. Este tipo de análisis objetivo se refleja en la exhortación bíblica de 1 Tesalonicenses 5:21: “Examinadlo todo; retened lo bueno”.

Para aquellos que son miembros de la Iglesia de Dios, esta herramienta es básicamente la que utilizamos cuando nos enfrentamos por primera vez a la verdad de Dios. Queríamos asegurarnos de que esa verdad fuera legítima, así que probablemente recurrimos a libros y computadores, estudiamos la Biblia y, mediante nuestra investigación, comprobamos esas cosas.

A medida que avanzamos por la vida y formamos nuestras propias opiniones y creencias sobre los asuntos del mundo que nos rodea, ¿utilizamos el pensamiento crítico?

Estamos expuestos a todo tipo de noticias, agendas políticas y teorías de una gran variedad de medios de comunicación. Los boletines y blogs son más populares que nunca, y pueden ser convincentes y parecer correctos. Cuando creemos y adoptamos una postura sobre un tema de actualidad, ¿estudiamos honestamente las dos caras del asunto antes de creerlo?

Cuando examinamos asuntos ajenos a la Iglesia y luego hacemos lo que nos parece correcto sin un adecuado análisis crítico basado en la Biblia, podemos confundirnos, meternos en problemas y posiblemente alejarnos de Dios. ¡En nuestra cultura actual, verdaderamente existe hambre de la verdad! Lea Oseas 4:1-2. Al igual que muchas naciones modernas, el antiguo Israel permitía falsedades y mitos en su sociedad.

El originador de toda enseñanza engañosa es Satanás el diablo, y él ejerce dominio sobre nuestro mundo. Si no puede engañarnos en cuanto a la verdad de Dios, uno de sus trucos es conseguir que aceptemos las falsedades del mundo. Si no comparamos lo que oímos con la Palabra de Dios y sus caminos, estas falsedades pueden hacernos adoptar actitudes independientes de los caminos de Dios. Esto puede dar como resultado que descuidemos nuestro llamado a la Iglesia de Dios, que faltemos a los servicios sabáticos y causemos división. Esta es la trampa del diablo mencionada en 2 Timoteo 2:25-26.

En Mateo 24:4, la primera advertencia de Cristo sobre el fin de los tiempos fue que no nos dejáramos engañar. ¡Ahora podemos ver cuán seria es esa advertencia!

Prácticamente todas las cartas de Pablo, Pedro, Juan y Judas instan a los hermanos a no dejarse llevar por falsas enseñanzas de ningún tipo (1 Timoteo 1:3-4). En los últimos veinte años, Internet ha estado colmado de teorías y opiniones de gente de todos los extremos.

Examine todo con pinzas, es decir, analice críticamente lo que lee para evitar el engaño.

Dios registró en su Palabra tres maneras en las que podemos evitar el engaño:

Ame la verdad (Juan 17:17).

Lea 2 Tesalonicenses 2:9-12 y fíjese en lo serio que es esto. La única verdad real es la Palabra de Dios (Juan 17:17), y la verdad nos hace libres (Juan 8:32). Cuando lea o escuche cualquier opinión, examínela y piense: “¿Es esto compatible con la Palabra de Dios?”

Vigile la puerta de su mente (Proverbios 14:15).

Al igual que un virus informático, podemos ingerir información tóxica que puede llevarnos por mal camino. Infórmese sin dejarse corromper.

Pruebe todo (1 Tesalonicenses 5:21).

Observe que esto no se limita al ámbito religioso, sino que abarca todas las cosas. Cristo enseñó que debemos usar juicio justo, no según las apariencias (Juan 7:24). Esto significa examinar todas las facetas de un asunto.

Al igual que sucede con las ovejas confiadas, podemos desviarnos fácilmente. No se deje llevar por las distracciones de Satanás, los engaños y la sociedad polarizada en la que vivimos. Es crucial que examinemos todo lo que leemos y oímos comparándolo con la Biblia. En Hechos 17:11 leemos que los bereos “recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para saber si estas cosas eran así”. Los bereos nos muestran un maravilloso ejemplo de pensamiento crítico bíblico: analizaban lo que recibían y lo comparaban con las Escrituras.

Sabemos que vendrá un engaño mucho mayor a este mundo antes de que Cristo regrese para restaurar todas las cosas, incluida la verdad. Como nuestro Señor Jesucristo enseñó: ¡no se deje engañar, guarde la puerta de su mente, ame la verdad y pruebe todas las cosas! EC