El camino menos transitado
En 1920, el famoso poeta estadounidense Robert Frost (1874-1963) escribió un cautivante poema llamado “El camino no elegido”. En él describe cómo, mientras atravesaba un bosque, llegó a un lugar donde el sendero se bifurcaba. Al preguntarse cuál camino escoger, finalmente eligió “el menos transitado”, y al hacerlo encontró que su decisión “hizo toda la diferencia”.
¿Qué pasaría si usted se tuviese que enfrentar a esta misma situación espiritualmente? Imagine, por ejemplo, que mientras viaja por el camino de la vida, llega a un lugar donde este se bifurca. En este punto debe detenerse y abrir una de dos puertas para continuar su viaje. Se da cuenta de que la primera puerta es muy angosta y aparentemente difícil de atravesar. Además, el camino detrás de ella se ve poco recorrido: es áspero, rocoso y lleno de matorrales, zarzas y maleza. En contraste, la segunda puerta es muy ancha y el camino al que da acceso parece ser espacioso y sin impedimentos.
¿Qué puerta espiritual cruzaría? Y, aún más importante, ¿cuál querría Cristo que tomara? Veamos su respuesta, registrada en la Biblia: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella” (Mateo 7:13, énfasis nuestro en todo este artículo).
El camino que lleva a la vida
¿Qué más reveló Jesús acerca de por qué desea que usted atraviese la puerta angosta y restringida y luego transite por el camino escabroso y arduo? Él dijo: “Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo 7:14). Pero ¿por qué solo algunos deciden que el camino difícil y arduo “que lleva a la vida” vale la pena, el cansancio y la adversidad, mientras que la mayoría no piensa así? Porque mientras la mayoría está inmersa en metas y preocupaciones materiales temporales y egoístas, pocos se enfocan en el futuro y el premio espiritual “del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:14). Al hacer esto ponen su confianza absoluta en Dios y su Palabra, la Biblia, anticipando una época emocionante, colmada de alegría incontenible y maravillosas oportunidades para sí mismos y para toda la humanidad (Hebreos 11:8; Hebreos 11:13-14; Salmos 16:11).
Por otro lado, ¿qué ocurre cuando una persona escoge el camino ancho y fácil buscando satisfacer sus propios deseos y proclividades mundanas? Jesús dijo: “El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará” (Mateo 10:39). En otras palabras, si alguien vive su vida preocupándose solo de sus propios intereses y placeres, perderá el inigualable obsequio de la vida eterna (Romanos 6:23). Esto incluye la increíble oportunidad de ayudar a Jesucristo a gobernar el glorioso Reino de Dios en la Tierra después de su segunda venida, cuando el conocimiento del Eterno cubra el mundo como las aguas cubren los océanos (Apocalipsis 20:4; Isaías 11:6-9).
Cómo cambiar nuestra manera de pensar
Por tanto, todo esto depende de usted y de la decisión que debe tomar ahora. Si desea sinceramente tomar “el camino menos transitado”, ¿qué debe hacer? Como sucede con toda decisión importante, es indispensable “calcular el costo” para asegurarnos de poder terminar lo comenzado (Lucas 14:28). Para completar su camino espiritual con éxito, primero deberá arrepentirse –es decir, apartarse– del pecado, que es quebrantar las leyes de Dios (1 Juan 3:4). Luego debe bautizarse y recibir el don del Espíritu Santo por medio de la imposición de manos efectuada por un verdadero ministro de Dios (Hechos 2:38; 3:19; 8:14-18). Además, necesita cultivar una relación personal con Jesucristo y Dios el Padre por medio de la oración diaria (Juan 3:16).
Como resultado de estos pasos, el poder del Espíritu de Dios dentro de usted comenzará a cambiar su manera de pensar y lo convertirá en una nueva persona (Efesios 4:23-24). Más aún, viajar por “el camino menos transitado” requiere sacrificio propio, humildad y el sincero deseo de servir a otros. El apóstol Pablo escribió: “No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos” (Filipenses 2:3, Nueva Versión Internacional).
Todo esto es lo que Jesucristo quiere que usted haga para que su mente y corazón sean completamente renovados, como ya leímos en Efesios 4:23. Cuando el Espíritu de Dios trabaja en usted, le infunde una valiosa fortaleza divina y la capacidad de conocer “la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta” (Romanos 12:2, NVI). Adicionalmente, el camino de vida de Dios incluye amar y obedecer sus mandamientos (Salmos 119:97; 1 Juan 5:3). Hacerlo le proporcionará innumerables bendiciones, incluyendo una espléndida paz mental (Filipenses 4:7). “Pero quien se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad, y persevera en ella, no olvidando lo que ha oído, sino haciéndolo, recibirá bendición al practicarla” (Santiago 1:25, NVI).
Esto contrasta con el modo de vida humano, egocéntrico y desobediente, que a lo largo de los siglos ha legado a los pueblos angustia, ansiedad, dolor, sufrimiento y muerte (Romanos 2:9; Romanos 6:16, Romanos 6:23).
El apóstol Juan escribió: “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” (1 Juan 2:16). Cuando consideramos todo lo anterior, la decisión debiera ser clara. El camino ancho que se enfoca exclusivamente en la vida física propia, con sus intereses y quehaceres, espiritualmente no lleva a ninguna parte. Por el contrario, el camino espiritual “menos transitado”, áspero, difícil y rara vez recorrido, conduce al radiante futuro eterno lleno de emocionantes oportunidades, y a un gozo y satisfacción jamás soñados (Juan 15:11).
Un maravilloso futuro está por venir
Entonces, tiene un maravilloso futuro ante usted si escoge “el camino menos transitado” y lo sigue completa y fielmente. Pero, ¿significa esto que no enfrentará problemas en su vida física actual? No. Sin embargo, como Romanos 8:18 dice, “las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”. Aún más, el siguiente versículo explica lo que está por venir: “Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios” (Romanos 8:19). ¿Qué promesa mejor o más emocionante puede tener que convertirse en uno de los propios hijos divinos de Dios? (2 Corintios 6:18).
Finalmente, en la última estrofa de su poema, Robert Frost dice: “Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo tomé el menos transitado, y eso hizo toda la diferencia”. ¿Está dispuesto a viajar por el camino espiritual arduo — el menos transitado? Si es así, ¡encontrará que hará toda la diferencia porque lo llevará a la gloriosa vida eterna y a increíbles oportunidades en el espectacular Reino de Dios venidero y en su familia (Mateo 7:14)!