Alimentemos y avivemos la llama de la Fiesta

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Alimentemos y avivemos la llama de la Fiesta

¡Hemos estado en la cima de la montaña! Una vez más, la mayoría de nosotros tuvo la bendición de compartir con otros miembros de la Iglesia la celebración de la Fiesta de los Tabernáculos. Por varias razones, cada año la Fiesta es una ocasión excepcionalmente alegre.

El propósito de Dios es que todas sus fiestas anuales ayuden a atizar el fuego del fervor que él desea, aquel que puede  estimular en nosotros buenas intenciones para que seamos más celosos que nunca durante el año siguiente. Pero cuando vuelve el invierno (aquí en el hemisferio norte) y nosotros a las rutinas cotidianas muy poco emocionantes, es fácil desalentarse y perder el entusiasmo.

Esto es normal, pues así es la naturaleza humana. Como humanos, con frecuencia nos llenamos de buenas intenciones y emoción al empezar algo, e ingenuamente tendemos a confiarnos demasiado. Lo que suele ocurrir con cualquier propósito o proyecto es que perdemos parte de nuestro interés y celo. La gente se desilusiona, se desanima e incluso desiste.

Por ejemplo, en el monte Sinaí, los israelitas dijeron: “Haremos todas las cosas que el Eterno ha dicho, y obedeceremos” (Éxodo 24:7). Sin embargo, ¡es bien sabido cómo procedió el pueblo poco después!

Además, estamos conscientes de que habrá cada vez más obstáculos, tentaciones y persecuciones en este tiempo del fin. La influencia maligna de Satanás aumenta progresivamente en nuestra sociedad, y debemos resistir las numerosas atracciones y distracciones.

En tiempos de dificultad, ¡mantengámonos firmes! Procuremos elevarnos por sobre nuestra naturaleza humana y desarrollemos cada vez más la naturaleza espiritual. Construya sobre los cimientos espirituales establecidos en la Fiesta y fíjese algunos objetivos a largo plazo. Haga planes para avivar las llamas del fervor hacia Dios y mantenga ese fuego encendido a lo largo del año siguiente.

La perseverancia espiritual es un tema importante en la Biblia

Dios conoce muy bien nuestras debilidades y las tentaciones que hay en el mundo, por eso su Palabra está llena de exhortaciones para que podamos resistir con toda perseverancia. ¡Y Dios está siempre a nuestro lado para ayudarnos constantemente cada vez que acudimos a él!

Después que Jesús advirtiera sobre el aumento de las tentaciones y la persecución en los últimos tiempos, dijo: “. . . mas el que persevere hasta el fin, este será salvo” (Mateo 10:22; 24:13).

Luego de su advertencia sobre las “asechanzas del diablo”, Pablo escribió: “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes” (Efesios 6:11, 13).

Pablo le escribió a Timoteo: “Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo . . . Si sufrimos, también reinaremos con él” (2 Timoteo 2:3, 12).

La parábola del sembrador en Marcos 4 ilustra varios peligros espirituales: “Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo; pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan” (Marcos 4:16-17). “Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa” (Marcos 4:18-19).

Posteriormente, Marcos 4:20 describe el resultado de la semilla sembrada en buena tierra: “los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno”. La buena tierra es la mente humilde y receptiva de un discípulo que se dedica firmemente a aprender, crecer, servir ¡y permanecer siempre fiel!

Tema del Libro de Hebreos: La perseverancia

Un tema importante en la Biblia es la necesidad de la perseverancia espiritual, lo cual es sin duda evidente en el libro de Hebreos. La Epístola a los Hebreos estaba dirigida principalmente a los judíos cristianos, mucho después de su conversión. El autor de esta epístola (tal vez Pablo) se había dado cuenta de que muchos de los judíos cristianos estaban desanimados y decaídos espiritualmente, dejándose llevar por actitudes y conductas de tibieza, tal como se describe a la Iglesia de los laodicenses (Apocalipsis 3:14-22).

Muchos estaban desanimados por sus crecientes aflicciones, que incluía la persecución. Estaban decepcionados porque Cristo no había regresado y además abrigaban serias dudas. Muchos habían llegado al punto de añorar su antigua vida en torno al templo de Jerusalén, con sus impresionantes celebraciones.

Hasta se sintieron tentados a pensar que la vida era mejor bajo el antiguo pacto y el judaísmo. Para contrarrestar ese pensamiento, ¡la palabra “mejor” aparece 12 veces en el libro de Hebreos! Se hace hincapié en que todo lo que Dios y Cristo nos ofrecen bajo el nuevo pacto ¡es infinitamente mejor!

El Libro de Hebreos es un escrito brillante y lleno de poderosas exhortaciones sobre la inmensa bendición de ser llamados por Dios para convertirnos en sus hijos. Esta epístola fue escrita para motivar a esos cristianos a que reavivaran el fuego espiritual que una vez habían sentido y rededicaran sus vidas a Cristo.

Probablemente los dos mejores versículos para resumir el mensaje de Hebreos se encuentran en Hebreos 10:35-36: “No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa”.

Hebreos es un libro de inestimable valor para que los cristianos experimentados lo repasen y de vez en cuando mediten en su contenido.

Perseverancia a pesar de las presiones y la persecución

Pablo escribió desde la celda de una prisión su última epístola a Timoteo sobre cómo sobrevivir espiritualmente y prosperar incluso en medio de las adversidades: “Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:12-17).

Tengamos muy en cuenta lo que escribió Pablo: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Romanos 8:18).

En las sociedades actuales, la mayoría de la gente es tibia, fría o abiertamente hostil hacia los valores bíblicos. No dejemos que esas influencias negativas o la fragilidad de nuestra propia naturaleza humana nos arrastren a actitudes tibias y a la tentación de desistir.

¡Las fiestas de Dios han alimentado y avivado la llama del fervor de nuestro celo! ¡Asegurémonos de perseverar y mantener ese fuego vivamente encendido durante este año y todos los que vengan!  EC