Quinto Mes: Ab: Moisés, el líder que sacó de Egipto a Israel

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Quinto Mes: Ab

Moisés, el líder que sacó de Egipto a Israel

El nombre de Moisés significa sacado del agua. Es el hijo menor de Amram y Jocabed, de la familia de Coat (Éxodo 2:10-21; Hechos 7:20-38; Hebreos 11:24, 25). Moisés fue un gran líder y legislador hebreo que nació en la época en que el rey de Egipto había decidido destruir a todo niño varón recién nacido entre los israelitas.

La historia de su rescate del agua por la hija del faraón, de su adopción por ella, como hijo propio y de su educación real nos ha marcado el corazón desde nuestros primeros años. Necesitaríamos un volumen entero para exponer en detalle las virtudes y vicisitudes de Moisés, como historiador, orador, líder, estadista, legislador y patriota. Sin embargo, su mayor honor fue el privilegio de ser conocido como "el amigo de Dios". Existía una gran intimidad entre Dios y este profeta tan sobrenaturalmente guiado y ayudado en su vida y sus labores. No es de extrañar que este poderoso líder de Israel fuera el héroe bíblico favorito de las Escrituras.

Moisés vivió 120 años, un período dividido en tres secciones de cuarenta años cada uno, Los primeros cuarenta años fueron desde su nacimiento hasta la huida a Madián. Como hijo de Faraón, Moisés aprendió a ser una persona importante. Los segundos cuarenta años van desde la huida a Madián hasta el Éxodo. En lugares desérticos Dios lo fue preparando para que en su momento se encuentre bien preparado para conducir a la nación de Israel, sacándolo de la esclavitud de Egipto hacia el desierto. Los terceros y últimos años empezaron a partir del Éxodo hasta “su propio éxodo”, es decir hasta el fin de sus días. Como líder de las huestes de Dios, aprendió que él era todo. Aquel quien pudo hablar cara a cara con Dios, como un hombre lo hace con su amigo. La notable vida de Moisés podemos verla bajo tres aspectos más: Primero: El momento en que él se entregó completamente a Dios. Segundo, el momento en que rompió absolutamente con el mundo. El rechazo y la elección de Hebreos 11:24, 25 deben notarse cuidadosamente. No es suficiente rechazar, es necesario elegir. Debemos respaldar lo que es negativo con un valor positivo. Además, Moisés, como el dador de la ley en Israel, nos proporciona un tipo adecuado de Cristo. Tomados en conjunto tenemos algunas similitudes que en la Iglesia de Dios debemos aprovechar a desarrollar.

He aquí las similitudes entre Moisés y Jesucristo:

Ambos fueron preservados de los peligros de la infancia (Éxodo 2:2-10; Mateo 2:14-15). Ambos fueron tentados, pero tuvieron dominio sobre el mal y salieron vencedores (Éxodo 7:11; Mateo 4:1). Ambos sabían lo que era ayunar durante cuarenta días (Éxodo 34:28; Mateo 4:2). En medio de la soledad tuvieron fuerza. Ambos tuvieron poder para controlar el mar (Éxodo 14:21; Mateo 8:26). Ambos alimentaron a la multitud (Éxodo 16:26; Mateo 14:20, 21). Ambos mostraron un rostro radiante (Éxodo 34:35; Mateo 17:2). Ambos soportaron murmuraciones (Éxodo 15:24; Marcos 7:2). Ambos fueron desacreditados en casa (Números 12:1; Juan 7:5). Ambos fueron poderosos intercesores (Éxodo 32:32; Juan 17). Ambos hablaron como oráculos de Dios (Deuteronomio 18:18; Juan 7:46). Ambos tuvieron setenta ayudantes (Números 11:16, 17; Lucas 10:1). Ambos establecieron sendos monumentos conmemorativos (Éxodo 12:14; Lucas 22:19). También ambos reaparecieron después de su muerte (Mateo 17:3; Hechos 1:3).

Cristo entregó los primeros cinco libros del Antiguo Testamento, (Pentateuco), y Jesús puso su sello a la autoría mosaica de estos libros. Finalmente, Moisés acabó sus días en las llanuras de Moab, cuando tenía 120 años de edad, y cuando todavía "sus ojos no se habían oscurecido, ni su fuerza natural había menguado”.

Ab 5785