Mensaje previo a la Iglesia de Dios

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Mensaje previo a la Iglesia de Dios

Tenemos mucho que aprender de los siervos de Dios, cuyos nombres se encuentran registrados en las Sagradas Escrituras. Por supuesto que estamos limitados por el espacio para relatar todo lo que hicieron estos hombres de Dios. Sus nombres tienen una relación o significado religioso. A veces, un nombre expresa alguna esperanza o aspiración por parte de los padres, como en el caso de Juan, que significa "don gratuito de Dios". Otro ejemplo es Samuel, que significa "Dios ha escuchado". Estos nombres fueron concebidos en un espíritu de oración porque expresaban una expectativa religiosa por ellos.

Los nombres pueden tener un carácter simbólico o profético. Un ejemplo de esto se ve en el nombre Sear-jasub, "un remanente volverá" (Isaías 7:3). Maher-shalal-hash-baz, uno de los nombres más largos de la Biblia significa "Tened, tened, al despojo" (Isaías 8:1).

La madre podía poner el nombre a su hijo. (Génesis 19:37; 29:32). Otras veces, el padre escogía el nombre (Génesis 4:26; 16:15). Ocasionalmente, otras personas podían escoger el nombre (Rut 4:17; Lucas 1:57-63). Juan Bautista y Cristo tuvieron nombres divinamente dados antes de su nacimiento (Lucas 1:13; Mateo 1:21). Algunos nombres eran adoptados de los parientes (Lucas 1:59). Acab significa "hermano del padre"; Ahban, "el hermano es hijo"; Ahiam, "tío materno". Ab significa "padre", por lo que tenemos muchos nombres que comienzan con estas letras, como Abimelec, que significa “cuyo padre es rey".

También ocurre que ciertos nombres fueron asignados por intervención directa de Dios. En muchos casos no sólo fueron dados por Dios, sino cambiados bajo su dirección: por ejemplo, de Abram a Abraham; de Sarai a Sara; de Jacob a Israel; de Oseas a Josué. Los nombres que son considerados importantes, tenían una conciencia aguda de su significado.

Este hecho se confirma en nombres como Rubén, "mira, un hijo"; Judá, "alabanza": José, "añade". A veces, los nombres también reflejan las características de los padres que los hijos iban a heredar. Los padres débiles e indecisos eran propensos a acuñar nombres débiles e indecisos para sus hijos, que manifestaban un carácter acorde con sus nombres.

También otros nombres provienen del mundo vegetal. He aquí algunos ejemplos de este orden: Adán, "tierra roja"; Elah, "roble"; Asnah, "zarza"; Shamar; "espina".

Asimismo, ciertos nombres están asociados con efectos naturales que se presentan en el mundo: Por ejemplo: Geshem, "lluvia"; Barak, "rayo"; Boanerges, "hijos del trueno"; Adoni-Bezek, "rayo del Señor".