Breve introducción a la vida de Moisés
La simple mención del nombre de Moisés origina diversas imágenes en la mente de diferentes personas. Por ejemplo, mis pensamientos retroceden a la galardonada película “Los Diez Mandamientos” dirigida por el fallecido Cecil B. DeMille, en la cual el actor Charlton Heston protagonizó el papel principal. En su papel él se mostraba apuesto, valiente y confiado, por lo que mis primeras ideas acerca de Moisés, se formaron por esta clásica imagen producida por Hollywood. Moíses, como varón de Dios, en ese impresionante momento, debió haber sido todo lo antes dicho, y mucho más. La generación actual colocaría esa producción en los archivos de la industria cinematográfica. También sabemos de la existencia de otras cintas cinematográficas que representan a Moisés. En muchos aspectos, muestran a Moisés con una decidida competencia en contra de Faraón, cruzando el Mar Rojo y eliminando al poderoso ejército egipcio.
Sin embargo, hay algo importante que se encuentra ausente, es lo que llamamos “la realidad”. Porque cuando nos dirigimos a una fuente más confiable, es decir, la Biblia, podemos formar una opinión más precisa en cuanto a la vida del hombre a quién Dios utilizó de manera tan notable, y nos quedamos con un concepto realista y creíble. Y, cuando unimos ambos ingredientes, de pronto surge una imagen correcta de aquel siervo de Dios. Por esta razón no debemos permanecer interesados en descripciones fantasiosas o descripciones imaginarias de personajes auténticos que vivieron en un mundo real. En este mundo de realidades crudas y descarnadas, no hay mucho espacio disponible para soñar despiertos, porque todos buscamos hechos reales, basados únicamente en la verdad revelada en la Palabra de Dios. Por eso este Calendario que ponemos a su consideración, nos ayuda a vincularnos con un hombre humilde que vivió en medio de todo tipo de conflictos y que no siempre los manejó correctamente; pero que, a pesar de sus defectos, llegó a ser muy útil en las manos de Dios para realizar sus propósitos soberanos y de conformidad al Plan que Dios creó desde la antigüedad.
Moisés, por la gracia incomparable de Dios, fue capaz de realizar acciones muy admirables. Se trata de un impulso de esperanza que necesitamos en medio de estos días tan complicados que nos ha tocado vivir, donde nos acercamos más, a los tiempos del fin. En vez de anonadarnos con logros fuera de la realidad, y con otras expectativas, más bien nos proporciona nuevas alas para remontarnos hacia el futuro, cada vez más cercano, que nos espera a todos los que, después de haber sido llamados por nuestro Dios y Padre, aprendamos a permanecer firmes en la fe del Hijo de Dios.
Por si fuera poco, a través del cruce por el Mar Rojo, no solo de personajes que formaban parte del pueblo de Israel, sino también de otros que se acoplaron en su salida de Egipto, quienes siempre permanecieron bajo la guía y protección de Dios y de su siervo Moisés, ahora nos sirve de mucho para preguntarnos de qué manera cada uno de nosotros estamos cruzando nuestro propio Mar Rojo para huir, ya no de un ejercito egipcio, sino de nuestro archienemigo que no descansa en su afán de hacer fracasar el Plan de Salvación que Dios creo para compartir con sus primicias en medio de su familia espiritual; cuando por fin Jesucristo, tan esperado por todos nosotros, regrese a la tierra con gran poder y gloria acompañado de sus miriadas de ángeles que se encontrarán montados en sendos caballos blancos. Estamos hablando de una hermosa realidad, porque cada día que doblamos nuestras rodillas, pedimos a nuestro Padre que su Santo Reino venga pronto.
Esta pequeña introducción que tiene que ver con la vida de Moisés, debe servirnos, no solo para alimentar nuestros incansables conocimientos, sino también para aprender a manejarnos espiritualmente como es digno ante los ojos de Dios. La iglesia de Dios siempre anda en busca de realidades en medio de un mundo que se va hundiendo cada vez más, como si se encontrara en medio de un gran Titanic espiritual.
Los primeros cinco libros del Antiguo Testamento, conocidos también como el Pentateuco, fueron escritos precisamente por su siervo Moisés. Estos cinco libros no solo sirven para las enseñanzas del Antiguo Testamento, sino que principalmente son útiles para las enseñanzas del Nuevo Testamento, porque ahí se encuentran las claves, que son muy importantes no solo para nuestra enseñanza, sino principalmente para nuestra salvación; porque ese es el propósito que Dios tiene para quienes el Padre se dignó llamar, para hacernos columnas en su Santo Templo. Porque gracias a su dedicación, entrega, constancia y total liderazgo, vamos aprendiendo más de la vida y hechos de este extraordinario siervo de Dios.
Por eso, cada miembro que fue llamado a formar parte del Cuerpo espiritual de Cristo, debe aprender a vivir a plenitud, por mucho que los problemas, pruebas, enfermedades y la misma edad, batallen en contra de nuestro sincero deseo de servir a los demás, porque lo espiritual está por encima de lo físico.
Moisés murió conforme al dicho del Eterno, todo terminó para el anciano de 120 años, es decir un siglo y veinte años o sea doce décadas, exactamente como Dios lo había preparado. Toda la educación que tuvo Moisés, primero en Egipto y más tarde a través de Dios, toda su experiencia, y todas las cosas que a veces nos aferramos, se fueron con él. Ninguna de estas cosas persistieron, Él estuvo solo en la cumbre del Pisga. ¿Saben qué es lo que Dios escribió en la lápida de Moisés, en cuanto a la vida de su siervo? ¿Qué dice el obituario de Moisés? He aquí la respuesta: “Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido el Eterno cara a cara”. Nadie hubo como él en todas las señales y prodigios, que el Eterno le envió a hacer en tierra de Egipto, a Faraón y a todos sus siervos y a toda su tierra, en el gran poder y en los hechos grandiosos y terribles que Moisés hizo a la vista de todo Israel (Dt 34:10-12). 1° de Nisán, sábado 02 de abril de 2022.