#148 - 2 Reyes 25: "La Babilonia de los Cautivos Judíos"

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#148 - 2 Reyes 25

"La Babilonia de los Cautivos Judíos"

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Dice James Muir: "Nabucodonosor fue el más grande edificador del período del Antiguo Testamento. Dedicó los primeros años de su reinado a la guerra, pero durante los últimos, su principal empeño pacificador fue llevar a efecto la más grande campaña de construcciones que el mundo jamás ha conocido. Babilonia fue totalmente reconstruida, y llegó a ser la más grande, la más rica y la más populosa ciudad de la tierra… Con ladrillos de barro cocido, muchos de los cuales llevan su nombre y jactanciosas referencias a su reinado, Nabucodonosor construyó magníficos palacios y templos para los dioses de Babilonia. Entre sus obras más famosas están los Jardines Colgantes (una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo), la Puerta de Istar, la nueva torre de Babel y el gran templo de Marduk" ("La Arqueología y la Escritura", p. 190).

Las excavaciones del último siglo en Babilonia han entregado mucha información sobre cómo era esta gran ciudad, además de los relatos de historiadores griegos, como Heródoto y Ctesia que la visitaron. He aquí el dibujo de la ciudad según los expertos. 

La autora Petra Eisele describe la ciudad: "Babilonia era la ciudad más grande del mundo antiguo, con una superficie urbana de tres kilómetros cuadrados y una población calculada en 300,000 habitantes (con cientos de miles más en la zona periférica). Dentro de la ciudad  había dos carreteras militares, 24 calles corrientes, tres cursos de agua y ocho puertas de la ciudad...estaba cercada por un doble anillo de murallas, la exterior de 3.5 m. de ancho y la interior de 6.5 m. Al ser los muros tan anchos que los podían recorrer un gran número de soldados, se puede afirmar que Babilonia era la ciudad del mundo antiguo mejor fortificada. Las dos fortificaciones estaban vigiladas por torres sobresalientes separadas cada 20 m., y protegida por una zanja de 20 metros de ancho...Herodoto habla del puente a la entrada... hay que considerarlo entre las maravillas del mundo... se trata del puente de ladrillos más antiguo del mundo… Al cruzar el puente, uno entraba por la Puerta de Istar que lo llevaba a la Torre de Babel y al lado opuesto, a los famosos Jardines Colgantes de Babilonia. La puerta estaba recubierta de hermosos azulejos esmaltados en azul" (Babilonia, p. 91). Hoy día se puede ver esta Puerta de Istar completamente intacta en el Museo de Berlín. 

LA GRAN BABILONIA – METROPOLIS DEL MEDIO ORIENTE

Al acercarse a Babilonia, lo que primero se veía era la mítica torre de Babel, que fue reconstruida por Nabucodonosor. Dice Eisele: "La torre, de al menos 90 metros de altura en su totalidad… sobresalía de los techos blancos de Babilonia y, más alta que la mayor parte de las pirámides de Egipto, era un símbolo para cualquiera que se acercara a la ciudad" (pp. 126-127). ¡Qué impresión debe haber causado a los judíos ver esta mítica torre, ya descrita en el libro de Génesis como símbolo de la rebelión contra Dios! 

Herodoto vio esta torre, que se había construido encima de los restos de la antigua. El rey asirio Senaquerib destruyó la original en el año 689 a.C. Varios reyes iniciaron la labor de levantarla de nuevo, tarea que terminó el infatigable Nabucodonosor. Los arqueólogos han encontrado las bases de la torre original. En el encabezado, la representación que más se asemeja a la Torre de Babel del libro de Génesis.

Cerca de esta gran torre se encontraba otra maravilla del mundo antiguo, los famosos Jardines Colgantes de Babilonia. Cuando Nabucodonosor se casó con la hermosa princesa meda, Amytis y la trajo a la llanura de Babilonia, ella sintió mucha nostalgia por las montañas y el verdor de los bosques de Media. "Ningún problema" debe haber dicho Nabucodonosor y le construyó una "montaña artificial" cubierta de árboles, arbustos y flores que reproducían los bosques de Media. El historiador griego, Ctesia, que los vio con sus propios ojos, relata: "El jardín ascendía como una montaña, una terraza sobre otra. Bajo las terrazas ascendentes estaban construidos muros en fila, que tenían el objeto de sostener el peso de todo el jardín y que subían siempre un poco más alto según iba subiendo el jardín. Así tenían luz todos los niveles. El piso de cada terraza estaba cubierto de cañas recubiertas con alquitrán, luego encima, una capa de dobles ladrillos cocidos... y finalmente una capa de plomo para impedir que la humedad de la tierra filtrara para abajo. Luego se llenaba el espacio con una capa gruesa de tierra para sostener incluso las raíces de los árboles más grandes. Había todo tipo de árboles, arbustos y flores, que eran una alegría para los sentidos de quien los mirara, ya sea por su proporción como por su belleza”. 

El arqueólogo Koldewey, que excavó Babilonia del año 1898 hasta 1917 encontró en el lugar una bomba de agua, única en Babilonia y en todo el mundo antiguo. Era una cadena de cubos con forma de caja que se deslizaba sobre una rueda superpuesta al pozo. La rueda se mantenía en movimiento continuo a través de un árgano o grúa.

Hemos visto un poco de esa gran Babilonia donde vivieron los judíos por 70 años. Ahora podemos entender por qué se jactó tanto Nabucodonosor al decir: "¿No es esta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad? (Daniel 4:30). Por su soberbia, fue duramente castigado por Dios con 7 años de locura. Babilonia era muy hermosa, pero también era espiritualmente decadente, como veremos en el siguiente estudio.

Sin embargo, gracias a la intervención de Dios, los judíos no lo pasaron tan mal en Babilonia. Dios estaba protegiendo a su pueblo para poder traerlos de vuelta a Judá luego de 70 años. Dice Jeremías 29:4-7: "Así ha dicho el Eterno de los ejércitos, Dios de Israel, a todos los de la cautividad que hice transportar de Jerusalén a Babilonia: Edificad casas, y habitadlas; y plantad huertos, y comed del fruto de ellos. Casaos, y engendrad hijos e hijas… y multiplicaos allí. Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella al Eterno; porque en su paz tendréis vosotros paz… Porque así dijo el Eterno: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar". De modo que Dios los anima a estar tranquilos y trabajar diligentemente durante esos 70 años en Babilonia y no contaminarse con su falsa religión. 

Los babilonios le dieron un trato distinto a los judíos que los asirios o los egipcios de antaño. Dice la historiadora Petra Eisele: "Aunque no se sepa mucho sobre la vida de los exiliados en Babilonia, se sabe lo suficiente para poder decir que a ellos las cosas no les iban mal; su suerte no es de ninguna forma comparable al duro trato de sus antepasados en Egipto. En Babilonia no vivían como prisioneros  o esclavos, sino como "semilibres"... entre los exiliados judíos estaban sobre todo los mejores elementos… eran en su mayoría hombres educados, trabajadores y de serio carácter, que muy pronto llevaron los pequeños asentamientos a un óptimo nivel… Como demuestran tablillas de arcilla, documentos comerciales del siglo V, es decir después del fin del exilio, los bancos babilonios estaban firmemente en manos de los judíos. Sobre todo un banquero judío – para precisar la banca Murashu e hijos – había penetrado muy bien en la vida de los negocios en Babilonia... Tenía su sede principal en Nippur y ¡contaba con 200 sucursales en todo el país!" (p. 70).

La benevolencia babilonia se debía a la intervención de Dios y a cultura de este pueblo, muy distinta de los sangrientos asirios. Sigue la autora Eisele: "Los babilonios han sido siempre considerados un pueblo de comerciantes por excelencia, mucho más que agricultores y de guerreros, puesto que desde el principio tenían que aprender a vender el excedente de lo que daba su agricultura y la cría de ganado, a realizar intercambios para conseguir todo lo que su tierra no producía y que sin embargo era tan necesario: metales, madera, piedra. Babilonia fue un gran centro de intercambios, por tierra y por agua, porque aquí se cruzaban grandes caminos de caravanas… y ellos actuaban de intermediarios al  servicio de otros países, sacando espléndidas ganancias. Se importaba oro de Egipto, madera de cedro de Líbano; plata, plomo, estaño, hierro de Asia Menor y cobre de Sinaí" (p. 158).

De modo que los babilonios tenían la costumbre de traer a las personas más preparadas para ayudarles en su comercio floreciente y así fue como los judíos rápidamente se adaptaron a este medio. Dice Keller: "Los judíos no podían desear una escuela mejor que la de Babilonia. Como centro internacional del comercio, de la industria y de las comunicaciones, fue para ellos una escuela de inapreciable valor" (p. 330). Los prepararía bien para los milenios de deportaciones y dispersiones que tenían por delante. Luego de la muerte de Nabucodonosor, les fue aún mejor.

En 2 Reyes 25:27-30 leemos: "Aconteció a los treinta y siete años del cautiverio de Joaquín rey de Judá, en el mes duodécimo… que Evil-merodac rey de Babilonia, en el primer año de su reinado, libertó a Joaquín rey de Judá, sacándolo de la cárcel; y le habló con benevolencia, y puso su trono más alto que los tronos de los reyes que estaban con él en Babilonia. Y le cambió los vestidos de prisionero, y comió siempre delante de él todos los días de su vida. Y diariamente le fue dada su comida de parte del rey, de continuo, todos los días de su vida".

Este último detalle ha sido corroborado por las tablillas de arcilla halladas en un archivo en Babilonia. Werner Keller explica: "El asiriólogo E. F. Weidner, hacia el año 1933, decide examinar las tablillas babilónicas depositadas en el sótano del Museo del Emperador Federico. Procede a su traducción pieza por pieza… De improviso, su monótono trabajo se anima en forma insospechada… tropieza con un nombre bíblico que le resulta familiar: "Joaquín, rey de Judá". Las facturas de arcilla de Babilonia traen, además, la fecha del año 13 del reinado de Nabucodonosor. Esto equivale al año 592 a.C., es decir, cinco años después de la caída de Jerusalén y de la deportación… Joaquín, rey depuesto de Judá, ha vivido con su familia y su séquito, en Babilonia, en el palacio de Nabucodonosor y, como consecuencia del descubrimiento de Weidner, el relato de 2 Reyes 25:30 recibe una plena confirmación.

Respecto a Jeremías, fue llevado a Egipto por los judíos rebeldes que asesinaron al gobernador puesto por los babilonios en Jerusalén. Dice Jeremías 43:4-7 "No obedeció, pues, Johanán… sino que tomó… a todo el remanente de Judá… a las hijas del rey… y al profeta Jeremías… y entraron en tierra de Egipto". Para saber más de lo que sucedió, pueden leer "La Llave Maestra de la Profecía" por el Sr. Armstrong que trata a fondo el tema. A nosotros nos tocará estudiarlo cuando lleguemos al libro de Jeremías. De la estadía de 70 años por los judíos, sólo el libro de Daniel cubre ese período y tendremos que esperar hasta llegar a ese libro. El siguiente libro de la Biblia que nos toca es Esdras, que comienza al cumplirse los 70 años de cautiverio en Babilonia y están listos para regresar. Estudiaremos la caída de Babilonia y por qué Jeremías dijo: "de su vino bebieron los pueblos; se aturdieron, por tanto, las naciones" (Jeremías 51:7) y Juan la llamó "Babilonia, misterio religioso, madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra" (Apocalipsis 17:5).