¿Están vigentes los Diez Mandamientos?
Piense por un momento cómo sería este mundo si todos aplicaran los Diez Mandamientos. Nadie robaría o haría trampa. Cada uno honraría y respetaría a sus padres. Ninguno mataría o dañaría a otro intencionalmente. Podríamos olvidar echar llave en nuestras puertas o vigilar nuestras posesiones, porque todos respetarían la propiedad ajena. El mundo sería un lugar seguro y sin temor de que alguien hiciera daño. Cada uno adoraría a Dios en la forma en que a él le complace.
Hoy, usted puede aplicar los Diez Mandamientos en la misma forma que Jesucristo nos enseñó. Luchando no solo por cumplirlos en su letra, sino en espíritu a través del servicio y amor a otros.
Por supuesto, esta no es la forma en que el mundo actúa hoy. En la actualidad, la gente no aplica Los Diez Mandamientos en su vida cotidiana. Esto no impide que nosotros los apliquemos en nuestra vida. Con la ayuda de Dios, es posible obedecer cada uno de ellos. Al hacerlo, estamos prefigurando una era cuando todo el mundo los obedecerá.
Así que, ¿cómo aplicar los Diez Mandamientos hoy en día? No solo en nuestra conducta externa, sino en nuestro corazón. De hecho, Dios siempre ha intentado que su ley se cumpla a plenitud, dentro del corazón del ser humano. Esto fue lo que Jesucristo quiso decir cuando expresó: “No penséis que he venido para abrogar la ley 0 los profetas, no he venido para abrogar, sino para cumplir”. (Mateo 5:17).
Jesucristo explicó que la completa aplicación de la ley de Dios debería ser en nuestro corazón. Por ejemplo, cuando dijo, “Oísteis que fue dicho: no cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”. (Mateo 5:27-28).
Los Diez Mandamientos son la guía de conducta que Dios espera que practiquemos para él y su pueblo, pero también que cada uno los aplique en forma personal e interna. Jesús explicó que el sustento de los mandamientos es el amor: el amor hacia Dios y hacia nuestro prójimo (Mateo 22:36-40). Él lo demostró en cada una de sus acciones. Él amó tanto a su Padre que cumplió todos sus mandatos. Él nos amó tanto —a su prójimo— que dio su vida por nosotros.
¿Cómo los podemos aplicar?
Hoy, usted puede cumplir los Diez Mandamientos en la misma manera que Dios nos lo mostró. Vivamos nuestra vida luchando por guardar no solamente su letra, sino también en espíritu a través de una vida de servicio y amor por otros. Para ayudarnos a guardarlos completamente en nuestro corazón, Dios promete darnos su Espíritu Santo. Él lo otorga a “aquellos que le obedecen” (Hechos 5:32) — esto es, a aquellos que tienen el profundo deseo de guardar sus mandamientos.
Cuando Dios le dio sus mandamientos a la antigua nación de Israel, él se dio cuenta de que ellos no los iban a obedecer. Dios lo lamentó, “Quién diera que tuviesen, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre”. (Deuteronomio 5:29). La triste historia de Israel mostró que ellos no quisieron obedecer a Dios. Su corazón renuente fue la causa de que ellos perdieran las bendiciones al no obedecer los mandamientos de Dios.
Es triste que la antigua Israel, a quien le fueron entregados los mandamientos —y a casi toda la humanidad en la historia — no los aplicara en la forma que Dios deseaba. Pero esto va a cambiar. Un día, en su venidero Reino, Dios reparará lo malo en el corazón de la humanidad. Cuando Jesucristo regrese a esta tierra, la gente aprenderá a desarrollar un corazón que ame los Diez Mandamientos. Dios dice que viene un tiempo cuando “pondré mis leyes en su mente y en su corazón” (Hebreos 8:10). Este es el mundo que está por venir. Usted puede tener parte en él si empieza ahora a aplicar los Diez Mandamientos en su vida y en su corazón. (Si desea aprender más sobre este tema, lea nuestro folleto gratuito Los Diez Mandamientos.)