Introducción: Día de reposo cristiano

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Introducción

Día de reposo cristiano

En los últimos años la sociedad ha experimentado cambios asombrosos. Todo el mundo parece vivir a un ritmo vertiginoso tratando de cumplir con todas sus obligaciones. Los avances tecnológicos que en un tiempo creímos que nos iban a brindar mucho tiempo libre, de hecho han venido a complicar más las cosas debido al afán que sentimos de mantenernos a la par con su desarrollo.

Corremos desesperadamente de un lado para otro y nos sentimos desconectados de todo: de nuestro cónyuge, de nuestra familia, de todo lo que nos rodea. Y lo que es más importante, nos sentimos desconectados de Dios.

El Ser que creó el universo y a cada uno de nosotros, nos revela su verdad y su instrucción (2 Timoteo 3:15-17; Juan 17:17), enseñándonos lo que necesitamos conocer acerca del propósito de nuestra existencia: por qué estamos aquí y hacia dónde vamos. Y por encima de todo, nos dice cómo debemos vivir.

En la Biblia —la inspirada Palabra de Dios— él nos enseña que hace muchos años le dio a un pueblo una serie de leyes con la promesa de que sería bendecido si las obedecía: “Andad en todo el camino que el Eterno vuestro Dios os ha mandado, para que viváis y os vaya bien . . .” (Deuteronomio 5:33).

La ley promulgada por Dios está resumida en los Diez Mandamientos, los cuales son la guía básica que nos muestra cómo debemos vivir, cómo relacionarnos correctamente con nuestro Creador y con nuestros semejantes.

El mandamiento que casi universalmente ha sido tergiversado y mal aplicado es el que dice: “Acuérdate del sábado para santificarlo” (Éxodo 20:8). Muchas personas consideran el sábado como una curiosa reliquia de la historia; tal vez alguna idea bien intencionada del pasado, pero totalmente impracticable en el ajetreado mundo de hoy. Otros creen que el día de reposo cristiano es el domingo, y que al acudir una o dos horas a los servicios religiosos en la mañana del primer día de la semana se está cumpliendo con el propósito del mandamiento de guardar el sábado.

Otros piensan que Jesucristo abolió el día de reposo, es decir, la necesidad de santificar algún día en particular, y que cualquier momento que escojamos para adorar a Dios es santo.

Las opiniones y preguntas acerca de este tema parecieran no tener fin. ¿Guardó Jesucristo el sábado porque era judío, o transgredió el mandamiento del sábado y por eso los dirigentes religiosos quisieron matarlo? ¿Demostró el apóstol Pablo, el que escribió el mayor número de libros del Nuevo Testamento, que el sábado no era obligatorio para los cristianos, o reafirmó su validez?

En la iglesia del Nuevo Testamento, ¿fue condenado y cambiado el sábado o, por el contrario, fue reafirmado? ¿Santificó Dios el sábado en el momento de la creación de Adán y Eva, o lo hizo casi 2.000 años más tarde cuando el pueblo de Israel salió de Egipto? ¿Fue cambiado el día de reposo del séptimo día de la semana a otro día? Y si así fue, ¿cuándo ocurrió el cambio y quién lo autorizó?

¿Por qué apartó Dios un día especial de descanso? Si tuvo un propósito al hacerlo, ¿cuál fue? ¿Tiene sentido guardarlo en el mundo actual? ¿Tiene el sábado alguna trascendencia para la humanidad? Las preguntas se hacen interminables.

¿Por qué existe tanta confusión acerca de uno de los 10 principios fundamentales que Dios reveló para guiar a la humanidad? ¿Por qué hay tanta controversia en torno a este precepto cuando la inmensa mayoría de las personas, incluso dirigentes religiosos, no tienen dudas acerca de los otros nueve?

Existen respuestas para todos estos interrogantes y no es difícil encontrarlas, porque se encuentran en la Biblia. En esta publicación responderemos a las preguntas fundamentales. Únase a nosotros en nuestro recorrido por las páginas de la Biblia para descubrir el verdadero significado del día de reposo de Dios: el sábado.