Atletismo espiritual
Cuando los veo y analizo sus marcas personales no puedo sino pensar en los tremendos esfuerzos que ellos hacen para superarse. Esta semana un diario nacional da cuenta de la rutina diaria de trabajo de una atleta chilena, Kristel Kobrich. En los últimos diez años se ha levantado todos los días sin excepción a las 03:15 am para luego comenzar una rutina de trabajo constante y cada vez más intenso el cual termina sin excepción a la 21 horas.
Esto me hizo reflexionar en las palabras de Pablo cuando compara la vida cristiana con la de un atleta. En 1 Corintios 9:24-25 nos dice "¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis...Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible”.
En esta analogía Pablo por inspiración argumenta que la vida cristiana debe parecerse en el esfuerzo, en el tesón y en la perseverancia que presentan y demuestran los deportistas que al tratar de obtener la anhelada corona sacrifican el todo de sus vidas. Así también deberían ser nuestros esfuerzos en pro de la corona espiritual.
La vida espiritual es la mejor de las carreras,
la vida espiritual es la mejor de las competiciones,
la vida espiritual tiene el mejor de los premios.
Con esto en mente sigamos avanzando una semana más en vencer nuestras propias marcas espirituales.