Afinados

Usted está aquí

Afinados

Hace casi ocho años surgió mi interés por aprender a tocar la guitarra, específicamente después de ver a algunos guitarristas que tocaban de manera sinigual. Quería tocar música como ellos, pero sabía que debía aprender lo básico primero. En poco tiempo noté que no era tan difícil como pensé y eventualmente pude aprender algunas canciones de esos artistas.

A través de los años, pude pulir poco a poco mi técnica y también mi habilidad auditiva para reconocer los sonidos de las notas. Aprendí más canciones, algunas sin necesidad de buscar partituras.

Sin embargo, inexplicablemente, dejé de practicar con mi guitarra por mucho tiempo. No fue porque me dejara de gustar, simplemente paré de hacerlo. De vez en cuando podemos dejar de hacer algo que nos gustaba y nos distraemos con otras cosas.  

Recientemente, decidí volver a tocar mi guitarra. Como todo guitarrista ya sabe, cuando eso sucede descubrimos que las cuerdas no suenan como antes y emiten un sonido totalmente distorsionado y desagradable.

“Mi arpa toca música triste.” – Job 30:31 (NTV)

Claro, ¡las cuerdas ya están desafinadas! Lo fascinante es volver a afinarlas para que podamos tocar las tonadas que tanto nos gustaban. Cuando nosotros mismos nos desentonamos del camino de Dios, no emitimos una buena vibra ante sus ojos y él sabe cómo afinarnos de vuelta. Eso sí, cuando nuestro Padre realiza eso con nosotros, sentiremos dolor, pero será necesario para estar en armonía con Dios.

“¡Oh Israel! ¿No puedo hacer contigo lo mismo que hizo el alfarero con el barro? De la misma manera que el barro está en manos del alfarero, así estás en mis manos.” – Jeremías 18:6 (NTV)

Afinar las cuerdas significa tensarlas hasta cierto punto para así producir la nota deseada. Cuando esto es así podemos decir que tal cuerda suena a “Mi (E)” y tal otra cuerda es “Re (D)”. Si nosotros permitimos que Dios nos afine, así podrá decir Él: este(a) es mi hijo(a)…”quien me da gran gozo” (Mateo 3:17).

Lo bueno es que una vez que Dios comienza a afinar a sus hijos e hijas, no nos desampara pues “…quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada…” – Filipenses 1:6 (NTV)