[Steve Myers] Había una vez un hombre que hacía instrumentos, y en su tienda decidió que no habría aparato que dejara su negocio a menos que estuviera lo más cercano posible a la perfección. Tenía que ser un instrumento hecho finamente elaborado, era excelente en casi todos los sentidos. En efecto se convirtió en el mejor produciendo los instrumentos más finos. En cierto modo, supongo que se puede resumir su filosofía en una frase. Supuestamente dijo, “Otro hombre puede hacer violines, pero nadie podrá hacer uno mejor”.

Probablemente has oído hablar de ese hombre. Su nombre era Stradivarius, y hasta hoy cientos de años después, todavía se siguen cómo hacer los mejores violines. Hay una conexión bíblica con su historia, la historia de Stradivarius, hablamos del concepto de excelencia. A veces, en la Biblia se utiliza la palabra virtud en vez de la palabra excelencia. Hay un buen ejemplo, se encuentra en 2 Pedro. 2 Pedro capítulo 5 y en toda esta sección – perdón 2 Pedro 1:5 es donde comienza y luego continúa. Probablemente es una sección familiar de escrituras. Es el pasaje que dice, “añadir a vuestra fe…” y luego enumera una serie de cosas. La primera mencionada aquí es la virtud.

Por la misma razón, dijo añada a su fe virtud, en la versión Palabra de Dios para todos dice: “… esfuércense ahora por mejorar su vida así: a la fe, añádanle un carácter digno de admiración; al carácter digno de admiración, añádanle conocimiento”. Me puse a pensar cuando escuché la historia de Stradivarius, que no permitió que cualquier violín dejara su tienda sin una cercana perfección posible, él se esforzó por la excelencia en todos los sentidos para producir esos violines. Fue algo que tomó persistencia. Fue algo que tomó práctica. Se convirtió en un deseo de hacer lo mejor.

Cuando piensas sobre lo que Pedro dijo, luchar por ese tipo de excelencia en nuestra vida qué es lo que deberíamos estar haciendo en nuestra vida. Nos estamos esforzando por ser como Cristo. Debemos perseguirlo. Debemos ser persistentes. Debemos ponerlo absolutamente en práctica tanto como sea posible en nuestras vidas. Imagina si ponemos toda la energía y esfuerzo como Stradivarius lo hizo con sus violines, y si lo hacemos nosotros para producir un carácter amoroso. ¿No deberíamos hacer mucho más? Creo que esa es nuestra meta, esforzarse por la excelencia como pueblo de Dios. Stradivarius hoy, es sinónimo de excelencia en violines.

Cuando alguien piensa en tu nombre, ¿cuál es la palabra que viene a su mente?

Para BT Daily, soy Steve Myers.