¿Está desapareciendo la comunicación que Dios quiso para nosotros?

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¿Está desapareciendo la comunicación que Dios quiso para nosotros?

“Oh, ¡que terrible!, ¿cómo sobreviviste?”, me dijo un joven recientemente. “¿Cómo te comunicabas?”. Solo le había dicho que cuando yo estaba en la preparatoria, Facebook, YouTube, MySpace, Twitter, los mensajes de texto y los celulares no existían.

Pero él tenía una pregunta válida. ¿Cómo es que alguien pudo sobrevivir sin las redes sociales?

Cuando usted está yendo a todo correr por su vida, tratando de mantenerse al día con todo, ¿no se siente con ganas de tomar asiento con un vaso de té helado o un café con leche y simplemente conversar con alguien, de conectarse con un ser humano de carne y hueso que está vivo, respira, y habla? Si es así, usted no está solo, y ese deseo que usted tiene es lo mismo que Dios quiso para nosotros.

¿Qué tan útil es la comunicación electrónica?

Algunos estudios de investigación muestran que aunque nosotros “pensemos” que nos estamos comunicando más eficazmente a través de todos nuestros aparatos y programas, en realidad no es así.

Durante las sesiones en mi clínica profesional de consejería dejo en claro que, mientras estemos en sesión, todos los aparatos portátiles electrónicos deben ser apagados. ¿Por qué? Debido a que si no, hay un constante flujo de mensajes de texto, correos electrónicos y llamadas que simplemente “tienen que ser contestadas”, interfiriendo con la claridad de la comunicación durante la sesión.

Consecuentemente, hoy en día muchos explican que “mi esposo y yo” –o “mi hijo y yo”, o “mi amigo y yo”– “ya no nos comunicamos. Hay constantes interrupciones de algún tipo cuando comenzamos a hablar de verdad”. Algunos clientes explican que tienen dificultad para comunicarse con Dios porque, tal como ellos dicen: “Nunca he comprendido realmente lo que significa hablar con alguien cara a cara, ¡mucho menos con Dios!”.

El dueño de un negocio me contó esta historia: “Recibo una petición a través de mi página web. Luego la respondo entregando un presupuesto a través de mi correo electrónico, recibo la aprobación, completo el trabajo, envío una factura y recibo el pago sin haber tenido que ver o hablar con el cliente”. ¿Qué tan bueno o malo es esto?

¿Cómo se comunica Dios?

Dios es muy real, y nosotros, los seres humanos que él creó, somos muy reales también. Pero tanto este hombre de negocios como las experiencias de otros clientes que buscan mi consejo me hicieron detenerme a considerar esto. ¿Están nuestros medios electrónicos robando la comunicación profunda que Dios quiso que tuviésemos?

A través de la Biblia vemos ejemplos donde las personas interactuaron con Dios personalmente. Abraham, el padre de los fieles, habló con Dios personalmente (Génesis 17:1, 22). Jacob, el nieto de Abraham, habló con Dios cara a cara (Génesis 32:20). Moisés, quién lideró a Israel en su salida de Egipto, habló con Dios “cara a cara, como habla cualquiera a su compañero” (Éxodo 33:11).

Mucho después, cuando el apóstol Juan tuvo deseos de estar con sus hermanos y hermanas en Cristo, escribió así: “Espero ir a verlos y hablar con ustedes personalmente, para que así nuestra alegría sea completa” (2 Juan 1:12, versión Dios Habla Hoy). Dios desea hacer lo mismo con nosotros. Es bueno saber que cuando oramos, estamos hablando directamente con Dios y que él nos escucha.

La tecnología impide una comunicación profunda

Entonces, ¿cómo se esta viendo debilitada la comunicación de hoy por culpa de la tecnología?

Los medios electrónicos y las redes sociales tienen ciertos beneficios. La mayoría de la gente los usa a diario, y eso me incluye a mí. Sin embargo, la investigación nos ha mostrado desde hace mucho que la mayoría (55 por ciento) de nuestra comunicación no es verbal. La comunicación no verbal –o lenguaje corporal– incluye la expresión facial, los gestos, el contacto visual y la postura. El tono vocal abarca el 38 por ciento de la comunicación, mientras que solo el 7 por ciento está compuesto por el significado de las palabras.

Los correos electrónicos y los mensajes de texto no tienen lenguaje corporal, ni tampoco transmiten el tono de voz que usted experimenta en una conversación cara a cara. De hecho, hemos descubierto que el envío de mensajes de texto está robándole a nuestros jóvenes la habilidad de redactar correctamente y de deletrear con buena ortografía. Incluso los letreros de publicidad están ahora usando la jerigonza de los mensajes de texto.

Estas dificultades pueden ser causadas por el uso de los mensajes de texto y del chat de Facebook, debido a la rapidez con la que se hacen preguntas y con la que se cambia el tópico de conversación. El hacer preguntas en rápida sucesión es bueno para aprender muchas cosas acerca de alguien, pero casi nunca hay conversaciones profundas, especialmente porque los mensajes de texto SMS solo permiten 160 caracteres.

¿Cuántas veces se ha visto afectado por un malentendido comunicacional que pudo haberse resuelto con una conversación cara a cara?

Cómo tener una comunicación sana

La gente joven normalmente experimenta cierto aislamiento social al dejarse absorber por los medios electrónicos. Lamentablemente, los padres a veces le entregan un juego electrónico portátil a su  hijo y le dicen: “Ahora, vete a jugar a alguna parte, y quédate callado. Hablaremos más tarde”. Luego, después de que ese “más tarde” llega y se va sin ningún tipo de comunicación significativa, el uno o el otro dice: “Nunca hablamos, ¡y esto pasa todo el tiempo!”.

A través del tiempo, tanto sicólogos como consejeros han enfatizado la necesidad que todos tenemos de interactuar y comunicarnos para mantenernos sanos. Dios creó a los seres humanos con la necesidad profunda de comunicarse, no solo con él como su Creador, sino que también los unos con los otros. Entonces, ¿cómo puede usted crear el hábito de una comunicación sana sin medios electrónicos?

1.Cada día haga un esfuerzo consciente por tener conversaciones reales y cara a cara con alguien.

2.Aparte o apague su aparato y hable con la persona directamente.

3.No se “actualice” en Facebook u otra red social por un día entero – y vea si el mundo se ha detenido.

4.Busque oportunidades de reconectarse con amigos o colegas cara a cara, como en una comida, o tomándose un té o café con ellos.

5.Dese cuenta de que todos podemos tener amistades sólidas basadas en Dios con otras personas, sin tener que utilizar jamás alguna red social o medio electrónico.

Recuerde, existen tanto la ocasión como el lugar para enviar mensajes de textos o actualizar su estado. Pero cada día es una ocasión y muchos son los lugares para tener conversaciones sanas cara a cara. Hable con la gente y disfrute el lenguaje corporal, el tono de voz y el significado de sus palabras, ¡tal como Dios lo diseñó!