La voz enemiga

Usted está aquí

La voz enemiga

¿Verdad que a ti también te sucede que cuando cometes un error empiezas a decirte cosas negativas?  “Se me olvidó pagar la luz y ahora me van a cortar el servicio, soy un bruto”. A todos nos pasa y por lo general nos autogritamos, pero solo con el pensamiento, para que los demás no se den cuenta de lo tonto que somos.

Estudios recientes han demostrado que el 95% del tiempo pensamos en automático sin analizar lo que decimos. Estamos tan habituados que no nos damos cuenta cuando lo hacemos; es tan común como vestirnos, caminar o tomar agua. No somos conscientes de que para beber agua nuestro cerebro da órdenes a la mano para que levante el vaso y lo incline, al tiempo que le dice a la boca que se abra. Todo esto lo hacemos inconscientemente.

Te sorprenderías si contaras las veces que te dices cosas negativas a ti mismo y del número de ocasiones que te juzgas negativamente en un día, pues esa voz que nos castiga es una voz enemiga, se la pasa criticándonos y haciéndonos preguntas difíciles. De hecho, cuando estaba preparando este escrito, mi voz enemiga me decía burlonamente: ¿Crees que la persona que lea este artículo le interesará? Esa voz nos controla, nos domina y nos frena.

Querido hermano, debemos frenar esos pensamientos. Te invito a que medites: ¿Qué sucedería si respetáramos las reglas, normas y valores que le dan sentido a nuestras vidas? En mi caso, sería capaz de logar cualquier meta o sueño.

¿Qué sucedería si fuera fiel a mi corazón, siendo auténtico y congruente? Si mantengo la lealtad a las reglas y valores positivos, ¿qué avanzaría en mi vida? ¿Qué sucedería si considero mi autoestima, el valor a mí mismo, el respeto hacia mí como algo prioritario? Sería pleno y satisfecho con lo que soy, sería más generoso y fiel a mi palabra; pues eso es lo que Dios quiere para tu vida y la mía, porque somos sus hijos amados.

¿Estarías dispuesto a desafiar a tu voz enemiga con disciplina y conciencia? Para lograrlo tenemos la gran ayuda de nuestra voz amiga que es Dios.

¿Qué hacer para evitar la voz enemiga?

  1. Estar atentos a los que nos dice, percibir que está ahí todo el tiempo.
  2. Darse cuenta que hay un patrón, una cadena de agresiones y ataques.
  3. Al detectarlo, cada vez que te hable la voz enemiga detenla y deja que nuestro Padre bueno te hable y te guíe a través de la Biblia.

 

La voz amiga de Dios está disponible para ti y para mí, para llenarnos de vida, para guiarnos, para darnos paz en momentos difíciles, para iluminar nuestro camino cuando nos sentimos perdidos.

En Apocalipsis 3:20 leemos: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entrare a él y cenare con él y el conmigo”.

Dios nunca te obligará a obedecerle, pero espera una respuesta a su llamado. ¿Estas escuchando su voz amigable ahora mismo? No permitas que tu respuesta final sea la equivocada.

Cuando la voz enemiga te esté gritando inclina tu cabeza y escucha lo que la voz amiga de Dios te dice: Todo va a estar bien, ¡TU ERES MI HIJO AMADO!