¿Cuánto queremos recibir de parte de Dios?

Usted está aquí

¿Cuánto queremos recibir de parte de Dios?

Si Dios le dijo a Salomón: “Pide lo que quieras”, a nosotros también nos puede dar lo que queramos, y mejor aún lo que necesitamos y merecemos, nos da según nuestros requerimientos.

¿Por qué se le hizo ese ofrecimiento a Salomón? Si revisamos la vida de Salomón antes de que Dios le hiciera ese ofrecimiento, observamos que él estaba cumpliendo con sus leyes y era muy generoso.

Hemos visto que Dios se agrada de que le obedezcamos más que de nuestras ofrendas, pero las ofrendas hechas con amor sincero, no con el ánimo de ostentar, más bien con el ánimo de dar gracias sinceras a Dios por todo lo que él nos ha dado…

Antes de pedir meditemos en dos puntos, primero en cómo estamos respondiendo a nuestro llamado: ¿nos estamos esforzando por cumplir con las enseñanzas que aprendimos? Sabemos que nadie puede cumplir con todas las leyes pero, ¿qué tanto esfuerzo estamos haciendo por tratar de cumplir?

El segundo punto, en el que debemos meditar, es sobre las cosas que nos ha dado. Dios nos dio vida física, una familia física (a la mayoría de nosotros), nos dio la oportunidad y la esperanza de una vida eterna, y como dice Romanos 8:32 “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”

Aún así, después de que uno sabe cómo está actuando, y después que analiza cuanto a dado Dios por uno, ¿cuánto más queremos recibir de él?

En este punto, me llama la atención la historia de la viuda de 2 de Reyes 4:1-7. Cuando leemos la historia nos damos cuenta que las vasijas que recolectó la viuda y sus hijos fueron todas llenas. ¿Cuántas vasijas puede llenar Dios?, esa historia no nos habla de cantidad, Eliseo no puso limite a las vasijas, ¿Cuántas vasijas podría llenar Dios?, en el versículo 6, cuando el hijo dijo no hay más vasijas, "entonces cesó el aceite".

La lección que debemos entender es que cada uno de nosotros le pone límites a Dios, a veces no pensamos que él pueda ayudarnos. Pidámosle a él que nos ayude a no limitarlo, creer fielmente en su palabra y poder recibir todo lo que Dios tiene preparados para nosotros.