25 segundos de diferencia entre la vida y la muerte: ¿Qué haría usted?

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25 segundos de diferencia entre la vida y la muerte

¿Qué haría usted?

Nadie quiere verse enfrentado a una situación de vida o muerte. El Vuelo 1549 de US Airways despegó del aeropuerto LaGuardia en Nueva York con 155 pasajeros. Una vez en el aire se escucharon dos estruendos y se sintieron fuertes turbulencias. Al interior de la cabina, dos pilotos trataban de encender  el motor de emergencia, pero este no respondía. Las turbinas simplemente no funcionaban y a 3.000 mil pies de altura, el Airways era una gran pieza de metal que comenzaría a descender rápidamente.

En pocos segundos, el Capitán Chesley “Sully” Sullenberger tomó los controles del vuelo para el que se había preparado toda su vida. Por radio la tripulación informó que unos pájaros se habían estrellado contra los motores, que los habían estropeado, que perdían fuerza y altura y que intentarían un aterrizaje de emergencia.

Esta historia ocurrió en 2009 y se conoce como “el milagro de Hudson”. En vez de tratar de volver al aeropuerto LaGuardia, el capitán Sullenberger decidió intentar lo que se conoce como “el amerizaje más exitoso de la historia de la aeronáutica”. Utilizando todos los controles de última tecnología propios del Airbus 320, el Capitán logró un amerizaje en el río Hudson en Nueva York, salvando a 150 pasajeros y 5 tripulantes.

Después de lo sucedido, algunos investigadores cuestionaron la decisión del Capitán Sullenberger estipulando que la mejor opción habría sido intentar regresar y tratar de aterrizar en el aeropuerto más cercano en vez de amerizar en el río.

¿Qué decisión habría tomado usted? ¿Aterrizar en el Hudson o tratar de llegar al aeropuerto más cercano?

Frente a esta disyuntiva, los investigadores decidieron realizar simulaciones del vuelo para poder determinar el procedimiento más adecuado, considerando las circunstancias. Para ello realizaron una simulación a escala y en todas las veces los pilotos “aterrizaban” a salvo en el aeropuerto. Sin embargo, esto no era tan cierto. Como los pilotos que realizaron los vuelos simulados sabían previamente que perderían los motores, inmediatamente comenzaban el regreso mientras trataban de hacer andar las turbinas. Los investigadores decidieron entonces realizar una nueva prueba sin informarles a los pilotos lo que sucedería.

Cuando se generaba la situación, los pilotos inmediatamente intentaban reiniciar los motores antes de decidir girar y volver. Esto les tomaba entre 25 y 30 segundos, probablemente menos tiempo de lo que le toma leer este artículo.

En estas cuatro simulaciones, los aviones se estrellaron. Todos murieron. Sin embargo, el Capitán Sullenberger no esperó 30 segundos, basado en su experiencia y preparación, tomó una decisión y actuó de inmediato, y todos sobrevivieron.

¿Hay alguna lección espiritual para nosotros?, ¿Tenemos la oportunidad de hacer algo durante 25 o 30 segundos que marquen la diferencia entre la vida y la muerte?

En la Biblia leemos que “manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene” (Proverbios 25:11). Las palabras tienen poder, tienen valor, si se dicen en el momento justo. La Biblia dice que las palabras de ánimo pueden cambiar y salvar vidas.

La palabra hebrea que se traduce como “conviene” en este versículo, se usa una sola vez en las Sagradas Escrituras. Este término significa que se usa a tiempo, justo cuando causa el mayor impacto. Implica que hay preparación, la misma que tuvo el Capitán Sullenberger antes de vivir una situación que le permitiera poner en práctica lo aprendido. Esto nos enseña que las palabras inspiradas por Dios y dichas correctamente pueden transformar totalmente una situación.

¿Podríamos prepararnos mejor para lograr esto? ¿Podríamos pedir con humildad oportunidades para demostrar nuestro valor y ponerlo al servicio de otros?, ¿Podemos intentar que nuestras palabras sean el reflejo de lo que Dios o Jesús dirían? (Colosenses 4:6). ¿Cuando vemos un rostro oprimido, nos damos 25 o 30 segundos para prestar total atención, expresar preocupación genuina, escuchar cuidadosamente y tratar de dar una palabra de aliento?

¿Ha enfrentado algún momento en el que su vida cambió en un abrir y cerrar de ojos? ¿Podría retribuir este regalo de vida?

¿Podemos elegir animar espiritualmente a través de nuestras palabras? El Capitán Sullenberger nos demostró, que 25 segundos pueden cambiar una vida, tal vez incluso salvarla.

Fuente: ucg.org