"Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice el Eterno de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde"(Malaquías 3:10).
Para administrar correctamente el dinero, primero debe reconocer su origen: Dios. A partir de ahí, la Biblia explica una estrategia milenaria para hacer el máximo provecho de lo que se nos ha dado.