"Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva" (Ezequiel 33:11).
Algunos creen que las acciones y el destino de cada ser humano es inamovible desde antes de su nacimiento, pero la Biblia enseña que Dios nos creó con la capacidad de elegir nuestro destino. Descubra por qué a continuación.