"Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace" (Stg 1:25).
Contrario a gran parte de la ideología dominante, la ley de Dios nunca fue "eliminada", "clavada en la cruz" o revocada. La ley de Dios aún se aplica a usted. Descubra por qué y cómo.