El sembrador y la semilla 2da parte

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El sembrador y la semilla 2da parte

La mayoría de la gente vive sin entender realmente cómo funciona este mundo. Podemos observar la dimensión física en que vivimos, pero la mayoría de nosotros únicamente puede ver lo físico y desconoce la existencia del ámbito espiritual revelado en la Biblia. Este mundo espiritual e invisible,mucho más grande, poderoso e influyente, afecta a las personas más de lo que imaginamos.

Jesucristo revela esta verdad en la parábola del sembrador y la semilla que se encuentra en Mateo 13. En la primera parte de este artículo, que se publicó en el número anterior, analizamos brevemente los cuatro tipos de suelo en los que se puede sembrar semilla.

En el primer caso, la semilla cae sobre suelo duro y es devorada por los pájaros. En el segundo, la semilla se siembra en pedregales y logra germinar, pero rápidamente se marchita y muere por el calor, sin dar fruto. En el tercer ejemplo, la maleza ahoga la semilla que cae entre espinos. Solo la semilla que se siembra en suelo fértil produce fruto en abundancia.

Más tarde, Jesús explicó a sus discípulos el significado de esta parábola y comenzó diciéndoles algo bastante sorprendente:

“A ustedes se les permite entender los secretos del reino del cielo . . . pero a otros no. A los que escuchan mis enseñanzas se les dará más comprensión, y tendrán conocimiento en abundancia; pero a los que no escuchan se les quitará aun lo poco que entiendan” (Mateo 13:11-12, Nueva Traducción Viviente).

Estas palabras de Cristo son difíciles de entender para la mayoría. Él dice que a algunos les es dado escuchar y entender, y a otros no. Entre los primeros se encuentran sus discípulos más cercanos, quienes comprendieron los secretos del Reino de Dios. Pero Cristo nos da más detalles de lo que nos quería revelar en esta parábola.

Engaño masivo del enemigo

Luego continuó y dijo: “Escuchen ahora la explicación de la parábola acerca del agricultor que salió a sembrar: Las semillas que cayeron en el camino representan a los que oyen el mensaje del reino y no lo entienden. Entonces viene el maligno y arrebata la semilla que fue sembrada en el corazón” (Mateo 13:18-19, NTV).

En este primer ejemplo se explica por qué la semilla que cae en suelo duro no puede echar raíces. Esta explicación es clave para entender por qué tantas personas no pueden ver, escuchar o entender las enseñanzas de las Escrituras. El maligno, Satanás el demonio, rápidamente interviene para eliminar cualquier entendimiento del evangelio que haya sido sembrado en el campo de nuestra vida.

Usted tiene en sus manos las semillas del evangelio del Reino de Dios, y en este mismo momento está sopesando el valor de lo que está leyendo. ¿Le encuentra algún sentido? ¿Podría ser verdad todo esto?

¿Qué hará con lo que ha aprendido en estas páginas? ¿Permitirá que esto mejore su vida, o simplemente lo ignorará y continuará viviendo como si nada?

Satanás se vale de numerosos y engañosos métodos para que usted no reciba este mensaje y cambie su vida. En Apocalipsis 12:9 leemos que el mundo entero está totalmente atrapado en su engaño, ¡y eso lo incluye a usted!

Cristo nos da la clave para entender no solo el por qué sino también el quién de esta parábola. La humanidad es incapaz de escuchar y comprender su moraleja, porque se encuentra entrampada en una red de engaño espiritual que se ha ido tejiendo por generaciones. Dios está trabajando para liberar a algunos de esta trampa de Satanás, y usted puede escapar de ella si entiende los secretos de esta parábola. Sigamos estudiándola.

Vidas ocupadas en un mundo malvado

Debemos darnos cuenta de que Satanás trabaja en formas que somos incapaces de percibir. Él ha creado un mundo atractivo, lleno de sensaciones y entretenciones diseñadas para distraernos y absorber nuestro tiempo y nuestra vida. Sin importar nuestra condición, todos corremos el peligro de descuidarnos y abandonar los intentos por reflexionar en lo que se requiere para entender el mensaje de Cristo y comprometernos con el Reino de Dios.

Repasemos el segundo ejemplo de la parábola: “Las semillas sobre la tierra rocosa representan a los que oyen el mensaje y de inmediato lo reciben con alegría; pero, como no tienen raíces profundas, no duran mucho. En cuanto tienen problemas o son perseguidos por creer la palabra de Dios, caen” (Mateo 13:20-21, NTV).

Uno puede escuchar el verdadero mensaje del Reino y entender solo algunas partes. Incluso puede aceptar estas partes porque de cierta forma reflejan algunas de sus creencias acerca de la vida, o de Dios, o de la Biblia. Pero las religiones del mundo contienen una mezcla de verdad y mentira que impide que la mayoría de las personas logren visualizar y construir una imagen completa. Recuerde que solo vemos una parte del mundo.

Jesús advirtió que cuando una persona cree y trata de obedecer la Palabra de Dios, los problemas y la persecución serán parte de su vida, y que a menos que eche raíces firmes y profundas en buena tierra, su crecimiento espiritual no prosperará. Los eventos y circunstancias de la vida pueden ahogar la semilla de verdad que Dios ha sembrado en su corazón.

Cierto joven rico se acercó a Cristo deseando saber qué podía hacer para heredar la vida eterna. Cristo le dijo que guardara los mandamientos, y el joven le contestó que eso lo hacía desde su juventud. Entonces Jesús le mencionó lo que verdaderamente estaba en su corazón: “Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones” (Mateo 19:21-22).

Vivir conforme a las enseñanzas de Jesucristo en este mundo actual es difícil. Usted va a encontrar oposición cuando decida embarcarse en este camino de vida. Los amigos y la familia intentarán desanimarlo, pero no permita que lo logren. Deje su vida en las manos de Dios y confíe en que él peleará por usted y guiará sus pasos. Para tener éxito, usted debe echar raíces en el camino de vida de Dios. Estas raíces lo sostendrán cuando el camino se vuelva desalentador o aterrador.

Cuando ahogamos el mensaje

Veamos ahora la siguiente categoría, que entrega una enseñanza similar: “Las semillas que cayeron entre los espinos representan a los que oyen la palabra de Dios, pero muy pronto el mensaje queda desplazado por las preocupaciones de esta vida y el atractivo de la riqueza, así que no se produce ningún fruto” (Mateo 13:22, NTV).

Hay un relato de un autor desconocido que dice más o menos así: Satanás convocó a sus demonios para determinar cómo podían destruir la vida de los cristianos. Sabían que no podían evitar que los cristianos asistieran a la iglesia, ni impedir que creyeran en Dios y lo adoraran. Entonces, Satanás planeó destruir la conexión espiritual íntima que los creyentes tenían con el Eterno y llenar sus vidas con el consumismo y la búsqueda material.

Después Satanás dijo a sus demonios: “Manténganlos atareados con las nimiedades de la vida e inventen innumerables proyectos que ocupen sus mentes. Tiéntenlos a gastar, gastar, gastar, y luego a pedir prestado, más, más y más . . . Colmen sus vidas con tantas causas buenas, que ni siquiera tengan tiempo para buscar la fortaleza de Cristo. Pronto estarán trabajando con sus propias fuerzas, sacrificando su salud y su familia por el bien de la causa . . .” Y los malvados ángeles partieron de muy buena gana a hacer como les fue dicho, y así lograron que los cristianos se mantuvieran ocupados, muy ocupados, y corriendo de un lado a otro.

¿Le suena familiar lo que acaba de leer? ¡Por supuesto que sí! Pero no se equivoque pensando que el mensaje del evangelio está en contra de la riqueza o de disfrutar las bondades y los placeres de la vida, porque no es así. Sin embargo, Cristo menciona que los temores y las preocupaciones pueden sofocar e impedir el desarrollo de una relación seria con Dios.

Todos sabemos cuán ocupados pueden volverse nuestros días con el trabajo, el colegio, la entretención y otras cosas. La vida moderna está diseñada para que no dediquemos tiempo a pensar en el significado de la vida, estudiar la Biblia, hablar con Dios en oración ni practicar el compañerismo espiritual.

El apóstol Pablo habló acerca de esto cuando le escribió a Tito, un ministro más joven. Pablo dice que la gracia de Dios se ha manifestado a todos los hombres “enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente” (Tito 2:12).

Podemos hacer lo que se nos pide en este pasaje; podemos llevar una vida justa, sin importar las distracciones; podemos producir frutos piadosos. Pero, para ello, ¡tenemos que tomar decisiones y cumplirlas a cabalidad!

Usted puede entender

Lo que hacemos con el conocimiento acerca del Reino se refleja cuando tomamos decisiones. Lea cuidadosamente esta parábola y considere la posibilidad de que el mensaje del Reino de Dios haya llegado a usted. Dios puede estar llamándolo para su salvación, y ofreciéndole la opción de responder a este mensaje y comenzar a vivir de acuerdo al nuevo conocimiento y entendimiento que él le ha dado.

Note lo que Jesús dijo acerca de esta última categoría: “Las semillas que cayeron en la buena tierra representan a los que de verdad oyen y entienden la palabra de Dios, ¡y producen una cosecha treinta, sesenta y hasta cien veces más numerosa de lo que se había sembrado” (Mateo 13:23, NTV).

Piense en esto: el conocimiento que se le ha dado a través de esta revista es único, y le abre un entendimiento al que la mayoría de las personas no puede acceder. Sus mentes están cerradas por el gobernador de este mundo, Satanás, quien lucha implacablemente para impedir el propósito eterno de Dios de llevar hijos a su gloria para compartir lo que él tiene con su Hijo, Jesucristo (Hebreos 2:10).

No olvide que existe un mundo espiritual que influye sobre este mundo físico. Satanás hace todo lo que puede para desbaratar el plan de Dios, pero solo triunfa si nosotros se lo permitimos. Dios nos deja escoger entre su camino y el camino de este mundo y usted tiene una opción: la opción de sembrar el conocimiento del Reino y comenzar a producir fruto para la vida eterna.

Dios continuamente siembra semillas para su Reino, las cuales caen sobre distintos tipos de “suelo”. ¡Examine su corazón y vea si realmente está permitiendo que esa semilla eche raíz y comience a cambiar su vida, en preparación para el Reino venidero al que el Eterno lo está llamando!