Israel: Un creciente peligro a ambos lados

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Un creciente peligro a ambos lados

"Ninguna democracia en el mundo actual se encuentra bajo una sombra más oscura de terror existencial que Israel. Y los eventos del mes pasado han demostrado que el temor que siente Israel no se basa solo en sombras”.

Con estas palabras concluye su columna en el Wall Street Journal(sep.13, 2011) el ex editor del periódico The Jerusalem Post,Bret Stephens (“Israel’s Predicament”[Los apuros de Israel]).

Stephens frecuentemente escribe acerca del Medio Oriente, y comenzó este artículo con una lista de desventuras que han afectado a la nación judía en solo un mes:

“• El 18 de agosto, ocho israelíes fueron asesinados en una sofisticada emboscada cerca de la frontera con Egipto.

“• Entre el 18 y el 24 de agosto, aproximadamente 200 misiles de alto calibre y proyectiles de mortero fueron lanzados desde Gaza a Israel.

“• El primero de septiembre, el jefe de la agencia de energía atómica de Irán anunció que estaba trasladando la mayor parte de sus instalaciones de enriquecimiento [de uranio] a una zona fuertemente fortificada, cerca de la ciudad de Qom. 

“• El 2 de septiembre, la Organización de las Naciones Unidas publicó un informe acerca del incidente de la flotilla turca ocurrido en mayo de 2010, en el que defendió el derecho de Israel de imponer un bloqueo naval a Gaza, e hizo notar que los comandos israelíes enfrentaban ‘una resistencia violenta y organizada’. El gobierno turco respondió retirando a su embajador de Tel Aviv y expulsando al cónsul israelí de Ankara.

“• El 4 de septiembre, Estados Unidos hizo una apelación final a la Autoridad Palestina (AP) para que abandonara sus intentos de obtener reconocimiento como estado ante las Naciones Unidas, intento que echa por tierra décadas de acuerdos internacionales en cuanto a que un estado palestino puede ser establecido solo en base a negociaciones. La Autoridad Palestina rechazó las súplicas de Estados Unidos.

“• El 8 de septiembre, el primer ministro de Turquía anunció que las futuras flotillas que se dirijan a Gaza serían escoltadas por buques de guerra turcos.

 “• El 9 de septiembre, miles de vándalos irrumpieron y prácticamente saquearon la embajada israelí en El Cairo. Israel evacuó casi toda su misión diplomática de Egipto la mañana siguiente”.

El día antes de la publicación del artículo de Stephens, la agencia noticiosa Ynetnewsinformó que el rey Abdullah de Jordania había declarado que Jordania y los palestinos ahora eran mucho más poderosos que Israel.

Un nuevo estado “libre de judíos”

Mientras la Autoridad Palestina seguía adelante con sus planes de llevar su propuesta de reconocimiento como estado a las Naciones Unidas, Arutz Sheva reportó el 15 de septiembre los comentarios emitidos por “el vocero de la delegación que representa a la Autoridad Palestina ante las Naciones Unidas, quien dijo que el estado árabe que la AP planea establecer en Judea, Samaria y Jerusalén [nombres bíblicos para los territorios de Cisjordania] estará “libre de judíos”.

Además, recalcó que “en junio, el mismo Abbas [Mahmoud. lider de la Autoridad Palestina] había hecho una declaración similar. Después de declarar a los reporteros que bajo ninguna condición reconocería a Israel como estado judío,Abbas agregó que él estaría de acuerdo con una fuerza internacional que asegurase el cumplimiento de un tratado de paz entre Israel y el estado de la Autoridad Palestina para prevenir el terrorismo. Pero también dijo “yo no estaré de acuerdo con permitir que los judíos sean parte de esta fuerza, y no estaré de acuerdo con permitir que los israelíes vivan entre nosotros en nuestra tierra palestina, ni siquiera uno de ellos”(énfasis nuestro añadido en todo este artículo).

El intento de hacer que las Naciones Unidas reconozcan a un estado palestino independiente no solo es una violación a los tratados anteriores entre Israel y la Autoridad Palestina, sino que es además una clara provocación que solo aumenta la tensión entre Israel y sus vecinos.

Lógicamente, el historiador israelí Benny Morris hizo esta pregunta: “¿Se ha acabado Israel?” (Newsweek, sep. 11, 2011). Él dijo que “Israel está siendo asaltado . . .
La Autoridad Palestina planea declarar de forma unilateral su condición de estado e ir a las Naciones Unidas a obtener reconocimiento. Esto es un rechazo de todos los esfuerzos por alcanzar un acuerdo de paz. El reavivamiento de este tema traerá consigo olas de violencia palestina.

 “Y sin embargo, esta es solo la manifestación más reciente de un Israel fortificado que está siendo amenazado desde afuera –por los estados y sociedades musulmanas árabes, por egipcios que han atacado la embajada israelí, por un Irán con armas nucleares (con sus aliados locales, Hamas en la franja de Gaza, y Hezbollah en el Líbano), y un asediado presidente Bahshar al-Assad en Siria– y desde adentro, por revueltas locales que culminaron en las protestas masivas más grandes en la historia de ese país”.

Morris continuó destacando las divisiones internas de Israel, después de lo cual escribió: “Ahora se alza la amenaza aún más grande de un renacimiento de Islam, no solo dentro de las fronteras de Israel o de los territorios palestinos, sino que a lo largo de toda la región, donde se está esparciendo como un incendio arrasador”.

El Medio Oriente, epicentro de las profecías bíblicas

Los estudiantes de la Biblia han sabido desde hace mucho que el Medio Oriente es el epicentro de la profecía y la historia bíblica. Después de haber sacado a los israelitas de Egipto, Dios les dio la Tierra Prometida –a veces llamada Tierra Santa. Fue aquí que se escribió la historia subsecuente de Israel. Fue aquí también donde Jesucristo, el Mesías prometido, caminó y predicó el evangelio del venidero reino de Dios. Fue además en esta área que, mucho tiempo antes, crecieron, lucharon y florecieron las tribus de Israel, y donde luego se dividieron en los reinos separados de Israel y Judá, después de la muerte del rey Salomón.

El pueblo de Israel y luego el de Judá (los judíos) fueron tomados cautivos. Las 10 tribus del reino del norte de Israel fueron llevadas a Asiria en el siglo octavo a.C. Poco más de un siglo después, el reino del sur de Judá fue conquistado, y los judíos fueron sacados y llevados a Babilonia. Algunos de ellos regresaron después de muchas décadas. Las 10 tribus “perdidas” de Israel se dispersaron a otras partes del mundo.

Los judíos sufrieron otra dispersión siglos más tarde, después de dos sublevaciones en contra del Imperio romano. Estas fueron aplastadas, y por casi 2000 años los judíos desterrados vivieron dispersos a través de Europa y el Medio Oriente. En los siglos 19 y 20, decenas de miles comenzaron a regresar a su tierra ancestral.

Eventualmente, en 1948, se proclamó una nación judía independiente. Al ser invadida por cuatro ejércitos árabes el día después de su declaración de independencia, Israel se las arregló para aguantar y vencerlos, y ha continuado haciéndolo desde ese entonces.

El duro camino hacia la supervivencia

Rodeado de naciones hostiles, Israel continúa siendo el único representante genuino de democracia en el Medio Oriente. Sus ideales son muy similares a aquellos de otras democracias occidentales. Tal como en otras democracias institucionalizadas, Israel respeta los derechos religiosos y las minorías étnicas, algo que no se puede decir de sus países vecinos. Israel tiene 1.2 millones de ciudadanos árabes, la mayoría de los cuales son musulmanes.

Al principio, Israel recibió gran apoyo y compasión de gran parte del mundo. Seis millones de judíos habían sido aniquilados en el Holocausto de la Segunda Guerra Mundial. Como una sociedad libre que fácilmente encajó en el mundo occidental, se identificó con las naciones de occidente.

Pero la compasión pronto se acabó. En junio de 1967, Israel salió victorioso después de la Guerra de los Seis Días contra Egipto, Jordania, Siria y otros ejércitos árabes. Habiendo derrotado a los ejércitos de sus tres vecinos más grandes, Israel capturó sus territorios. En octubre de 1973, los ejércitos de Egipto y Siria lanzaron un ataque sorpresa que fue devastador para Israel, pero nuevamente Israel salió victorioso. Después del tratado de paz de 1979 con Egipto, Israel se retiró de los territorios egipcios que había conquistado, incluyendo toda la península de Sinaí. En 2005 se retiró de la franja de Gaza, que había sido anteriormente controlada por Egipto.

Actualmente Israel posee algunos sectores de  Cisjordania (que anteriormente era parte de Jordania) por razones de seguridad. Además, continúa ejerciendo control sobre los Altos del Golán (área que antiguamente era parte de Siria), también por razones de seguridad.

En una época anticolonial como la de hoy, este convenio ha sido inaceptable para gran parte del resto del mundo, incluyendo las naciones occidentales que nunca han aceptado el nuevo arreglo, y han presionado continuamente a Israel para que entregue esos territorios que aún mantiene. Israel sostiene que no puede volver a sus fronteras indefensibles de antes de 1967, lo que dejaría al país con menos de 16 kilómetros de anchura en algunos sectores.

Los israelíes han llevado a cabo varios intentos para contactar a los líderes de la Autoridad Palestina, ofreciendo una resolución pacífica que les permitiría tener su propia nación independiente.

Parecía ser que las conversaciones entre el fallecido líder palestino Yasser Arafat y el ex primer ministro israelí Ehud Barak, las que fueron conducidas por el presidente estadounidense Bill Clinton en el año 2000, estaban llegando a una resolución exitosa. Barak le ofreció a Arafat toda la franja de Gaza y más del 90 por ciento de Cisjordania, pero Arafat se mostró reacio a aceptar. Tal como dijo una vez el fallecido ministro de relaciones exteriores Abba Eban: “¡Los árabes nunca pierden la oportunidad de perderse una oportunidad!”.

Entonces, ¿por qué es que ahora Israel se ve repentinamente más amenazado?

Desde la “Primavera árabe” al invierno israelí

Lo que ha cambiado para Israel en días recientes es la muy anunciada “Primavera árabe” (revolución democrática árabe), la que ha sido recibida con gran entusiasmo en occidente.

La supuesta democratización de los países árabes ha coincidido con la caída de varios dictadores árabes. Uno de ellos, Hosni Mubarak, de Egipto, fue apoyado por Estados Unidos por 30 años a continuación del tratado de paz firmado en 1979 entre Israel y Egipto y que fue patrocinado por Washington.

Su caída ha tenido un serio impacto en la seguridad de Israel. Mientras que el presidente egipcio mantuvo una “paz fría” con Israel, los egipcios en su mayoría no sienten lo mismo. Están indignados con el supuesto maltrato de los palestinos por parte de Israel.

Otro factor adicional es la creciente influencia de los extremistas islámicos sobre ese país desde la caída de Mubarak, tal como la Hermandad Musulmana, por ejemplo, la que ya ha amenazado con abrogar el tratado de paz entre Egipto e Israel después de las nuevas elecciones.

El rey Abdullah de Jordania observó que la Primavera árabe ha empeorado las cosas para Israel. Según un reportaje noticioso: “El rey describió una conversación reciente que tuvo en Estados Unidos con ‘uno de los intelectuales israelíes’, quién se refirió a los eventos del mundo árabe diciendo que éstos beneficiaban a Israel. ‘Yo contesté diciendo que es lo opuesto y que la situación actual de Israel es ahora más difícil que nunca’” (Ynetnews, sep. 12, 2011).

Un mundo nuevo muy peligroso

El extremismo islámico continúa amenazando a Israel de otras formas.

Desde la caída del Shah de Irán --muy amigo de occidente-- en 1979, la radical república islámica iraní ha adoptado una perspectiva muy agresiva contra Israel.

En Gaza, Irán ha apoyado a Hamas, un grupo terrorista dedicado a la destrucción de Israel (y el que, por esa misma razón, se opone a la creación de un estado palestino constituido por los territorios palestinos actuales, diciendo que tal estado sería eventualmente obligado a aceptar la existencia de Israel). En el Líbano, al norte de Israel, se le brinda respaldo a otro grupo terrorista, Hezbollah, el que comenzó otra guerra contra Israel en 2006, y que se ha armado desde entonces con miles de morteros y misiles que apuntan hacia ese país.

Aún más, el liderazgo de Irán está decidido a desarrollar armas nucleares y un sistema de lanzamiento que les permitirá atacar los blancos militares de Estados Unidos en el área, como también la nación de Israel. Israel es un país tan pequeño, que no tomaría más de dos o tres cabezas nucleares bien ubicadas para borrarlo de la faz de la Tierra.

Es en parte por esto que la Biblia menciona a Israel (actualmente habitada por los descendientes del reino bíblico de Judá, los que se conocen como judíos) tan prominentemente en las profecías de los últimos tiempos.

El profeta Zacarías, por medio del cual Dios habló acerca de los eventos que conllevarán al regreso del Mesías, nos dice: “He aquí yo pongo a Jerusalén por copa que hará temblar a todos los pueblos de alrededor contra Judá, en el sitio contra Jerusalén. Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que se la cargaren serán despedazados, bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella” (Zacarías 12:2-3).

Esto es, indudablemente, una realidad actual. Jerusalén, la ciudad de paz, es el lugar donde frecuentemente las esperanzas de paz mueren.

Para destacar el hecho de que Jerusalén está en el centro mismo de tanto conflicto, Jesús hace la siguiente advertencia: “Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado” (Lucas 21:20).

Siglos antes, Dios inspiró a Zacarías a escribir: “Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén” (Zacarías 14:2).

Para que la gente no piense que esto se refiere a un evento de la antigüedad, Zacarías claramente muestra que ese tiempo se refiere al regreso de Cristo. “Después saldrá el Eterno y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla. Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande” (vv. 3-4).

Cuando Jesús se paró en el monte de los Olivos hace 2.000 años, la montaña ciertamente no se partió en dos. Y él no combatió con ninguna nación en ese tiempo. Esto habla del futuro, y se llevará a cabo al regreso de Cristo.

Los eventos en el Medio Oriente serán cruciales para el cumplimiento final de la profecía bíblica.

Estos pasajes y otros nos muestran además que a pesar de las amenazas contra Israel durante este período, la nación judía continuará existiendo hasta el fin de los tiempos. De hecho, las autoridades judías estarán en control de Jerusalén hasta 1.260 días antes del regreso de Cristo.

Refiriéndose al tiempo futuro cuando los ejércitos vayan contra Israel, el libro de Apocalipsis nos dice que “ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses. Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días” (Apocalipsis 11: 2-3).

Los siguientes versículos nos muestran cómo estos dos testigos, los profetas de Dios que predicarán un mensaje final de advertencia al mundo, serán asesinados por aquellos que demostrarán hostilidad hacia ellos. Y luego, unos pocos días después, cuando Jesucristo regrese como Rey de reyes y Señor de señores, ambos serán resucitados a la vida nuevamente.

El milagro de la existencia misma de Israel

La existencia misma del Israel moderno es ni más ni menos que un milagro. Después que los judíos fueran dispersados por los romanos en los siglos primero y segundo, la Tierra Santa fue gobernada por otros durante muchos siglos. No fue hasta la era moderna que la idea de una nación judía independiente ganó apoyo.

En 1917, la famosa Declaración Balfour, nombrada así por el secretario del exterior británico en ese momento, comprometió a Gran Bretaña, el poder mundial dominante de aquel entonces, al establecimiento de una nación judía. Después del Holocausto nazi, un voto en la recién formada Organización de las Naciones Unidas convirtió el antiguo Mandato Británico de Palestina en la nación de Israel. Antes de esto, solo los estudiantes serios de la Biblia podían haber sabido que en los tiempos cercanos al fin del gobierno humano existiría una nación judía.

Pero la hostilidad hacia este país ha sido un problema desde el primer día, cuando los ejércitos árabes vecinos intentaron aplastarlo en un tiempo cuando la población judía era de solo medio millón. Los judíos ganaron en esa ocasión, tal como lo han hecho frente a cada gran amenaza durante los últimos 63 años.

Ya vendrá el tiempo cuando Jerusalén estará rodeado por ejércitos gentiles, e Israel se verá nuevamente envuelto en guerras. Pero ese tiempo además culminará en los eventos de los tiempos del fin, los que conllevarán directamente al regreso de Cristo y al establecimiento del reino de Dios.

Mantenga a Jerusalén y a Israel en la mira. “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor” (Mateo 24:42). ¡El observar los eventos del Medio Oriente dirige nuestra atención al regreso venidero de Jesucristo a la Tierra!