Un "libro" eminentemente práctico

Usted está aquí

Un "libro" eminentemente práctico

La Biblia es una fuente inagotable de ciencia y sabiduría, mas también la misma escritura señala lo siguiente: “Ahora, hijo mío, a más de esto, sé amonestado. No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio es fatiga de la carne” (Eclesiastés 12:12).

La versión Nueva Traducción Viviente traduce el versículo anterior así: “Pero ahora, hijo mío, déjame darte un consejo más: ten cuidado, porque escribir libros es algo que nunca termina y estudiar mucho te agota” (NTV).

Si es por aprender, podemos decir que el conocimiento es inagotable, el escribir libros y el estudiar esos libros es algo de nunca acabar… Entonces, ¿en dónde está la clave?, ¿cómo saber entonces el “quid” del asunto?, ¿cómo encontrar el justo equilibrio?

La misma Escritura responde a estas interrogantes: “El fin de todo el discurso oído es éste: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” (Eclesiastés 12:13).

La clave de todo está en el hacer

El conocimiento y la sabiduría cobran sentido en la medida que apliquemos ese conocimiento y esa sabiduría en nuestro diario vivir. Una y otra vez la Escritura expresa esta verdad.

Dios nos ha dado la vida para aprender a aplicar el conocimiento y la sabiduría expresada en la Biblia.

La Biblia es el manual de operaciones prácticas, que nos señalan el camino, la verdad y la vida.

Bienaventurados sean todos los que se dejen guiar por ella.