Querer, saber y poder

Usted está aquí

Querer, saber y poder

El ser humano para realizar cualquier tarea, chica o grande, larga o corta, complicada o sencilla necesita de tres condiciones fundamentales, condiciones que unidas se conocen como el “TRIÁNGULO VIRTUOSO DEL CAPITAL HUMANO”, las cuales son: querer, saber y poder.

Querer, saber y poder

Para poder realizar y concluir con éxito cualquier asunto, hay que querer lograrlo con intensa fuerza, hay que saber cómo hacerlo y hay que poder hacerlo, tener libertad para poder actuar. Si falla cualquiera de estas condiciones, es posible que fracasemos en nuestra tarea.

Querer es tener la firme voluntad de lograr el objetivo propuesto. Implica fe en uno mismo, convencimiento de que es posible, deseable y realizable la meta propuesta. “Más hace el que quiere que el que puede”.

Saber es adquirir o conocer cómo usar los conocimientos que tenemos para conducir nuestras actividades hacia donde nos interese. Debes siempre preocuparte en tener conocimientos sobre todas las actividades que realices. Nadie intenta domar una fiera sin saber cómo se hace... ¡te destrozaría!

Poder hacer algo quiere decir que ninguna circunstancia o voluntad ajena estorbará tus acciones.

Entonces, ¿cómo obedecer?, ¿cómo lograr obedecer? Ocupemos las herramientas del triángulo virtuoso del capital humano.

¿Podemos obedecer a Dios? Tenemos las capacidades para hacerlo. Filipenses 4:13 nos dice “Todo lo puedo en cristo que me fortalece”.

¿Sabemos obedecer a Dios? Solo podemos adquirir el conocimiento de las cosas de Dios mediante él. Vemos que el apóstol Santiago nos escribió en el primer capítulo de su epístola “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Santiago 1:5).

¿Queremos obedecer a Dios? Cuando pensamos en las tareas más sencillas, como pelar una naranja, y me atrevería a decir que también para las más complejas como una cirugía, damos por descontado el querer. Sin embargo, este punto puede ser el más difícil si pensamos en que el querer es la voluntad de hacer algo, y somos nosotros los que a diario rehusamos obedecerle, escuchar sus consejos… y vamos por la vida buscando justificaciones, excusas y otras cosas… para no cumplir, pero Dios en su plan también nos entrega la voluntad. Filipenses 2:13 dice: “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

Dios nos da el querer, el poder, el saber y hasta nos da el hacer…. ¿que nos queda a nosotros? no rehusarnos a obedecer su camino. Él nos ayudará a lo que él quiere que seamos. Dios nos ayudará a ser parte de su familia, solo pidamos el poder, saber y el querer.