¿Qué entiendes por “éxito”?

Usted está aquí

¿Qué entiendes por “éxito”?

Recientemente, el príncipe real de Arabia Saudita, Alwaleed bin Talal, presentó una demanda contra la revista Forbes por difamación, debido a que ésta subestimó su fortuna en su lista anual de personas más adineradas del mundo.

La publicación situó al príncipe Alwaleed bin Talal en el puesto número 26 con un patrimonio neto estimado en $20 mil millones de dólares. El príncipe afirma que la revista desestimó su fortuna en $9.6 mil millones por lo que perjudicó la imagen pública de su situación financiera, (Josh Halliday, “Saudi Prince Launches Libel Action Against Forbes Magazine Over Rich List” [Príncipe saudí presenta demanda por libelo contra la revista Forbes por su lista de personas más adineradas], TheGuardian.com, 6 Junio, 2013).

El valor de la riqueza

Ser financieramente adinerado es agradable, y la humanidad en general se esfuerza por tener éxito pero, ¿qué clase de éxito deberíamos perseguir?

¿Es tener la mayor cantidad de juguetes o los últimos aparatos tecnológicos? ¿Es tener la mayor cantidad de amigos? ¿O siempre ser el mejor del curso en todas las materias de la escuela?

Todas estas cosas pueden ser beneficiosas en el momento y lugar correcto, pero ser un cristiano tiene que ver con moderación.

Así que, ¿cuál es el punto de vista de Dios respecto al éxito?

En el libro de Josué, después que Moisés murió y éste fue elegido para liderar a la nación de Israel con el fin de entrar en la tierra prometida Dios le dio estas palabras de aliento:

“Sé fuerte y valiente, porque tú harás que este pueblo herede la tierra que les prometí a sus antepasados. Sólo te pido que tengas mucho valor y firmeza para obedecer toda la ley que mi siervo Moisés te mandó. No te apartes de ella para nada; sólo así tendrás éxito dondequiera que vayas. Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito. Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas” (Josué 1:6-9, NVI).

Dios esperaba que Josué siguiera sus principios para ser exitoso: ser valiente, obedecer las instrucciones, meditar, hacer lo que se espera de uno, y evitar desanimarse.

La única cosa que Dios no menciona es la interminable búsqueda de la riqueza.

Plan para el éxito

Salomón, el hombre más sabio que vivió, habló sobre el éxito, “Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán” (Proverbios 16:3, NVI). Salomón fue verdaderamente exitoso, pero perdió el equilibrio y la adquisición de la riqueza y las esposas se convirtieron en su foco más tarde.

“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6:19-21).

Trabajar duro para ganarse la vida y ser cuidadosos con nuestros recursos son buenos hábitos a desarrollar, sin embargo Cristo nos advierte sobre ubicar al dinero como nuestro único objetivo.

No nos enfoquemos en coleccionar la mayor cantidad de “amigos” posibles en los medios sociales, adquirir la mayor riqueza, o la casa más grande que el dinero pueda comprar. Si realmente queremos crear una historia de éxito, debemos establecernos metas para la vida y alinear nuestro sistema de valores con el ejemplo de Jesucristo.

Fuente: iduai.org